Estudiantes de Centroamérica, el Caribe y Suramérica participaron en curso intensivo sobre tecnología single-cell RNA-seq en el Cicica.
La Universidad de Costa Rica informó que el Centro de Investigación en Cirugía y Cáncer (Cicica) lideró un procesos de enseñanza sobre investigación de cáncer, dirigido a toda Centroamérica, el Caribe y Suramérica.
Desde 2021 el Cicica implementa una de las tecnologías más avanzadas del mundo que permite estudiar, individualmente, cada célula de cáncer, con el objetivo de sentar nuevos hallazgos científicos que permitan mejorar, significativamente, las posibilidades de un diagnóstico más temprano y brindar tratamientos personalizados de cáncer.
La UCR detalló:
Se trata de la tecnología de transcriptómica de célula única, mejor conocida como single-cell RNA-seq, una herramienta que permite estudiar las diferentes poblaciones celulares dentro de un cáncer, a fin de conocer su comportamiento individual y las características específicas de cada célula que podrían estar favoreciendo la progresión tumoral”.
En el programa de single-cell participaron 20 estudiantes de Centroamérica, el Caribe y Suramérica. El proceso fue liderado por seis personas instructoras altamente capacitadas de Costa Rica y Chile, bajo una metodología de carácter intensivo durante cinco días en la modalidad presencial en los laboratorios del Cicica.
El curso se enfocó en fomentar las capacidades científicas regionales para abordar el cáncer desde una perspectiva más personalizada, con el uso de tecnologías de vanguardia.
La casa de estudios señaló que la selección del Cicica se dio gracias al liderazgo del Dr. Ricardo Chinchilla Monge, investigador de este Centro, y mediante la universidad UNU-Biolac, en colaboración con profesores de la Universidad de Chile y de la Universidad Tecnológica Metropolitana de Chile.
La designación a la UCR no solo enaltece el liderazgo de Costa Rica como un país pionero a nivel regional en la formación avanzada en tecnología aplicada a la investigación, sino que también consolida su rol protagónico como entidad capaz de encabezar soluciones científicas de impacto global”.
La investigadora del Cicica-UCR y una de las instructoras del curso, Ana Cristina Castro Castro, señaló:
En una región como la centroamericana, donde los diagnósticos tardíos y el acceso desigual a tratamientos para el cáncer son desafíos persistentes, la enseñanza de esta tecnología puede ser un punto de inflexión”.
Castro agregó:
A largo plazo, las investigaciones que se realicen con este tipo de tecnologías podrían permitir el desarrollo de biomarcadores más específicos, terapias personalizadas y estrategias de monitoreo más eficaces, todo adaptado al perfil genético y molecular de nuestras poblaciones”.
Según la UCR el single-cell permitirá, a futuro, traducir el conocimiento que se genere en un mejor pronóstico para las personas con dicha enfermedad, al estudiar la heterogeneidad de las células de cáncer dentro de un tumor, algo que no brindan los análisis tradicionales.
Actualmente, los métodos tradicionales estudian una mezcla de todas las células de cáncer presentes en un tumor. Esa limitación hace que se pierdan detalles importantes, como la presencia de mutaciones específicas o el perfil de resistencia a tratamientos, lo que termina por dificultar la toma de decisiones médicas precisas. Hoy, con la tecnología single-cell, la historia es diferente.
La transcriptómica de célula única permite aislar cada célula cancerosa a fin de entender su papel específico en esa melodía del cáncer y detectar cuando uno de ellos desafina (célula maligna), incluso antes de que toda la orquesta suene mal (se desarrolle la enfermedad).
Sobre este programa de formación el doctor Chincilla explicó:
En este caso, es la primera vez que el Cicica realiza y coordina un curso en la tecnología de single-cell con énfasis a científicos de Centroamérica y Suramérica, apoyado por la UNU-BIOLAC, por lo que este evento recubre una gran importancia para nuestro centro y la UCR”.
El investigador de la UCR añadió:
La idea es que sea el principio de una serie de cursos que se estén impartiendo para lograr una capacitación continua a nivel latinoamericano y principalmente a nivel centroamericano, donde el Cicica-UCR se pueda posicionar como referente en la tecnología de Single-cell RNA-seq”.
Por su parte, Ana Cristina Ortega Batista del Instituto de Alta Tecnología de Panamá, quien participó del curso señaló:
He quedado bastante impresionada con la organización. En Panamá no tenemos tecnología de single-cell y creo que el mismo curso abarcó todo lo que se necesita para tener la formación en la tecnología desde la parte de wet lab, la parte de bioinformática y de otras tecnologías. Fue muy completo y me encantaría venir de nuevo”.
La formación integró la teoría, las prácticas de laboratorio (wet lab) y el análisis computacional (dry lab), que combina el aislamiento celular, captura de ARN mensajero y síntesis de ADN complementario.
Asimismo, también abordó el análisis bioinformático desde el control de calidad de los datos hasta análisis como el clustering —que agrupa las células que se comportan de manera similar—, las trayectorias celulares y la búsqueda de biomarcadores diferenciales. Esta integración representa una ventaja significativa frente a otros programas de bioinformática y de oncología más segmentados.
En todo esto, la UCR fue una pieza clave que brindó su infraestructura, personal especializado y respaldo institucional. De igual forma, la iniciativa contó con la participación de expertos internacionales en inmunología, bioinformática y tecnologías single-cell.
Esta es la primera edición del curso la cual ha sido recibida como un hito en la región. Para Vinicius Maracaja Coutinho, de la Universidad de Chile, esta área vino a cambiar la manera en cómo se comprende el funcionamiento de la célula y, como consecuencia, la forma en cómo podemos diagnosticar y tratar las enfermedades. Maracaja explicó:
Yo veo esto como un evento espectacular, especialmente, al dar esta capacitación a diferentes investigadores de diferentes centros a lo largo de todo el continente que, normalmente, somos subrepresentados”.
Aunque aún no se ha confirmado la intención de otras instituciones centroamericanas de replicarlo, desde la UCR se aspira a futuras ediciones que incluyan más cupos, alianzas internacionales y tecnologías de punta como la citometría de flujo y el sorting.