Alejo Campos señaló que los retos en materia de seguridad empiezan por las rivalidades entre las fuerzas del Estado que se han hecho notorias en los últimos meses.

La organización Crime Stoppers alertó sobre los retos que enfrenta Costa Rica en materia de seguridad nacional, en un contexto en el que la violencia ha alcanzado cifras récord en el país.

Así lo indicó el director regional de la entidad, Alejo Campos, en una entrevista concedida a Delfino.cr en la que habló sobre los desafíos que tenemos como país en el tema y que, señala, empiezan por las rivalidades entre las fuerzas del Estado que se han hecho notorias en los últimos meses.

Crime Stoppers es un programa comunitario internacional que, desde 1976, busca que las personas denuncien, de forma anónima y en línea, cualquier actividad relacionada con estos delitos transnacionales y sus principales actividades ilícitas, como la trata de personas, el comercio ilícito, la narcoactividad, las economías ilícitas y la cleptocracia.

Dato D+: Lea más detalles sobre la labor de la organización en la nota Crime Stoppers llega a Costa Rica para colaborar en la lucha contra el crimen organizado.

Esa lucha se dirige, también en parte, a contener las formas de financiamiento de las organizaciones criminales y por eso semanas atrás, en Ciudad de Panamá, la organización presentó una edificación de contenedores en el centro de dicha capital, con la cual denunciaron como los ingresos de los aproximadamente 15 contenedores de cigarrillos contrabandeados que entran en Panamá cada mes, se dirigen directamente a financiar a estas mafias.

Es en el marco de esa presentación que Campos conversó con Delfino.cr para explicar que uno de los principales problemas que está afrontando Costa Rica en el tema de seguridad, es el clima de separación y conflicto entre las diferentes autoridades del Estado, el cual genera un escenario del cual, señala el experto, se aprovecha el crimen organizado:

Es necesario que Costa Rica llegue a un consenso político para encontrar una salida en conjunto a esta situación, porque lo que estamos viendo desde afuera es una separación y rivalidad en los diferentes componentes del Estado y entre las autoridades y el problema es que, en la medida de que las decisiones en materia de seguridad se politizan, eso debilita la toma de decisiones y en ese debilitamiento el que gana es el crimen organizado que encuentra una sociedad fragmentada y una institucionalidad debilitada, con muchos vacíos que son llenados rápidamente por los actores de ese crimen".

Campos, a su vez, agregó que es necesaria "una alianza entre todas las fuerzas políticas", incluyendo a los partidos, para trabajar una agenda de consenso en materia de seguridad:

Costa Rica no debe permitir que aquellos pocos puntos, porque son pocos en realidad, en los cuales los actores no están de acuerdo, impidan el diálogo porque en la medida que eso está sucediendo y que un sector culpabilice a otro, eso es lo que genera es una debilidad institucional y, repito, el crimen organizado se aprovecha de eso".

Una nueva lógica de convergencia criminal

Crime Stoppers empezó sus visitas a Costa Rica el año pasado, con el fin de iniciar un diálogo con las instituciones del Gobierno que le permita implementar acciones de cooperación en pro de la lucha contra el crimen organizado con su iniciativa tupista.org, la cual ya funciona en otros países de la región, incluido Panamá.

El objetivo de esta es dar una herramienta a la ciudadanía para denunciar anónimamente los hechos criminales que suceden en su comunidad, con el fin de que esas denuncias sirvan de insumos para las autoridades.

En esta vía, la organización se ha reunido con autoridades del Ministerio de Seguridad Pública, del Ministerio de Hacienda, de la Dirección General de Aduanas, de la Policía de Control Fiscal, de la Asamblea Legislativa, del Instituto Costarricense sobre Drogas y con otros actores públicos, pues su labor también se basará en realizar entrenamientos con las autoridades y con las comunidades para concientizar sobre la afectación que trae, por ejemplo el comprar bebidas alcohólicas, cigarrillos o medicinas en el mercado de negro.

Al respecto, Campos señaló a este medio que es necesario comprender el cambio que ha llegado al crimen organizado, que hace que este ahora opere como una mega red bajo la "lógica de convergencia criminal":

El crimen organizado ya trabaja como una especie de corporación criminal, transnacional y nacional, en donde tiene un portafolio de bienes y de servicios criminales. Dentro de ese portafolio hay algunos que son más de contacto con la población en general y hay otros de los que la gente directamente nunca se va a enterar porque no son el target de ese portafolio. En ese portafolio hay extorsión, comercio ilícito, temas de fraude, robos, las rentas que cobran las pandillas y todo eso forma parte de una misma cadena que viene a beneficiar y financiar al crimen organizado y al narcotráfico".

El experto señala que como las estructuras del narcotráfico necesitan dinero diario y de fácil acceso para controlar a sus territorios de operación, son necesarias otras actividades ilícitas como los fraudes digitales (que también estarían asociados a esta dinámica), los robos de vehículos y a hogares y hasta los "peajes" para acceder a ciertos sitios, así como el tráfico de personas, pues todos estos permiten flujos de caja muchísimo más ágiles que los de las "operaciones grandes" como el trasiego internacional de droga:

Las estructuras de narcotráfico necesitan dinero diario para controlar el territorio y ese dinero sale de estas pequeñas operaciones, mientras recuperan el dinero de la operación grande que tiene que ver con el narcotráfico. Por eso, hoy en día las organizaciones trabajan de la mano con otras organizaciones que antes trabajaban por separado y por eso, por ejemplo, ahora tenemos a los narcotraficantes trabajando junto a los tratantes de personas, como los que estamos viendo en Centroamérica ahora mismo y que impulsan a las caravanas migrantes a pasar por países como Costa Rica. El crimen organizado encontró en estas personas una posibilidad de hacer mucho dinero y, lamentablemente, con un riesgo bajísimo porque al final hay tantas necesidades y gente excluida y expulsada de sus países por la propia situación que viven (situación que muchas veces es creada por el propio crimen organizado) que se convierten en un bien criminal del cual generan dinero durante toda la ruta".

Para el experto, es necesario que las autoridades y la ciudadanía entiendan esta dinámica compleja de operación del crimen pues, además de que entenderlo como un todo es la única forma de combatirlo, es necesario que la población sea consciente de esta realidad para que entienda que hasta acciones que pueden parecer sencillas como comprar una botella de licor más barata, puede tener graves consecuencias en materia de seguridad:

Todo está vinculado: desde quien compra un gramo de cocaína en Nueva York de alta pureza a 400 dólares, hasta su primo que en Costa Rica compró una caja de cigarrillos ilegales que vinieron de la China o de Corea y con los que se lava el dinero de lo que aquel pagó en los Estados Unidos".

El director regional de Crime Stoppers, Alejo Campos, durante la activación que denunció, este mes de febrero en Panamá, como el contrabando de cigarrillos es una de las principales fuentes de financiamiento del crimen organizado en la región centroamericana.

"Costa Rica no está preparada"

El experto también fue enfático al señalar que Costa Rica no está preparada para los niveles de inseguridad que está viviendo y que por eso estas nuevas lógicas de operación del crimen organizado, sumadas a la división de las autoridades estatales, podrían haber agarrado al país sin las herramientas para atender la coyuntura actual con la capacidad suficiente.

Según Campos:

Costa Rica siempre ha sido un país que ha proyectado paz, estabilidad y seguridad por el tema de no ejército y del progreso en materia de derechos humanos pero esas medidas ahora pueden ser leídas por las estructuras criminales transnacionales como una debilidad institucional y una ventana de oportunidad para que ellas puedan operar".

El especialista agrega que lo anterior, sumado a un contexto regional o donde las pandillas de El Salvador ya no pueden operar en su país como lo hacían antes, ha generado que la estructura de estas organizaciones opte por emigrar hacia otros territorios cercanos, como Costa Rica, lo que genera mayores disputas por el control de los territorios y por tanto, los índices más altos de criminalidad que vimos el año pasado:

Lo que vimos cuando fuimos a las reuniones con las autoridades y con la Asamblea Legislativa era a un país no preparado para enfrentar lo que se está viniendo y no por inoperancia, sino porque no era algo que se esperaran. Eso generó que la institucionalidad y los marcos normativos no estuvieran preparados para esto, a diferencia de países del Triángulo Norte que durante años han estado viviendo este tipo de delincuencia en las calles y que, por ello, ya tienen una institucionalidad y a una sociedad preparada para eso. La sociedad de Costa Rica, el tico, no está acostumbrada a este clima de inseguridad que se está viviendo ahora".

En este sentido, la organización ha hecho un llamado a las autoridades nacionales para que atajen al problema como uno global que requiere de acciones en todos los sentidos, iniciando por el tema de la estabilidad social y política, las cuales, señala, son las que separan a las naciones de crisis como las que vive Ecuador en este momento o como las que han vivido Colombia o México en el pasado:

Costa Rica sí puede ir hacia ahí (a un estado como el de Ecuador) en la medida, como lo hemos visto en otros países, en que la desestabilización social y política aumente. Esta desestabilización es uno de los primeros pasos que el crimen organizado empieza a tejer en los países para debilitarlos e ir tomando de a poco posesión de las estructuras del Estado. Eso es un poco lo que se ve, te repito, desde afuera en Costa Rica: mucha inestabilidad política que, o es provocada, o está siendo utilizada por estas estructuras".

Una vez dejadas atrás esas diferencias, el siguiente paso debe ser, señala el experto, trabajar los esquemas de blanqueo de capitales que financias y sostienen a estas organizaciones:

El país debe estar muy alerta a los esquemas de blanqueo de capitales en las modalidades de pitufeo o de pequeñas cantidades, y en negocios informales, en ventas informales, en eventos, en conciertos y todo ese tipo de actividad, así como toda la parte de infraestructura que tiene que ver con el negocio inmobiliario, hotelero y turístico que es una forma muy fácil de blanquear dinero. También los salones de belleza, las barberías y los spa que cada vez son más y que aunque tengan buena publicidad, a veces no tienen nada que ver con lo que venden y sus locales solo una puertita nada más. Todas esas son formas de blanqueo".

En este sentido, es necesario señalar la denuncia que realizó la Cámara Nacional de Exportadores de Piña (CANAPEP) esta semana, cuando le pidió explicaciones al Banco Central de Costa Rica (BCCR) por la entrada de $1708 millones al país, cuyo origen es desconocido y que se registró en las ventanillas bancarias en el último año.

De acuerdo con el documento enviado por la cámara, en los movimientos registrados por el BCCR en sus datos anuales hay un rubro denominado como “Otros” (es decir, los que no son ni por turismo, ni el neto importaciones-exportaciones, ni por capital) que representa el 48% del total de incremento de sobreoferta de dólares.

Según los datos del Banco, además, el año pasado en ventanillas se cambiaron un total de 7.353 millones de dólares, lo que a su vez representa un crecimiento de 3.647 millones de dólares en comparación con el 2022 (+98%) una cifra que, además de comprometer al tipo de cambio en el país, ha levantado infinidad de dudas sobre el origen de esos fondos.

Dato D+: Lea más sobre el tema en la nota BCCR cruzará bases de datos para detallar actividad económica en la compra y venta de dólares.

Campos también señaló que es importante que Costa Rica avance en los proyectos de ley en materia de lucha contra el crimen organizado y que la región armonice sus legislaciones para actualizarse, en conjunto, a estas nuevas dinámicas de operación del crimen organizado:

Armonizar leyes regionalmente es más difícil y lleva un poco más de tiempo pero sí es necesaria una urgente revisión y modificación de los marcos normativos actuales para la persecución del delito. En Costa Rica eso es urgente porque, lo que hablábamos recién, como Costa Rica nunca vivió esto no estaba preparada para ello y como obviamente las autoridades tienen que trabajar dentro del marco normativo, si tenemos leyes que no estaban preparadas, las autoridades quedan atadas. Las leyes lo que hacen es responder a una demanda cultural y social de un momento particular en la historia de un país y las de Costa Rica, por lo que hemos visto, no tienen este componente de persecución criminal al nivel que lo necesitan hoy en día".

El experto también pidió procurar una inversión constante en seguridad, un llamado que va en la misma línea del que hizo el año pasado el fiscal general costarricense, Carlo Díaz Sánchez, cuando urgió a tomar acciones reales para frenar la ola de delincuencia.

El especialista aseguró que:

Hay que reformar leyes, sí, pero también hay que meter dinero porque la seguridad sin inversión real no es posible. Estamos enfrentando a estructuras criminales que tienen muchos recursos por cantidad de lugares y que no necesitan pasar por tanto procesos de aprobación y luego de implementación de estos recursos. En el Estado si se decide comprar algo, hasta que ese algo llega a ser usado por la autoridad pública puede haber pasado un año de burocracia. El crimen organizado no: decide comprar algo hoy mañana ya lo tiene ahí, lo pagó, se lo traen listo, lo usan. Entonces debemos acelerar estas esos procesos, garantizando obviamente los niveles de transparencia y de no corrupción en las compras, pero sí hay que facilitar a las estructuras de la autoridad el poder investigar, perseguir y ejecutar las leyes que hay que modificar".

Además agregó que:

La gente por un lado le exige al gobierno que tome respuestas automáticas y que resuelva el problema pero el gobierno a veces no tiene ni las herramientas ni el dinero, ni la tecnología y mucho menos el marco normativo para poder hacerlo".

Finalmente, Campos hizo un llamado a la población costarricense para que no normalice la violencia y no deje de denunciar los crímenes a los que se enfrenta:

Costa Rica está muy a tiempo todavía porque la población sigue asombrada de lo que está pasando. En la medida en que naturalicemos el proceso, el hecho de violencia y de encontrarnos en la esquina con un cadáver, estaremos más complicados porque así no vamos a encontrar un camino de salida si no que vamos a adaptarnos y naturalizar el proceso. Eso fue lo que pasó en el Triángulo Norte y es lo que no debe pasar aquí".