Además, sistema enfrenta retos como la proximidad de una etapa de menos jóvenes en edad universitaria y nuevas demandas del mercado laboral.
Este jueves, el Programa Estado de la Nación (PEN) presentó el X Informe del Estado de la Educación, cuyos resultados evidencian que las universidades en el país atraviesan un escenario de "profundas presiones", derivadas de transformaciones demográficas, cambios en las demandas del mercado laboral y oscilaciones en su financiamiento.
El equipo investigador resaltó que estos factores obligan a replantear estrategias para ampliar el acceso, mantener la calidad y asegurar la pertinencia de la oferta académica en un contexto de alta incertidumbre.
En ese orden de ideas, Marcela Román Forastelli, investigadora asociada del informe, explicó:
La sociedad costarricense urge de una mejora en el logro educativo universitario, pero las condiciones del entorno no son nada favorables. En este contexto, la capacidad de respuesta y adaptación de las universidades será clave para preservar el papel de la educación superior como motor de desarrollo humano y económico en Costa Rica”.
En el informe se identifican tres transformaciones clave que exigen a las universidades evolucionar para ofrecer resultados más amplios y de mayor calidad.
Primero, el PEN señala que predomina un financiamiento con altibajos, así como un futuro incierto. En esa línea, destaca que durante las últimas dos décadas, el financiamiento a la educación superior pública a través del Fondo Especial para la Educación Superior (FEES) ha experimentado fuertes oscilaciones que obstaculizan la planificación estratégica y obligan a restringir la inversión por estudiante.
Román Forastelli agregó:
El financiamiento de las universidades públicas atraviesa por un período crítico, profundamente incierto y, en los últimos años, cada vez más conflictivo. Esta situación dificulta enrumbar el sistema hacia el cumplimiento de metas sobre cobertura, calidad y pertinencia de la educación superior”.
En segundo lugar, el PEN estima que se avecina una etapa de menos jóvenes en edad universitaria. En las últimas dos décadas, la estructura demográfica costarricense ha experimentado un fuerte proceso de cambio.
"En los últimos años, la población nacional entre 18 y 34 años ha decrecido a una tasa promedio anual de 1,3% [...] Esta caída no necesariamente implica un descenso inmediato en la demanda de educación superior en el corto plazo. Actualmente, el 72% de las personas entre 18 y 24 años ha terminado el colegio, pero solo alrededor del 35% accede a la universidad, lo que muestra un margen importante para mejorar. No obstante, debido al mismo envejecimiento poblacional, esta ventana de oportunidad se cerrará alrededor del año 2030. Si el país no aprovecha este bono de secundaria, el acceso, la cobertura y el logro en educación superior se verán afectados negativamente por la reducción de las cohortes de jóvenes en edad de estudiar", según el estudio del PEN.
En ese sentido, en el informe se subraya que es necesario desarrollar pronto estrategias para aprovechar a la población más joven que estará en edad de estudiar en la universidad en los próximos años y que, además, las universidades deberán impulsar acciones para ampliar el acceso a sus servicios a poblaciones tradicionalmente excluidas, sin reducir la calidad de la educación.
Como tercer punto, se encuentran las nuevas demandas del mercado laboral. Según el PEN, la inserción laboral de las personas graduadas universitarias muestra cambios significativos:
El sector público, que hace 15 años empleaba al 52,4% de las personas graduadas, ahora alberga a un 35,3%. En trabajos vinculados a finanzas, administración pública y educación, el mercado laboral no recompensa salarialmente la acumulación de experiencia; por el contrario, a partir de cierto punto tiende a castigarla. En cambio, en trabajos asociados a manufactura, comercio, transporte y el sector inmobiliario, la experiencia suele ser reconocida y mejor remunerada. Las oportunidades en las disciplinas STEM (carreras de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) presentan los salarios más altos del mercado. Entre las personas profesionales de estas disciplinas, tienen mayores remuneraciones aquellas que han cambiado de ubicación geográfica, es decir, parece premiar la propensión a una mayor flexibilidad de localización".
En el informe se concluye que el mercado laboral para las personas graduadas universitarias es "altamente dinámico y heterogéneo". Lo que exige que las universidades adapten y anticipen su oferta académica a las nuevas realidades productivas.
A modo de síntesis, el PEN sugiere que la educación superior debe transformarse para acelerar el ritmo de los resultados que requiere el país, lo que deberá incluir la elaboración de políticas sofisticadas, precisas e integradas, que garanticen la evolución coordinada del sistema.
Lea las notas sobre el X Informe del Estado de la Educación:
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- Recortes a educación responden a una decisión política.
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- PEN señala seis desafíos prioritarios para el sistema universitario.