Cómo un reglamento salarial destapó luchas de poder, favores políticos y posibles violaciones a la ley en la universidad más prestigiosa del país.

El “Caso UCR” es tan complejo que hasta ahora lo que hemos visto son fragmentos desordenados que pareciera imposible ensamblar en algo coherente.

Nada de esto es casualidad. Estamos frente a un escenario diseñado para confundir a la ciudadanía, a la prensa y hasta a las autoridades: resoluciones, dictámenes, transitorios, escalas, principios legales camaleónicos, reinterpretaciones, fechas cruzadas y encima, una narrativa institucional que a menudo juega a la ambigüedad como estrategia.

Detrás del principio de autonomía universitaria emergen fuerzas de opacidad, cinismo y manipulación descarada. No es una foto bonita, pero hay que tomarla. Lo contrario implicaría abandonar a la UCR a su suerte y ese es un lujo que Costa Rica no puede darse.

Que quede claro: este no es un relato fácil de abordar. Es denso, retorcido, plagado de aristas que se bifurcan, se cruzan y se contradicen. El propósito de este reportaje es aportar claridad y, en el mejor de los escenarios, propiciar acciones que ayuden a evitar que la institución académica más importante del país termine por sabotearse a sí misma. 

Esta es una historia institucional de advertencias ignoradas, normas burladas, poder concentrado y cuestionables alcances de la autonomía universitaria. Es además una historia de pactos debajo de la mesa y de cálculo político.

Y sin embargo —y esto es lo más importante— también es una historia de personas valientes. Administrativos, académicos, estudiantes… voces que advirtieron, protestaron y denunciaron cuando muchos (algunos por miedo otros por conveniencia) callaban. Es gracias a estas personas que dieron el paso al frente que hoy sabemos lo que sabemos. Que no quepa duda entonces, si hoy hay crisis, no es por falta de oposición institucional interna. Sobra gente que, desde adentro de la UCR, hizo (y sigue haciendo) todo lo posible por protegerla. 

El nudo medular

El grueso de esta historia tiene que ver con la polémica aprobación y ejecución del Reglamento del Régimen Salarial Académico (RRSA) de la UCR, que, en dos platos, se aplica hoy ignorando limitaciones impuestas por la Ley Marco de Empleo Público (10.159). 

En esencia la polémica principal nace a partir de dos posiciones enfrentadas en torno al RRSA. Para facilitar la comprensión del relato las dividiremos en Ala política y Ala jurídica. 

#1 El Ala política

Liderada por Carlos Araya Leandro, quien desde enero de 2025 es el rector de la UCR. En 2023, cuando surgió el origen de la polémica, Araya era parte del Consejo Universitario (CU), como representante de las Sedes Regionales. En aquel entonces, con el apoyo de la mayoría de los integrantes del CU impulsó (a pesar de cualquier cantidad de advertencias) la aprobación y ejecución del Reglamento del Régimen Salarial Académico que hoy da pie a este reportaje.

Es difícil resumir en un par de párrafos los extremos a los que llegó el ala política a fin de impulsar el RRSA. Lo que puedo asegurar es que para la elaboración de este reportaje se revisó un cuantioso volumen de documentación, incluyendo cualquier cantidad de oficios y numerosas sesiones maratónicas del Consejo Universitario entre 2023 y 2025. Entonces, si se me pidiera una frase que ilustre el actuar del ala política diría que es esta:

La oficina jurídica dice que todo lo actuado por el Consejo Universitario es correcto. Eso que quede claro a la comunidad universitaria”.

Carlos Araya Leandro, sesión N.° 6815 del Consejo Universitario, 25 de junio de 2024.

¿Por qué?

Porque es mentira y Araya lo dijo sabiendo que era mentira. Porque tergiversa un dictamen jurídico para ignorarlo a conveniencia.  Porque es el punto exacto en el que el discurso terminó de suplantar la legalidad. Porque con esta frase Araya reescribió el orden institucional, anulando el peso técnico de un dictamen interno (OJ-335-2024) que declaraba la nulidad absoluta del Reglamento del Régimen Salarial Académico

Es, en síntesis, la frase que parte en dos la historia reciente de la UCR: el momento en que la verdad jurídica fue sustituida por una narrativa de poder.

#2 El Ala jurídica

Antes, durante y después de la aprobación y ejecución del RRSA un grupo de personas intentaron hacer todo lo posible por exigir garantías legales y técnicas a fin de evitar vicios de forma y fondo que pudieran provocar su nulidad y colocar a la UCR en complicados escenarios legales y financieros.

Destacan (entre otros) el exrector Gustavo Gutiérrez Espeleta (2021-2024) diversas decanaturas, la Contraloría Universitaria, la Oficina Jurídica, la Facultad de Derecho, dictámenes independientes y, dentro del propio Consejo Universitario, William Méndez Garita, quien ha sido consistente en sus críticas y cuestionamientos desde el propio acto de origen (diciembre, 2023) hasta este mes (abril, 2025) inclusive.

Gustavo Gutiérrez Espeleta fue rector de la UCR entre 2021 y 2024. Intentó, infructuosamente, impedir la aplicación del RRAS en la versión aprobada por el Consejo Universitario. Gustavo Gutiérrez Espeleta fue rector de la UCR entre 2021 y 2024. Intentó, infructuosamente, impedir la aplicación del RRSA en la versión aprobada por el Consejo Universitario.

El exdirector de la Oficina Jurídica (2023-2024), David Fallas Redondo, resume la polémica con una frase clara, cruda y concreta que compartió con Delfino.CR:

“La UCR siempre ha tenido que ajustarse, sí o sí, a la Ley Marco y a la Ley 9635 (Fortalecimiento de las finanzas públicas). Es un imperativo legal. La autonomía universitaria no es un comodín que pueda sacarse para evitar cumplir dichas leyes. Es decir, la autonomía universitaria no sirve de excusa o justificación para todo lo que ha ocurrido con el Reglamento del Régimen Salarial Académico y otros temas”.

Aquí es clave entender que para el ala jurídica el problema no era crear un nuevo régimen salarial (de hecho, estaban de acuerdo) sino hacerlo sin sustento técnico ni legal y con una polémica interpretación de la autonomía universitaria. Fallas lo aterrizó en esta frase:

Hay gente que cree que la autonomía es tan potente como para que una ley no nos cubra si no nos nombra. ¡Claro que la universidad es una institución pública!”.

En una reciente conversación con Amelia Rueda, Fallas también denunció otro ángulo de la problemática que Delfino.CR pudo confirmar: el miedo a hablar y denunciar. Muchos funcionarios no alzan la voz por temor a represalias:

“Me escriben todos los días. Pero no denuncian, porque dicen ‘con estas autoridades me friegan con carrera académica o me cierran la unidad’”.

El testimonio de David no solo refuerza las advertencias y denuncias legales que ya habían sido planteadas y que explicaremos a fondo en este reportaje, también visibiliza el ambiente interno polarizado de miedo, clientelismo y control político que, lamentablemente, se ha instalado en sectores del poder universitario.

¿Una frase que resuma la posición del Ala jurídica? Ninguna tan clara como esta: 

La autonomía no es un sinónimo de impunidad, no es un permiso para que nadie se sienta en libertad de robarle a las y los costarricenses”.

William Méndez Garita, sesión N.° 6815 del Consejo Universitario, 25 de junio de 2024.

Un caso hiper-complejo

A fin de poder explicar este caso con propiedad dividiremos este reportaje en distintos segmentos clave. 

Primero, abordaremos la sesión 6768 del Consejo Universitario, celebrada el 14 de diciembre de 2023 y durante la cual se aprobó el Reglamento del Régimen Salarial Académico. 

Lea: Caso UCR: La sesión del Consejo Universitario que encendió la mecha.

Segundo, explicaremos por qué el RRSA es tan polémico. 

Lea: Caso UCR: El reglamento que sembró la discordia.

Tercero, detallaremos la guerra fría en la que entró la UCR a lo largo del 2024 (año electoral), cuando el Ala Política insistía en aplicar el RRSA mientras el Ala Jurídica agotó todos los posibles llamados a la prudencia. 

Lea: Caso UCR: 2024, un año de conflicto y campaña.

Cuarto, abordaremos la llegada de Araya a la Rectoría en 2025 (tras ganar las elecciones) y por qué esto implicó el estallido de una polémica que, por meses, la UCR procuró sostener a lo interno.

Lea: Caso UCR: Araya entra a la rectoría y estalla la polémica.

Finalmente, aportamos nuestras conclusiones, que pueden ser consultadas en este enlace.


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