Marzo

El virus Sars-CoV-2 llega a Costa Rica

El 6 de marzo de este año cambiaría la vida de todas las personas en el país aunque en ese momento, nadie lo sabía. Ese día se registró el primer caso de COVID-19 en el país: una turista norteamericana de 49 años de edad, quien ingresó a Costa Rica sin síntomas el día 1 de ese mes.

El 7 de marzo la cifra de casos en Costa Rica ya había aumentado a cinco y así la enfermedad que se identificó a finales del 2019 en la región de Wuhan, China, empezó a dominar la agenda noticiosa nacional y a cambiar nuestras vidas para siempre.

Dato D+: El 11 de marzo la Organización Mundial de la Salud declaró oficialmente la enfermedad COVID-19 como pandemia.

Desde el 8 de marzo todo el país se declaró en alerta amarilla por la enfermedad y el Gobierno empezó a tomar medidas para tratar de detener la propagación del nuevo coronavirus y generar la capacidad hospitalaria que se necesitaría para atender un probable brote de la enfermedad en el país.

Al inicio, el Ministerio de Salud comenzó por cerrar centros educativos específicos por riesgo de contagio, pero el 16 de marzo se confirmó el cierre de todos los centros educativos del país, que terminaría por extenderse durante todo el año.

Adicionalmente, el 18 de marzo se cerraron las fronteras terrestres, aéreas y marítimas del país y, a pesar de que se pensó que la medida sería por 4 semanas, fue hasta seis meses después que Costa Rica empezó a reabrir lentamente sus fronteras.

Por su parte, la Caja corrió para convertir el Centro Nacional de Rehabilitación (Cenare) en un Centro de atención exclusivo para pacientes con COVID-19, y a partir del 31 de marzo el Centro Especializado de Atención de Pacientes con COVID-19 (Ceaco) empezó a operar con 88 camas para la atención de pacientes críticos con la enfermedad.

Poco a poco las actividades comerciales fueron siendo cerradas, empezando por la restricción del aforo en bares, teatros, cines y restaurantes al 50%; sin embargo y debido al incumplimiento de las personas, en menos de una semana se ordenó el cierre completo de esas actividades y los bares no volverían a operar sino hasta el mes de octubre, siempre que operasen como restaurantes.

En Cuesta de Moras, por su parte, se tomó la medida de sesionar en un recinto distinto debido a las limitaciones del antiguo edificio legislativo; además, se aprobó rápidamente la posibilidad de que las jornadas laborales y salarios pudieran ser disminuidos por patronos afectados por los efectos de la pandemia; y a pesar de que diputados de oposición propusieron que la Asamblea limitará derechos fundamentales para restringir el traslado de personas, el Gobierno prefirió optar por instaurar una restricción vehicular sanitaria que nos acompañó durante el resto del año.

El primer mes de pandemia cerró con 347 casos confirmados, para un promedio de casi 13 casos nuevos por día, y registró las primeras dos personas fallecidas a raíz de la COVID-19. Al cierre del 2020 la cifra de decesos llegaría a más de 2000 personas.

Abril

Semana Santa en cuarentena

El mes de abril nos encontró encerrados en nuestras casas.

La Iglesia Católica suspendió las actividades de la Semana Santa, mientras que la Asamblea Legislativa endureció las multas por violar las restricciones vehiculares, elevando la sanción a ₡107.000, pérdida de placas y 6 puntos de la licencia, lo que el Gobierno aprovechó para instaurar la restricción de circulación más fuerte que enfrentamos para toda la Semana Santa: solo podían operar servicios básicos y cada placa de vehículo —que no estuvieran en las excepciones (que nadie nunca entendió)— solo podría desplazarse dos días a la semana.

Dato D+: En total durante la Semana Santa se registraron 3903 personas multadas por incumplir la restricción vehicular sanitaria, lo que representó ₡417 millones en multas.

Paralelo a la COVID-19, los efectos económicos de la crisis se empezaban a manifestar: mientras Hacienda proyectaba que el año cerraría con un déficit fiscal de 8.6% en 2020 (casi 2 puntos porcentuales más arriba del déficit de 2019, que ya había sido histórico), una encuesta del Centro de Investigación y Estudios Políticos (CIEP) señalaba que más de la mitad de las personas en el país no estaba teniendo ingresos suficientes para cubrir sus gastos. Solo en el sector de restaurantes, uno de los más afectados por las medidas, se reportaba la pérdida de 121.000 empleos.

En el mes de abril, el Gobierno empezó a entregar los primeros Bonos Proteger que buscaban dar, por tres meses, un soporte económico a las personas que habían perdido su trabajo o visto su jornada laboral reducida a raíz de la crisis.

Hasta finales de abril, las medidas parecían dar resultado y medios internacionales como la BBC destacaban el manejo que el país hacía de la pandemia. El mes cerró con 1056 casos confirmados, con un promedio de poco más de 12 casos nuevos diarios y registrando 4 fallecimientos por la enfermedad en todo el mes.

Sin embargo, para finales de este cuarto mes ya se empezaba a sentir las presiones de diversos sectores pidiendo la reapertura debido a las afectaciones económicas que implicaban los cierres.