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Presión social, violencia digital y falta de espacios seguros inciden en el aumento de ansiedad, depresión e intentos de suicidio.

La Universidad Estatal a Distancia (UNED) alertó sobre una creciente crisis de salud mental que afecta a la población adolescente y joven en Costa Rica, impulsada por factores sociales, económicos, culturales y emocionales. La advertencia se respalda en la Política Nacional de Salud Mental y datos oficiales que muestran un aumento de los intentos de suicidio en personas entre 10 y 19 años.

Marianella Viales Sossa, psicóloga y coordinadora de la Comisión Institucional de Salud Mental de la UNED, señaló que “la presión por no fallar, la sobrecarga académica, la violencia digital, el abandono emocional y la falta de espacios seguros para expresarse están generando un aumento alarmante en los casos de ansiedad, depresión y sensación de fracaso”.

Según cifras del Ministerio de Salud y la Dirección General de Adaptación Social, los intentos de suicidio en adolescentes pasaron de 1.505 a 1.558 casos entre 2023 y 2024. A nivel internacional, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha identificado los trastornos mentales como la ansiedad y la depresión entre las principales causas de discapacidad.

Estamos viendo cómo se normaliza el malestar emocional. Muchos jóvenes creen que deben ser fuertes todo el tiempo, que pedir ayuda es un signo de debilidad. Estas creencias erróneas, sumadas al estigma social, impiden que las personas busquen apoyo profesional a tiempo”, agregó Viales Sossa.

Propuestas de la UNED

Desde la universidad se proponen diversas acciones para enfrentar esta problemática:

  • Educación emocional desde edades tempranas, incorporando habilidades para la vida en el currículo escolar.
  • Capacitación a docentes, familias y líderes comunitarios en escucha activa, validación emocional y prevención del riesgo psicosocial.
  • Campañas de sensibilización y desestigmatización que promuevan el cuidado emocional y el bienestar colectivo.
  • Espacios seguros de conversación, como charlas, círculos de apoyo y programas comunitarios.
  • Promoción de entornos protectores en hogares, centros educativos y entornos digitales.
  • Colaboración intersectorial entre instituciones públicas, organizaciones sociales y comunidades.

Además, se brindaron recomendaciones prácticas para cuidar la salud mental, como expresar emociones, poner límites, mantener rutinas saludables, dormir adecuadamente, alimentarse conscientemente, hacer ejercicio, conectar con la naturaleza y con otras personas.

La salud mental también se construye en comunidad y, sobre todo, pedir ayuda cuando se necesita no es un signo de debilidad, sino de valentía y autocuidado”, concluyó Viales, haciendo un llamado a toda la sociedad costarricense a actuar con empatía, responsabilidad y urgencia.