Estudio del Smithsonian propone un área continua de casi 1.000 kilómetros entre Panamá y Costa Rica, pero solo el Gobierno panameño respondió a la iniciativa.
Un corredor binacional de casi 1.000 kilómetros entre Panamá y Costa Rica podría resultar clave para la protección del manatí antillano, una especie en peligro de extinción en Centroamérica, según un estudio divulgado este martes por el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI, por sus siglas en inglés).
La propuesta abarca 984 kilómetros de ecosistemas marino-costeros y humedales —220 kilómetros en Costa Rica y 764 en Panamá— y cubre una superficie de 2.631 kilómetros cuadrados. El planteamiento surge a partir de una investigación que documentó por primera vez los movimientos transfronterizos y el uso de hábitat del manatí del Gran Caribe (Trichechus manatus manatus).
El STRI advirtió que la subespecie enfrenta un panorama crítico, con menos de 2.500 individuos maduros y una proyección de disminución poblacional del 20% en las próximas dos generaciones. Entre las principales amenazas figuran la degradación del hábitat, las colisiones con embarcaciones, la caza furtiva y el enmallamiento en redes de pesca.
El corredor propuesto integraría 18 áreas protegidas y cuatro sitios Ramsar: los humedales del Caribe Noreste y Gandoca-Manzanillo, en Costa Rica, así como San San-Pond Sak y Damani-Guariviara, en Panamá. Además, comprende más de 57 ríos que alcanzan la isóbata de 20 metros y que coinciden con los patrones de residencia y desplazamiento de los manatíes observados durante el estudio.
"Es común escuchar a tomadores de decisiones decir que necesitan información científica para la gestión de los recursos naturales, y aquí está. Sin embargo, cuando presentamos un Acuerdo Binacional para la Protección de los Manatíes a los ministros de Ambiente de ambos países, solo Panamá mostró interés", dijo Héctor Guzmán, científico del Smithsonian, autor principal y coordinador de la investigación.
Créditos: Smithsonian Tropical Research Institute
El estudio, desarrollado junto con ingenieros de la Universidad Tecnológica de Panamá, recopiló datos entre 2015 y 2024 mediante equipos de monitoreo acústico pasivo instalados en humedales y zonas costeras de ambos países. Esa metodología permitió identificar al menos nueve manatíes que se desplazaron entre Panamá y Costa Rica, con recorridos de hasta 200 kilómetros.
Según explicó la oceanógrafa del STRI y coautora del trabajo, Rocío Estévez, los movimientos hacia el norte coincidieron con periodos de mayor precipitación, temperaturas del aire más altas y niveles del mar más bajos. "Estos patrones sugieren una fuerte interacción entre la dinámica atmosférica estacional y el uso del hábitat. Esto nos permitiría predecir sus movimientos y orientar estrategias de conservación que aseguren la conectividad ecológica estacional", señaló.
El Smithsonian indicó que los resultados representan un avance significativo en el conocimiento de la ecología del manatí en Centroamérica y subrayó la necesidad urgente de políticas coordinadas y esfuerzos de conservación transfronterizos para proteger a la especie y a los ecosistemas frágiles que habita.
La investigación fue financiada por la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (SENACYT-Panamá) a través de tres subvenciones; la Fundación MarViva de Costa Rica; la Fundación Blue Marine; y el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI). El Sistema Nacional de Investigación de Panamá (SNI-SENACYT) proporcionó apoyo adicional para las actividades de investigación.
Delfino.cr consultó al Minae sobre una posición del tema, pero al cierre de esta publicación no se obtuvo respuesta.
Dato D+: El manatí fue declarado símbolo nacional de la fauna marina de Costa Rica en 2014, a partir de la iniciativa de dos niños estudiantes de primer grado interesados en la protección de los recursos naturales en el territorio nacional.





