El 72% del consumo de combustibles fósiles continúa asociado al sector transporte. 

El Programa Estado de la Nación (PEN) presentó este jueves el XXX Informe del Estado de la Nación y entre sus principales hallazgos está que en el 2023, el 69,4% de la energía consumida en Costa Rica se obtuvo de fuentes no renovables como el diésel y las gasolinas, “lo cual refleja un constante patrón insostenible”. 

Esta situación es descrita en el informe como “otra fuente de vulnerabilidad ambiental”, ya que el mantenimiento de estos patrones insostenibles en materia energética va en contra de las metas de descarbonización. 

El PEN recordó que en el 2015 el país se había comprometido, junto a 192 países más y la Unión Europea, a disminuir sus emisiones de gases efecto invernadero (GEI) con el propósito de limitar el aumento de la temperatura global a 2°C. Para cumplir con este compromiso, había adoptado el Plan Nacional de Descarbonización 2018-2050.

A pesar de esto, el informe evidencia que la economía del país se encuentra cada vez más carbonizada, especialmente debido a los patrones energéticos y de transporte. 

El informe señala que si bien la generación de electricidad se sustenta de forma mayoritaria en fuentes renovables como el agua, en el 2023 e inicios del 2024, Costa Rica experimentó afectaciones por eventos climáticos como el fenómeno de El Niño, lo que generó el aumento de la necesidad de recurrir a fuentes térmicas (descritas por el PEN como altamente contaminantes y caras) con el objetivo de suplir la demanda nacional. 

Por otra parte, fenómenos como ondas tropicales o el fenómeno de La Niña ponen en riesgo la infraestructura, como aconteció en el 2023, cuando una avalancha golpeó una represa en Aguas Zarcas. 

Asimismo, el uso de productos derivados del petróleo para generar electricidad pasó de representar menos de un 1% en promedio en el último quinquenio, a un 5% en el 2023, al tiempo que las emisiones de dióxido de carbono del Sistema Eléctrico Nacional durante el 2023 fueron 7,5 veces mayores que las registradas en el 2022. 

La investigadora del PEN, Karen Chacón Araya, indicó:

El cambio climático impone riesgos al sistema hidroeléctrico nacional. La capacidad de Costa Rica para seguir generando electricidad de manera sostenible está afectada por la débil gestión de esos riesgos”.

Con respecto a la discusión de alternativas para reducir la dependencia a los hidrocarburos y la transformación de factores estructurales que limitan ese cambio, en el informe agregaron que “no se observan avances en esta dirección”. 

Los datos arrojan que el 72% del consumo de combustibles fósiles sigue asociado al sector transporte. En conjunto, el transporte privado y de carga emplean el 65% del petróleo importado en el país. De forma paralela, se registró un incremento del 8,6% en la generación de emisiones de dióxido de carbono.

Según proyecciones incorporadas en el informe, la cantidad de vehículos particulares entre el 2022 y el 2023 habría aumentado en 22.699 unidades, mientras que en ese mismo lapso las motocicletas incrementaron en 31.399 unidades

Además, se observó una caída en el número de personas que se movilizan en transporte público (autobús y tren). 


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