Mercado laboral penaliza a las madres con barreras de inserción y mayor empleo informal, según el informe del PEN.

Este jueves, el Programa Estado de la Nación (PEN) presentó el XXXI Informe del Estado de la Nación y entre sus principales hallazgos se encuentra que la maternidad es uno de los principales factores de desigualdad en el mercado de trabajo costarricense.

Según el PEN, esta penalización se agrava conforme aumenta el número de hijos e hijas. Además, limita la autonomía económica y reproduce brechas estructurales que frenan el desarrollo equitativo del país.

El informe arroja que la mayoría de las mujeres en edad laboral son madres (70%). No obstante, su tasa de participación laboral es significativamente más baja que la de los hombres (46% frente a 70%) y desciende dos puntos adicionales después de la maternidad (44%).

Además, casi la mitad de las madres (47%) trabaja en la informalidad, sin acceso a derechos laborales ni seguridad social. En comparación, solo el 27% de las mujeres sin hijos se encuentra en esa condición, lo que, según el equipo investigador del PEN, evidencia que la maternidad encamina a muchas mujeres hacia empleos precarios o mal remunerados, o bien, las excluye completamente del mercado laboral.

La investigadora del PEN, Natalia Morales, resaltó que la mayor probabilidad de empleo en las madres se traduce en puestos de menor calidad:

Las madres acceden a trabajos concentrados en actividades tradicionales, con baja remuneración y que demandan menores niveles de escolaridad. Las brechas de inserción laboral entre mujeres también dependen de la edad y la cantidad de hijos e hijas, pues entran en juego diversos requerimientos de cuido infantil. Decidir quién asume el cuido puede ser muy costoso, tanto en términos emocionales como económicos, lo que desmotiva a muchas a trabajar fuera del hogar”.

De acuerdo con el informe, entre más hijos se tienen, menor es la probabilidad de tener empleo, y la desventaja es más pronunciada cuando los hijos son pequeños. Incluso las madres con educación universitaria enfrentan una reducción significativa en sus oportunidades laborales. Las barreras laborales que enfrentan las madres incluyen también menor remuneración: aún con características similares a las de los hombres o a las mujeres sin hijos, como nivel educativo, experiencia laboral o tamaño de empresa, la brecha negativa de ingresos se asocia directamente a la maternidad.

A lo anterior se le suma que las madres dedican el doble de horas diarias al trabajo no remunerado (cuido y tareas domésticas) que los hombres, según la Encuesta Nacional de Uso del Tiempo del INEC (2022).

Ante este panorama, "la informalidad se convierte en un “amortiguador” del shock que genera la maternidad", según el PEN.

En esa línea, el centro de investigación recomienda fortalecer las políticas de corresponsabilidad social y familiar, ampliar los servicios de cuido y garantizar empleos de calidad compatibles con la crianza. Asimismo, hace un llamado a visibilizar el trabajo no remunerado y reconocerlo como parte esencial del bienestar colectivo.

Revertir estas tendencias requerirá que la próxima administración implemente políticas que articulen empleo, educación, cuido e igualdad de género, capaces de desmontar la penalización de la maternidad en el mercado laboral costarricense. El informe puntualiza:

De lo contrario, la maternidad seguirá representando un alto costo en la trayectoria laboral de las mujeres, desincentivando la tenencia de hijos o hijas, en un país con una sostenida caída de la tasa de fecundidad y una transición demográfica hacia el envejecimiento de su población".


Lea las notas sobre el XXXI Informe del Estado de la Nación: