Pensamiento y palabra. Siempre recuerdo esto de un libro que leí y cuyo título no era para nada llamativo. El mismo autor lo admitía. Sin embargo, su contenido me cautivó por algunas analogías que hacía. Una de ellas era que al igual que los computadores se comunican y ejecutan todas sus acciones en base a un código binario, los seres humanos somos capaces de hacer lo mismo a través del pensamiento y la palabra. Por extensión, lo que cada uno de nosotros piense y diga se transfiere a la colectividad. Es por eso que no podemos aceptar como país un discurso de odio, tonos beligerantes e incendiarios provenientes de las cabezas del gobierno. Lo que pensemos importa tanto como lo que digamos. 

Ahora bien, si enfocamos esas energías de pensamiento y palabra en aspectos puntuales podríamos lograr cambios sustantivos para el futuro de quienes vienen detrás nuestro. Me parece que la discusión de las jornadas 4 x 3 puede ser uno de esos aspectos puntuales y que nos pueden servir como punto de inflexión.

Independiente de lo que pase en la Sala IV, las jornadas 4 x 3 tienen el potencial de traernos a la mesa - de hecho, ya lo hicieron - el tema de reducción de las jornadas laborales. Aclaración: no soy seguidor, ni militante, ni nada por el estilo del Frente Amplio. Sin embargo, cuando me enteré de que propusieron formalmente la discusión (por aquí, por acá y por allá) pues, honestamente me hicieron el día. El tener esta discusión ahora y llevarla al puerto que creo todos sabemos debe de llegar, va a ser un cambio sustantivo para nuestras futuras generaciones. El statu quo se debe de romper, solo así evolucionan las sociedades. Y sí, todo dentro del marco democrático y del estado de derecho.

Puede que alguien exclame: ¡pero que necedad! La gente tiene que trabajar para que este país salga adelante. Y trabajar mucho y duro. Pues, viéndolo por otro lado, la pregunta es: ¿de dónde sale esa afirmación? No voy a inventar el agua tibia y voy a apoyarme en lo dicho por Daniel Garro. A veces, ¿han sentido que han querido decir algo por mucho tiempo, pero no encuentran la forma y de repente, llega alguien diciendo las cosas como son, con todos los acentos, a eso que Uds. han querido decir? Entonces, la reacción de uno es: ¡Sí! ¡Eso mismo!

El exceso de trabajo no lleva a una sociedad a evolucionar. No se trata de trabajar más duro, se trata de trabajar de forma inteligente. Entonces sí, como lo expone Daniel en la columna, se tiene tiempo para cultivar el cuerpo y la mente, jugar, crear, informarnos y “pensar en las cosas que están más allá de las necesidades inmediatas”. De verdad, lean la columna.

Entonces, como dicho al inicio; pensamiento y palabra. Ya en algunos círculos se está pensando. En algunos otros se está poniendo en palabras. Continuemos el proceso. Discutamos en la mesa, de forma civilizada, educada y respetuosa la reducción de las jornadas laborales. Estoy seguro de que, en el futuro, cuando las personas miren hacia atrás y recuerden esas discusiones duras que tuvimos nosotros, sus antepasados, nos van a sonreír.

Este artículo representa el criterio de quien lo firma. Los artículos de opinión publicados no reflejan necesariamente la posición editorial de este medio. Delfino.CR es un medio independiente, abierto a la opinión de sus lectores. Si desea publicar en Teclado Abierto, consulte nuestra guía para averiguar cómo hacerlo.