El presidente de la República, Carlos Alvarado Quesada, reclamó este jueves que se hable de "apagón educativo" para describir lo que ha sobrellevado la educación costarricense en años recientes.

Según el mandatario nacional, el término es "muy mercadeable" pues, señala, lleva a pensar que "durante dos años nadie hizo nada":

Francamente me parece incorrecto el término apagón: decir apagón es un irrespeto al esfuerzo de todas las maestras y los maestros, los educadores y los padres de familia, encargados y los niños y niñas y jóvenes que durante todo este tiempo hicieron un esfuerzo educativo. Llamar a esto un apagón es como decir que durante dos años nadie hizo nada y eso no es cierto. Se hizo lo mejor que se pudo con las herramientas que se tenía en un momento de crisis. Creo que el término apagón resulta muy mercadeable pero también lastima gente que ha trabajado con alma, vida y corazón durante este tiempo. Yo rogaría que eso no se use, además ya hay un plan remedial, conocido por el propio Estado de la Educación y otros, para arreglar esto".

Dato D+: Lean más detalles sobre el plan remedial del Ministerio de Educación Pública en la nota MEP arranca con plan para la nivelación académica luego de cuatro años de rezagos.

El término "apagón educativo" lo acuñó el Programa Estado de la Nación (PEN) el año pasado, cuando presentó su último análisis de la situación educativa nacional.

Según se desprende del octavo Informe del Estado de la Educación que se dio a conocer en setiembre, el sistema educativo nacional se encuentra en "la peor crisis de las últimas décadas".

En resumen, la pandemia agudizó las brechas tecnológicas y sociales que enfrentan los estudiantes pero que no son nuevas, sino que se arrastran desde hace años, generando así lo que el informe llama "nueva forma de exclusión educativa".

A su vez, la suspensión de lecciones del 2020 se unió a las consecuencias que tuvieron otras interrupciones de años recientes como la huelga de 3 meses del 2018, lo que ocasionó rezagos importantes de aprendizaje en todos los niveles en áreas como matemáticas y español, una situación que pone en desventaja competitiva al país ante otras naciones del globo y de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

Además, el informe encontró que las competencias digitales de los docentes, de importancia crucial en la nueva normalidad educativa, se ubican apenas en niveles iniciales lo que se agudiza en niveles primarios de formación como preescolar y primaria; al tiempo que los investigadores alertaron sobre una necesidad urgente de replantear el financiamiento de la educación superior pública, para que se garantice su sostenibilidad a futuro.

Por ello, la Coordinadora de Investigación del proyecto, Isabel Román Vega, señaló, en aquel momento, que:

El sistema educativo está atravesando una grave crisis y esta crisis, desde nuestro punto de vista es el resultado de tres grandes componentes: los rezagos y problemas estructurales que arrastrábamos y que no habíamos resuelto antes de la pandemia y que con la pandemia quedaron al desnudo; los efectos que provocó la pandemia en el sistema educativo; y un tercer componente que tiene que ver con las rigideces del sistema. Esto es bien importante porque el Estado de la Educación no está diciendo que la crisis es producto de la pandemia, es que todo este conjunto de elementos han provocado un apagón educativo. Esta crisis es la peor en varias décadas, quizá solo comparable con la crisis de los '80".

Según señaló el PEN, tanto la educación preescolar, como la general básica y la diversificada, arrastran deudas en cuando a cobertura, eficiencia y calidad, lo que dificulta el alcanzar mayores avances en el aprendizaje de los estudiantes.

En el caso de la secundaria, por ejemplo, el Informe señaló que "los niveles alcanzados en los últimos veinte años son insuficientes" puesto que apenas el 75% de las personas matriculadas en el Ministerio de Educación Pública (MEP) en tercer ciclo, estaban en la edad que les correspondía (de 12 a 14 años) mientras que en la educación diversificada apenas el 54% alcanzaba el rango del Ministerio (15 a 16 años). A su vez, la Encuesta Nacional de Hogares realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Censos de Costa Rica (INEC), señaló que menos del 60% de las personas con edades entre los 18 y 22 años ha finalizado la secundaria, un porcentaje que se ubica por debajo del 50% cuando se trata de población que proviene de hogares con climas educativos bajos.

A lo anterior hay que agregar que hay más de 800 centros educativos que tienen órdenes sanitarias por no cumplir con los servicios básicos de agua potable o electricidad, lo que complica mucho el acceso a educación de calidad para sus estudiantes.

Además, mientras la inversión en educación más bien ha caído en 8%, la cantidad de estudiantes en pobreza extrema que registra el MEP aumentó en más del 59%.

A lo anterior hay que agregar un nuevo reto educativo que viene de la mano directamente con la nueva normalidad: la educación a distancia que según el PEN, podría más bien haber generado una nueva forma de exclusión educativa, afectando mayoritariamente a las poblaciones más vulnerables, pues el informe demostró que las familias con menores recursos económicos presentaron mayores dificultades para acceder a una educación remota de calidad, con respecto a sus pares con mejores condiciones. Así, las personas que pertenecen a los quintiles de ingreso más bajos tienen más problemas de acceso a internet o a dispositivos móviles o computadoras y eso les somete a peores condiciones para recibir educación remota.

Para Alvarado este jueves, sin embargo, la utilización de ese término "apagón" desconoce el trabajo realizado que, sostiene, no fue poco:

El primer año tuvimos una huelga que fue importante en tiempo pero, viendo hacia atrás, yo creo que eso era un paso necesario, no la huelga, si no la reforma (a la ley de huelgas que vino después), si no tendríamos los resultados que tenemos como país. Pero bueno, fue un costo que ocurrió  y no estaba presupuestado; la pandemia tampoco. Cosas que yo rescato positivas: los cambios en materia de bilingüismo, hemos avanzado mucho en materia de bilingüismo pero no vamos a convertir un país bilingüe de la noche a la mañana o al cuatro años, por eso la meta es al 2040; en infraestructura se hizo un avance muy importante, se intervinieron más del 10% de los centros educativos para su mejora. Falta sí, pero ahora gracias a los procedimientos ágiles, en cuatro meses se puede iniciar una obra. Toda la parte docente, es decir que tengan no sólo tener títulos, sino idoneidad, va a tener que ver un impacto en la calidad de la educación".

Con este escenario a cuestas y en medio de opiniones diversas respecto a si estamos o no en medio de un apagón educativo, hoy jueves 17 febrero regresaron a las aulas y de forma 100% presencial, 1.2 millones de niñas, niños y jóvenes, a lo largo de todo el territorio nacional, distribuidos en 5.219 centros educativos.