Netanyahu ha encontrado la manera de continuar al mando del estado de Israel: responder al genocidio con más genocidio.

Trump ha entendido que la única forma para que Rusia ceda en aceptar el fin del conflicto es reconociendo primeramente que Ucrania nunca será parte de la OTAN.

La nueva era de Trump ha comenzado. Los próximos cuatro años prometen ser convulsos, pero el escenario internacional se encuentra mejor preparado para afrontar al Trump 2.0.

Tras una prórroga caótica, la COP 29 cerró un acuerdo en que los países enriquecidos se comprometen a aportar 300.000 millones anuales a partir de 2035 para que los países empobrecidos puedan recortar sus emisiones de CO2 y se adapten a la crisis climática

Mientras tanto el genocidio en la Franja de Gaza continúa.

El cinismo del discurso de Netanyahu ha ido evolucionando con el paso de los minutos.

La construcción del consentimiento hacia la guerra por parte de los mass media está cargada de intereses económicos de unos pocos que buscan militarizar nuestras mentes para aceptar y normalizar ciertos conflictos que respondan a sus intereses.

Desde abril de 2023 esta guerra ha ocasionado una de las peores crisis humanitarias que existen en la actualidad.

El fascismo es mucho más que una respuesta emocional en un momento determinado.

La justicia internacional ha dado pasos importantes para juzgar los crímenes israelíes en Gaza.

La guerra en Ucrania asociada a la alta tensión en Oriente Próximo y el pulso entre Estados Unidos y China, ha generado una nueva especie de carrera armamentística.

Costa Rica aún tiene varios desafíos por delante para promover un modelo económico alternativo.

La guerra continúa y con ello sus nefastos efectos.

A pesar de que las medidas cautelares son vinculantes para las partes, cabe la posibilidad de que Israel las ignore porque el tribunal no tiene capacidad para garantizar el cumplimiento.

El siguiente paso le corresponde a los países firmantes que deben presentar sus nuevos planes climáticos en 2025 en cuanto a la reducción de sus emisiones.

La intención de destruir a Hamás no puede suponer un pretexto para bombardear a la población civil.

La violencia estructural-cultural del conflicto árabe-israelí ha acentuado una narrativa bélica que se traduce en responder a la violencia con más violencia.

La autoproclamada república de Nagorno Karabaj ha dejado de existir.

El golpe de Estado perpetrado en Níger, sumado al reciente golpe militar en Gabón, suma un total de 10 golpes de Estado en África en un total de cuatro años.

El decrecimiento no solo responde a las falacias del modelo de desarrollo tradicional, promueve todo un cambio radical en todas las esferas de la sociedad.

Difícilmente veremos una nueva rebelión contra Putin.

El decrecimiento nos invita a reflexionar sobre lo que significa el trabajo.

El conflicto armado en Sudán demuestra una vez más cómo los intereses personales y el control económico de un país están ocasionando un conflicto armado.

Al día de hoy las nefastas consecuencias de la guerra en Irak las sigue pagando el pueblo iraquí.

El 24 de febrero pasado se cumplió un año de la invasión rusa a Ucrania.