Es innegable que Costa Rica está atravesando momentos desafiantes. Más que simplemente estancarnos en varios campos, estamos experimentando retrocesos significativos en algunos. La democracia misma se ha visto sometida a un proceso constante de erosión por parte del actual Poder Ejecutivo. Eso sí, esta afectación no tiene más mínima relación con lo que la diputada Cisneros se refería en diciembre cuando hablaba de una “dictadura legal y constitucional” o golpe de “Estado político-electoral”, en lo que fue el mensaje navideño más absurdo, perverso e irresponsable pronunciado por político alguno en la historia reciente de Costa Rica.

Las democracias sufren desgaste cuando las brechas entre ricos y pobres se amplían; cuando nuestros líderes políticos manipulan la información con facilidad; cuando por parte de nuestros gobernantes se socava la institucionalidad por considerarla un estorbo; y cuando la violencia se dispara debido a la incursión del narcotráfico y la respuesta estatal es débil o inexistente. En fin, estamos presenciando una radiografía de acontecimientos que ocurren ante la mirada ciudadana, y sorprendentemente, son muy pocos los actores que alzan la voz a pesar de que, en el pasado, esos mismos actores generaban grandes escándalos por muchísimo menos.

Vivimos en una época en la que quienes nos gobiernan parecieran estar en una dimensión distinta donde lo más injustificable se defiende una y otra vez a sabiendas de que siempre habrá un sector importante de la población, altamente manipulable, que por más fantasiosa que sea la realidad creada, están dispuestos a defenderla sin respaldo lógico alguno.

A pesar de que son tiempos en que, por la gravedad de nuestros problemas, se requiere más unión y trabajo conjunto, la soberbia y vanidad del gobernante provocan que en su lugar opte por dinamitar puentes, generar odio y polarización y culpar a la vez a las instituciones y demás actores políticos ante su incapacidad para ser efectivo en las soluciones.

El tema de la sanción a Costa Rica Manda y Pueblo Soberano de no poder participar en las próximas elecciones municipales es un eslabón más de lo que vivimos en estas realidades distorsionadas.

Vamos al contexto. Chaves llega al poder sin tener vehículo propio. Lo hace alquilando el Partido Progreso Social Democrático. Lo hace sin tener un equipo de trabajo propio y sin tener claridad en el manejo de la Administración Pública al estar tantos años de su vida laboral fuera de Costa Rica. Esto se tradujo en llegar a tener un equipo sin cohesión política que se manifiesta a su vez en ser el equipo de gobierno más inestable y también se traduce en la imposibilidad material de poder cumplir lo que tan enérgicamente prometió en campaña.

Ante ello la tónica es echarles la culpa a otros, pero jamás reconocer que prometió más de la cuenta, que se ha asesorado mal o que carece de la expertise necesaria para gobernar. Una vez en el poder, cuando ya el PPSD deja de serle útil es desechado por su grupo político íntimo, el cual crea los partidos políticos “Aquí Costa Rica Manda” y “Pueblo Soberano”, con miras a participar en las próximas elecciones municipales. Sus líderes y dueños son funcionarios que laboran en Casa Presidencial, incluyendo a quien ha sido el asesor más cercano del presidente.

En el pasado mes de diciembre, estos partidos fueron sancionados por el TSE por no cumplir las reglas de la paridad de género, lo cual hado dado lugar a una desinformación y manipulación de la realidad nacional sin precedentes, orquestada por el oficialismo y los líderes de estos partidos. Su principal argumento es que el TSE se ha arrogado facultades que no le competen y que las reglas de paridad de género nunca fueron avisadas, por lo que tales reglas del juego fueron antojadizas o inciertas.

Antes de creer de buenas a primeras tanta insensatez es necesario escudriñar los antecedentes del caso.

Desde el establecimiento de la segunda República y el otorgamiento del voto femenino en 1949, Costa Rica, a lo largo de décadas, ha venido estableciendo reformas y mecanismos a fin de fortalecer la democracia electoral. En sociedades que históricamente han sido tan patriarcales y machistas como las latinas, para lograr una igualdad efectiva de género donde las mujeres tengan una participación real en los cargos de elección popular, se requiere la incorporación de medidas o herramientas que así lo garanticen a nivel práctico.

Nuestro actual Código Electoral data del 2009. En él se recoge este principio de paridad de género reafirmando con ello que los derechos políticos de las mujeres son derechos humanos y como tales deben ser fortalecidos. Valga acotar que según encuesta publicada por Idespo-UNA en el pasado mes de diciembre, el 90% de la población costarricense está de acuerdo con las reglas de paridad de género con el propósito de que las mujeres puedan contar con más herramientas para participar en política.

Por su parte, el transitorio II del Código Electoral dispuso que estas reglas no entrarían a regir sino hasta después de las elecciones del 2010. A partir de ahí, y consciente del cambio en la estructura democrática que implicaba poner en funcionamiento en la práctica lo complejo de dichas normas, el TSE le dio en un inicio una interpretación restrictiva. En el año 2019 dicho órgano electoral estableció una interpretación oficiosa de las normas de paridad de género (resolución 1724-E8-2019) que en resumen disponía posponer la aplicación plena de las reglas de paridad en los puestos de regidurías y concejalías hasta las elecciones del 2024 y excluía la aplicación de la paridad horizontal a las candidaturas municipales uninominales como lo son alcaldías, sindicaturas e intendencias.

En ese entonces dicha interpretación fue impugnada ante la Sala Constitucional por parte de unas exdiputadas. El recurso no vino a ser resuelto sino a partir de la sentencia 2023-002951 emitida el 8 de febrero de 2023, o sea, justo al arranque de los preparativos para las actuales elecciones municipales.

Dicha sentencia, que es de acatamiento obligatorio, anuló la interpretación que había tenido antes el TSE en cuanto a que no era posible exigir la paridad de género y dispuso que era ilegítimo posponer más la aplicación de la paridad en las fórmulas plurinominales.

A partir de aquí el TSE procedió a informar de inmediato a toda la ciudadanía y a todos los partidos políticos dos asuntos medulares:

  1. Que en las elecciones municipales del 2024 iba a regir las reglas de paridad horizontal de género de manera que los partidos políticos que deseen participar deben presentar en sus candidaturas, un equilibrio en la participación de hombres y mujeres.
  2. El incumplimiento injustificado en el cumplimiento de lo anterior conlleva, como sanción, la no inscripción de todas sus candidaturas.

Todo ello fue así dimensionado en las resoluciones del TSE números 1330-E8 del 6 de marzo de 2023 y 2910-E7 del 28 de abril de 2023, resoluciones las cuales fueron puestas en conocimiento de la opinión pública por medio de los diferentes medios de prensa y fueron además comunicadas formalmente por parte del TSE a los diferentes partidos políticos que iban a participar en el proceso electoral municipal entrante mediante circular DGRE-005-2023 del 10 de mayo anterior.

Así las cosas, venir a sostener ahora que había incertidumbre en la aplicación de estas normas o que las mismas no fueron de conocimiento de ciertos partidos es absolutamente falso y lo único que pretende es engañar y manipular la opinión pública y desestabilizar nuestra democracia.

Más aún, la aplicación de estas reglas no es estrictamente tajante. El TSE, reconociendo, la dificultad práctica que pueden presentarse al momento de conformar las listas de los partidos, de forma expresa estableció la posibilidad de excepción al cumplimiento a las reglas de paridad en el tanto y cuanto, los partidos logren establecer que, a pesar de que se hicieron uso de los mecanismos necesarios, no fue factible completar las reglas paritarias. Esta es la razón y no otra, por la que, por ejemplo, sí fueron avaladas las candidaturas del PUSC a pesar de tener disparidad en sus nóminas.

Ahora bien, cuando se da la falta de cumplimiento, la sanción no se da de forma automática. Primero se hace una prevención para que se cumpla o se justifique, el PUSC sí lo hizo, el partido Aquí Costa Rica Manda, por ejemplo, de forma burda trató de justificar diciendo que las mujeres no están 100% convencidas de participar en política.

La justificaciones para no poder cumplir se aceptan de forma excepcional, pero nunca pueden ser utilizadas como excusa para no cumplir los procedimientos partidarios internos en la selección de candidaturas ni para burlar la aplicación de la paridad horizontal. Estaba más que claro, que cuando un partido, cualquiera que este fuera, de forma abiertamente adrede, —como lo hizo Aquí Costa Rica Manda y Pueblo Soberano— incumplan el requisito, la excepción no es de recibo y aplica la sanción establecida, cual, rechazar la inscripción de todas las nóminas.

Debemos entender que Costa Rica es un país de derecho. Que las reglas del juego de la democracia, previamente establecidas de forma objetiva, son da acatamiento obligatorio y que deben aplicarse a todos los partidos políticos por igual. El deber de cumplimiento de estas reglas, tanto en lo que se refiere al cumplimiento de sus propios Estatutos. como las normas que rigen a nivel país, es de los partidos y el TSE lo que hace es verificar el cumplimiento de tales requisitos. No es una opción para el TSE desconocer la aplicación de estas reglas del juego. Lo que sucede con estos dos partidos es acorde a mucho de lo que sucede con el gobierno de turno. Se quieren hacer las cosas a su libre antojo, sin respetar el Estado de derecho; desconociendo las instituciones de control político y cuando por desconocimiento, impericia política, mala asesoría o como decimos los ticos, por “chambonada”, no lo logran hacer bien, la culpa es de los demás, la culpa es de nuestra institucionalidad que con tanto esfuerzo y sufrimiento lograron nuestros antepasados para alcanzar una democracia electoral y para poder gozar de una democracia plena.

No es cosa menor. A veces pueda que la costumbre nos haga no valorar lo que somos y lo que tenemos, pero son pocos los países en el mundo que gozan de un democracia plena. Según el Índice de Democracia de The Economist Intelligence Unit, en Lationamerica, solo Costa Rica y Uruguay gozan de Democracia plena, aunque al paso que vamos bien podríamos quedar fuera considerando que con Rodrigo Chaves hemos retrocedido en libertad de prensa y son constantes los ataques a instituciones que sirven como pesos y contrapesos. Un aspirante a dictador o algún presidente que no tenga respeto por nuestra tradición democrática va a querer siempre gobernar a su antojo sin querer sujetarse a nuestro Estado de derecho y va a estar yéndose encima una y otra vez contra la Sala Constitucional, contra la Contraloría, contra el TSE, contra el control político que le hacen algunos pocos buenos diputados de la Asamblea Legislativa y contra de la prensa que ose criticarlo.

Bien se dice que nadie es profeta en su tierra. Esto aplica también cuando no reconocemos lo bueno que tenemos entre nosotros, quizás por mirar hacia otras latitudes, quizás porque lo damos por sentado y nos acostumbramos y por ello no le damos el valor que corresponde. No es de recibo que irresponsables tachen al TSE de corrupto solo porque no sirven a los caprichos de determinados partidos políticos que no cumplen con las reglas del juego. En una correcta dimensión, el TSE ha sido y es de acuerdo a las organizaciones internacionales que evalúan los diferentes sistemas electorales, uno de los órganos electorales más confiables y transparentes, no de América Latina, sino de todo el mundo.

En el caso particular de la sanción de no permitir la inscripción de Aquí Costa Rica Manda y Pueblo Soberano, son actos que se ajustan a reglas del juego previamente establecidas y que eran de su claro conocimiento. Son actos ajustados a derecho y en tal sentido, por más que se digan, por más marchas o sonadas de perol, ningún organismo internacional va a suspender o anular las próximas elecciones municipales. Quien así lo crea, claramente está siendo engañado y está siendo tan iluso como aquél que creyó que por solo llegar a la Presidencia se podían eliminar las pensiones de lujo; bajar el precio del arroz; bajar las medicinas y el costo de vida para las clases más desposeídas, eliminar la corrupción o vivir con más seguridad.

Bajo este contexto crítico que atravesamos, es fundamental abandonar la ingenuidad que nos hace vulnerables a manipulaciones y desinformación. La realidad política y social nos demanda una participación activa y consciente en los procesos electorales, especialmente en las próximas elecciones municipales.

La democracia, aunque enfrenta desafíos, sigue siendo uno de nuestros activos más valiosos que debemos proteger y fortalecer.

Es momento de reconocer el valor de nuestras instituciones, en particular del Tribunal Supremo de Elecciones, como pilar de nuestra democracia. La estabilidad y confiabilidad del TSE, reconocido internacionalmente, resulta fundamental para mantener la credibilidad de nuestros procesos electorales.

En lugar de sucumbir a la desinformación y la manipulación, insto a todos los ciudadanos a informarse, a participar activamente y a votar en las elecciones municipales por la opción política que mejor le convenza. Que nada ni nadie nos impida ni ahora ni nunca disfrutar de nuestra mayor fiesta cívica como lo es el votar en democracia.

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