La criminalidad está directamente asociada con el desestímulo a la actividad industrial y la expansión del comercio informal o de fachada.

El Programa Estado de la Nación (PEN) presentó este jueves los resultados del XXXI Informe del Estado de la Nación, que advierte que la crisis de inseguridad en el país sigue amenazando el dinamismo de la economía, con un 62% de la producción nacional concentrada en los 38 cantones con mayores tasas de homicidios.

El PEN recordó que "los homicidios representan el crimen que genera mayores costos en la sociedad; por ende, es de esperar que su efecto de contención en la actividad económica también sea mayor".

Desde el PEN señalaron que Costa Rica vive una epidemia de homicidios registrando una tasa de 16,6 por cada 100.000 habitantes en 2024, con los cantones costeros concentrando las mayores tasas y el litoral Pacífico la escalada más pronunciada, y advierte que "una proporción significativa de la economía del país está expuesta a elevados niveles de violencia", y agrega:

Durante el bienio 2023-2024, los 16 cantones clasificados con niveles altos [de homicidios] concentran aproximadamente el 26% del PIB nacional. Mientras que los 38 cantones que presentan niveles altos y medios (ambas tasas epidémicas) representan el 62% de la producción”.

Dato D+: Según la Organización Mundial de la Salud para situaciones médicas una tasa epidémica se presenta cuando una enfermedad tiene una tasa de mortalidad superior a 10 muertes por cada 100.000 habitantes, aunque es cuestionable si esta metáfora médica es apropiada para otras situaciones.

Adicionalmente, un análisis econométrico incluido en el informe muestra que la actividad industrial se reduce en los cantones con mayores tasas de homicidios, mientras que la actividad comercial tiende a aumentar; sobre este hallazgo, el PEN explicó:

El crimen organizado necesita pequeños comercios locales para sus operaciones de lavado, distribución y logística, lo que genera un crecimiento aparente del comercio, pero sin beneficios reales para la economía formal. La industria se deprime, pero el comercio no, lo cual refleja un patrón económico distorsionado por la criminalidad”.

El informe añade que el reciente aumento en los niveles de criminalidad pone en duda la percepción de seguridad y la confianza en el sistema institucional del país, y añade:

En muchos de estos territorios, la criminalidad está directamente asociada con el desestímulo a la actividad industrial y la expansión del comercio informal o de fachada”.

Desde el PEN añadieron que la incapacidad para contener la criminalidad limita la competitividad y el crecimiento, a la vez que profundiza la desigualdad territorial y social. Según el informe, al comparar las cifras de homicidios del período 2017-2018 con las del 2023-2024, se logró identificar:

  • En San José y tres cantones del Caribe costarricense (Limón, Siquirres y Matina) se mantienen como aquellos con mayores tasas de homicidios.
  • Cantones como Alajuelita, Guácimo, Nicoya, Puntarenas, Parrita, Corredores y Garabito pasaron de tener tasas de homicidios medias (entre 10 y 20 por 100.000 habitantes) a altas (más de 20 por 100.000 habitantes).
  • La transición más preocupante se dio en Paraíso, Santa Cruz y Quepos, que pasaron de tasas de homicidios bajas (menos de 10 por 100.000 habitantes) a altas (por encima de 20 por 100.000 habitantes).

Según el PEN para avanzar hacia un desarrollo económico sostenido e inclusivo, Costa Rica requiere una política de seguridad con enfoque territorial, capaz de contener la criminalidad y sus efectos sobre la productividad, el empleo y la cohesión social.


Lea las notas sobre el XXXI Informe del Estado de la Nación: