Diferentes estudios realizados en los últimos dos años revelaron impactos fuertes en el estado de la salud mental de la población costarricense. Pese a esto y a ser una problemática que ya venía desde antes de la pandemia, la Secretaría Técnica de Salud Mental del Ministerio de Salud se encuentra sin jerarca desde diciembre 2020.

Según confirmó la oficina de prensa de la cartera de salud, dicho puesto quedó vacante el 15 de diciembre 2020 luego de que el entonces secretario técnico de Salud Mental del Ministerio de Salud, Francisco Gólcher Valverde, se acogiera a su pensión.

Hasta el 30 de marzo de 2021 el puesto no podía utilizarse por las restricciones existentes sobre el uso de puestos vacantes. De abril de 2021 a la fecha, el campo fue nuevamente habilitado para su uso, sin embargo, en primera instancia no se pudo captar candidatos por la ausencia de elegibles indicada por Servicio Civil.

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La oficina de prensa aclaró que la coordinación técnica y administrativa de dicho despacho había quedado a cargo de la ex viceministra de salud, Alejandra Acuña y recientemente pasó a manos de la nueva viceministra Ileana Vargas. “Actualmente se valoran perfiles internos para ocupar dicha plaza próximamente”, indicaron.

Ausencia estatal

En el año 2012 el país puso en marcha el Plan de Acción de la Política Nacional de Salud Mental 2012- 2021 (PA-PNSM) en un intento por atacar las causas y reducir este problema. No obstante, un informe de  la Contraloría General de la República en diciembre del 2017, reveló que, a la fecha, el Ministerio de Salud había invertido solo un 19,50% de los 433 millones de colones que se asignaron para ejecutar políticas en pro de la salud mental en el país.

La máster e investigadora del Instituto de Investigaciones Psicológicas de la Universidad de Costa Rica (UCR), Ana María Jurado, señaló que debido a la atención primordial de la pandemia el Estado dejó aún más aparte la intervención en las problemáticas de salud mental. 

Los centros regionales de atención del suicidio, estuvieron cerrados prácticamente durante toda la pandemia y las personas profesionales fueron redireccionados a otros espacios. El hospital psiquiátrico estuvo en un 50% destinado a atender la COVID-19", ejemplifica Jurado. 

La experta espera que los recursos existentes se utilicen de la mejor manera, reforzar los enfoques sociales desde las comunidades y ver el tema desde una óptica menos farmacológica. 

Quizá podríamos empezar porque en la secretaría técnica de salud mental nombre a una persona secretaria. Intentar que los recursos sean utilizados de forma correcta y que se de una intervención comunitarias, que no pase por la medicación que es la forma en la que la salud mental se atiende prioritariamente". 

Actualmente desde el Ministerio de Salud se trabaja en la evaluación del III trienio de la Política Nacional de Salud Mental (2012-2021) para posteriormente iniciar con la actualización de la misma.

Cifras alarmantes

Los resultados obtenidos de estudios llevados a cabo para determinar el impacto de la pandemia en la salud mental de la población de Costa Rica, dan una alerta de la necesidad de intervenir en una problemática que se agudiza con el pasar de los días.

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Una investigación realizada por la Universidad Estatal a Distancia (UNED) y por la Universidad Nacional (UNA) en enero de 2021 reveló que más de 1.300.000 personas han sufrido de una afectación crítica a su salud mental, a causa de la pandemia de COVID-19.

La coordinadora de la investigación, la psicóloga de la UNED, Eva Carazo Vargas, indicó que de 6.786 personas encuestadas entre los periodos de marzo y octubre de 2020 (cuando se realizaron los dos cortes en la medición del estudio), el 61.0% de la población costarricense reportó haber presentado alguna sintomatología depresiva y un 43.7% de la población consultada presentó alguna sintomatología asociada con ansiedad generalizada severa.

La investigación “Salud mental y relaciones con el entorno en tiempos de COVID-19” también resaltó que la vulnerabilidad socioeconómica que enfrentan diferentes poblaciones en Costa Rica como consecuencia de la pandemia, también ejerce una fuerte incidencia en la salud mental de las personas.

El estudio puntualizó que el impacto más serio en su salud mental lo sufre el 30.6% de la población que recibe, en promedio, menos de 450 mil colones como ingreso bruto familiar; así como el 40.3% de entre quienes perciben entre 450 mil a 550 mil colones; y el 45.2% con ingresos de entre 550 mil y 650 mil colones.

Otro análisis fue el publicado por el del Colegio de Profesionales en Psicología quienes resaltaron que 4090 personas solicitaron atención psicológica por llamada entre el 04 de mayo y el 31 de octubre de 2020.

El 66.9 % de llamadas recibidas corresponden a las mujeres, quienes muestran una mayor tendencia hacia la sintomatología ansiosa en relación con el temor al contagio, según el Colegio de Profesionales en Psicología.

Por otro lado, los hombres (33.1%) muestran mayor sintomatología depresiva por la situación económica y/o laboral, así como mayor frecuencia de consulta por uso de sustancias psicoactivas.

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El máster, investigador y docente de la Escuela de Psicología de UCR, Marco Vinicio Fournier, enfatizó en que hay una ausencia muy importante a nivel institucional para atender y tomar conciencia del problema de salud mental que vive la población. El experto apela a las redes de apoyo de las personas para poder sobrellevar los momentos difíciles.

Es importante que la población comprenda que no están solos, que hay cientos de miles de personas pasando por situaciones similares y que precisamente aislarse en un individualismo es la peor solución”.

Carazo Vargas dijo que las autoridades han atendido la emergencia sanitaria del COVID-19 como una primera urgencia, se destinaron más recursos económicos como personal, y el tema de salud mental quedó relegado.

Pone de ejemplo el cierre de parques que se prolongó y que podía ser una solución para aligerar el peso de las problemáticas mentales.

Estamos ante el enorme riesgo en este momento de crisis haya una tendencia a profundizar las desigualdades que están haciendo tan difícil superar las crisis en salud mental para algunos sectores de la población".

En el caso de las investigaciones en las que ella participó, comentó que presentaron los resultados a distintas instancias. Tuvieron, por ejemplo, una audiencia con la mesa técnica de salud mental, autoridades de las universidades, de la Caja Costarricense de Seguro Social, del Ministerio de Salud y otras instancias de gobierno.

Escapa de nuestro control como se tome esa información. Yo esperaría una reacción integral, decidida y más definitoria de parte de las autoridades, aunque entiendo la complejidad de atender la situación".

La Mesa Técnica Operativa de Salud Mental, es instancia interinstitucional e interdisciplinaria que se activo el día antes de que se declarara la emergencia por COVID-19. Raúl Ortega, representante de la UNA en dicho espacio, explica que sí se realizan acciones para hacer frente a la crisis, pero que los problemas no son nuevos.

Los problemas de salud mental que vienen por la pandemia, no vienen por la pandemia. Vienen por las condiciones de desigualdad y de vulnerabilidad que existen en el país previo a la pandemia. Lo que hace la pandemia es que las fortalece, las amplia y hace que tengamos estas condiciones. Los déficit institucionales para dar respuestas a las necesidades actuales, no vienen de hoy, son previas a la pandemia".