Aunque la cantidad de mujeres matriculadas en carreras STEM aumentó, las mujeres todavía no alcanzan a la cantidad de hombres que se matriculaban en estas carreras hace una década.
El Programa Estado Nación (PEN) presentó este jueves el IX Informe del Estado de la Educación, en el cual se dedica un capítulo completo al tema de la participación de las mujeres en las áreas Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas (STEM por sus siglas en inglés) y que arroja como uno de sus principales hallazgos que la situación de las mujeres en esos campos ha mejorado como tendencia en los últimos 20 años; sin embargo, con avances que han sido lentos y un mercado laboral que sigue estando altamente segmentado por género.
Según indicó Marcela Román Forastelli, investigadora del Estado de la Educación, pese a la “urgente necesidad” del país por aumentar la cantidad de profesionales en estos campos, la situación relativa de las mujeres con respecto a sus pares masculinos sigue siendo desfavorable en la mayoría de las disciplinas, y añadió:
Esto afecta la igualdad de oportunidades para la inserción laboral, el disfrute pleno de sus derechos y, también, el ritmo de desarrollo del país”.
Según los datos del informe la brecha de género en los registros de matrícula de primer ingreso de las careras STEM en las universidades públicas se ha reducido en la última década, pasando de 18 a 14 hombres por cada 10 mujeres.
Mientras en el 2011 se matricularon 3.863 hombres y 2.156 mujeres en carreras STEM, en el 2021 fueron 4.521 y 3.294 respectivamente. Es decir, aunque la cantidad de mujeres matriculadas aumentó, una década después las mujeres todavía no llegan a la cantidad de hombres que se matriculaban en estas carreras 2011. Al respecto Román añadió:
Esta tendencia se revierte si analizamos las matrículas de primer ingreso en carreras no STEM. Esto indica que las mujeres sí están interesadas en estudiar en la universidad. En este sentido, las universidades podrían hacer un mejor esfuerzo a la hora de atraerlas”.
El informe también encontró que las brechas de género están además presentes en el mercado laboral de las carreras STEM y se observan en la participación, las disciplinas y los perfiles profesionales.
Para llegar a estas conclusiones desde el PEN analizaron las cifras de personas ocupadas según la Encuesta Nacional de Hogares (Enaho 2021) del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) y la cantidad de profesionales activos en Sicere que, efectivamente, obtuvieron un título universitario en cualquier área STEM entre el 2010 y el 2021. Sobre estos datos Román señaló:
De la Ehaho observamos que apenas el 8,1% de las personas ocupadas en Costa Rica trabajan en las áreas científico-tecnológicas, y entre ellas las mujeres solamente representan el 34,4%”.
Además, los datos del INEC también dejan ver que los hombres ocupan principalmente puestos en las áreas STEM de mayor demanda laboral (86,1%), como manufactura avanzada, ciencias de la vida y servicios empresariales. En contraste, las mujeres ocupan en mayor proporción (63,5%) puestos en las áreas STEM de menor demanda, como ciencias de la salud.
Además, se identificaron algunos avances de las disciplinas STEM en el plano laboral, ya que para el 2010 la cifra de las personas ocupadas en trabajos formales con un título universitario en áreas STEM representaba el 7% del total de profesionales, en 2021 la cifra creció al 16,6%, y en ese mismo periodo “la participación laboral de las mujeres graduadas en STEM tendió a ser cada vez mayor, al aumentar de 42% del total de personas graduadas en estas disciplinas en el 2006 al 47% en el 2021, principalmente en carreras de ciencias médicas y salud”.
Inserción de mujeres en el mundo STEM
El informe también destacó que “las mujeres enfrentan numerosas limitaciones en sus trayectorias educativas y laborales que dificultan su ingreso, progreso y permanencia en el mundo STEM”.
Al respecto la investigadora Román explicó:
Estudios internacionales ya indican cuáles son algunas condiciones favorables y obstáculos, pero cómo atraviesan las profesionales STEM esas condiciones en Costa Rica es lo que respondimos, contrastando la evidencia internacional con un sondeo en el que les hicimos múltiples preguntas”.
Entre los hallazgos encontrados en esta parte del informe se destacó que “las probabilidades de que una mujer se interese por áreas STEM durante la escuela o el colegio aumentan al provenir de entornos con mayor solvencia económica, al tener padres y madres con estudios universitarios”.
Además, se encontró que “durante la universidad y el mundo laboral, las probabilidades de progreso y permanencia en áreas STEM aumentan para las mujeres cuando reciben motivación de docentes, pares o jefes, al existir condiciones equitativas en los equipos de trabajo e investigación y al existir oportunidades para escalar posiciones, entre otras”, sin embargo, se identificó que esos entornos favorables no son frecuentes en el país.
Adicionalmente, sobre las características del ámbito personal identificados entre las mujeres que progresan y permanecen en una carrera STEM el informe destacó altos niveles de autopercepción, empoderamiento y perseverancia en la carrera escogida, a lo que Román añadió:
Al analizar los principales factores asociados al éxito de las mujeres en áreas STEM, vemos que ninguno o casi ninguno está asociado a un esfuerzo país, ni siquiera de las universidades, por promover estas disciplinas entre las mujeres”.
La investigadora concluye que las políticas públicas del país, orientadas a promover las carreras STEM entre las mujeres, deberían "facilitarles el acceso a la información sobre las oportunidades que ofrecen estas áreas y puedan tomar sus decisiones de manera autónoma y, también, asegurar que las personas estudiantes disfruten de entornos de aprendizaje libres de estereotipos de género”, pero señaló:
Tenemos la Pictti (Política Nacional para la igualdad entre mujeres y hombres en la formación, el empleo y el disfrute de los productos de la Ciencia, Tecnología, las Telecomunicaciones y la Innovación), del Micitt, y la PIEG (Política Nacional para la igualdad efectiva entre mujeres y hombres), del Inamu. Ninguna de ellas establece claramente responsables por las acciones y metas que proponen y no existen evaluaciones formales periódicas que permitan generar evidencia de cuáles resultados están dándole al país”.
Además, existe también la Estrategia Nacional de Educación STEAM, a cargo del Ministerio de Educación Pública, pero “en esta tampoco se mencionan resultados conocidos”.
En cuanto a las medidas adoptadas por las universidades, el informe destaca que únicamente el Instituto Tecnológico Costarricense cuenta con una política universitaria específica para cerrar las brechas de género en profesiones STEM, aunque reconoce que otros centros de estudio superior cuentan con medidas concretas, y añadió:
Las medidas universitarias muestran importantes rezagos, representan un mayor esfuerzo que los vistos a nivel nacional. Las brechas de género en campos STEM, a nivel universitario y en el mundo laboral, no se van a cerrar solas. Es un esfuerzo colectivo que podría ser impulsado de gran manera desde las universidades”.
Adicionalmente, el informe reconoce la incapacidad de tener la imagen completa de la situación a nivel país debido a la falta de información de la matricula de las universidades privadas ya que “hasta el momento no reportan al Sistema Estadístico Nacional estas cifras y el Estado no utiliza sus competencias de fiscalización para subsanar esta deficiencia”.
Lea también las siguientes notas hechas a partir del IX Informe del Estado de la Educación:
- IX Informe del Estado de la Educación: «la crisis se ha profundizado».
- Tasa de escolaridad aumentó sin ir acompañada de controles de calidad.
- “Costa Rica se encuentra en una situación crítica de pobreza de aprendizajes”.
- 1 de cada 12 escuelas en el país ofrecen el currículo completo en horario regular.
- Pruebas nacionales presentan “vacíos y limitaciones en todos los componentes”.
- Programas de equidad han perdido «cerca de una cuarta parte de su poder adquisitivo» en 4 años.
- Cobertura universitaria de personas de 18 a 24 años crece, pero no se logra cerrar la brecha con países OCDE.
- Falta de un FEES quinquenal “es un retroceso para la planificación universitaria de mediano y largo plazo”.
- Mitos y estereotipos de género persisten entre personas formadoras de docentes.