En un mundo que se calienta - y en el cual es fácil desfallecer - hay acciones concretas para avanzar hacia un futuro limpio, resiliente y climáticamente responsable. Una tarea concreta es reducir en esta década tanto la demanda como la oferta de carbón, petróleo y gas natural y girar hacia una economía anclada en fuentes renovables.
Costa Rica tiene la ventaja de no producir combustibles fósiles. Luego de casi dos décadas de mantener una moratoria a la extracción petrolera mediante decreto ejecutivo hoy tiene la oportunidad de aprobar una ley que declara el territorio nacional libre de exploración y explotación petrolera y de gas. Es imperativo aprobar dicha ley y que mejor año que en nuestro Bicentenario.
Tenemos la obligación de seguir por el camino pionero. En los cuarenta no esperamos a que el mundo aboliera el ejército, lo abolimos. En los setenta no esperamos a que otros países en desarrollo crearán parques nacionales, los creamos. En los noventa no esperamos a que otros pararan la deforestación atroz que vivía el mundo, la frenamos. En los dos mil no esperamos a que otros aprobaran una moratoria petrolera, fuimos pioneros. Y hay más ejemplos. Los réditos han sido económicos, sociales y ambientales. No subestimemos, además, el aprecio que nos hemos ganado en el mundo: es gran un activo.
Superar los sueños caducados
“Hacer como los países ricos” “Ahora nos toca a nosotros” “Hagamos como Noruega”, “Con petróleo reactivamos la economía” son algunas de las ideas que hemos escuchado estos días totalmente desconectadas de la realidad actual. Es tarde para imitar el boom petrolero noruego iniciado hace 55 años. O soñar con atraer a Exxon y convertirnos en su Guyana. ¿Se imaginan un Exxon en Costa Rica, la compañía que ocultó la ciencia climática por cuatro décadas? Hoy hasta los mismos accionistas cuestionan la estrategia de la empresa ante un planeta que se calienta.
Costa Rica no ha necesitado del desarrollo de esta industria en el pasado, no es momento de comenzar a desarrollarla.
Además, en esos sueños imaginarios - que se usan para justificar abrir Costa Rica a la exploración de petróleo y gas - hay un profundo conflicto de intereses: es la generación más vieja que actúa en contra de los intereses de la generación más joven y de las futuras generaciones. Crearían una deuda moral -- el país perforado por el combustible equivocado -- y una deuda financiera por crear activos varados - “stranded assets” - como se conocen en el debate climático. Christiana Figueres lo ha explicado varias veces con la elocuencia que la caracteriza.
Lo positivo es que la nueva generación quiere evitar dichos errores porque sabe que la crisis climática reordena las prioridades. Es un activismo climático que busca recordar a la sociedad y a los hombres y mujeres de la política que el respeto a la ciencia es vital. No es casual que existan la Red de Juventudes y Cambio Climático de Costa Rica, Green Wolf, Fridays For Future Costa Rica, entre otros colectivos de jóvenes y adolescentes que han tomado fuerzas y que justo fueron creadas para articular esfuerzos y trabajar en la acción climática e incluso incidir en los procesos de toma de decisiones.
Otra noticia positiva es el creciente apoyo a la causa de una “Costa Rica Libre de Perforación” como se refleja en el apoyo a la campaña de la sociedad civil que reúne a decenas de ONGs, empresas y a ciudadanas y ciudadanos que creen que Costa Rica debe ser un país libre de exploración y explotación de gas y petróleo.
Un principio inquebrantable para co-crear un futuro multigeneracional es el respeto a la ciencia. El 9 de agosto el IPCC publicó el nuevo reporte sobre el cambio climático por parte de la comunidad científica internacional: es un problema que afecta a cada región del planeta e incluso algunos impactos ya son irreversibles. La meta global es limitar el incremento de la temperatura global promedio por debajo de 1,5°C (ya ha aumentado en 1°C) y las últimas semanas han sido un recordatorio de lo que nos espera si no cumplimos esta meta. No podemos ignorar que la causa principal (no la única) del calentamiento es justamente la quema de carbón, petróleo y gas natural.
Modificar y Apoyar el Proyecto de Ley 20.641
El mundo tiene 30 años para que la matriz energética global se alimenta enteramente de fuentes renovables en vez de fuentes fósiles. Treinta años pasan rápido. Esta es la década decisiva para hacer ese giro. Las tecnologías que necesitamos para hacer la transición a fuentes renovables son conocidas y viables. Por ejemplo, la electrificación del transporte terrestre en todos sus segmentos para superar el uso de gasolina, diesel y gas.
También se requiere frenar los nuevos proyectos de exploración y explotación de combustibles fósiles. El proyecto de ley 20.641 busca - precisamente - declarar el territorio nacional libre de exploración y explotación de petróleo y gas. En la Asamblea Legislativa se discute una moción importante para que el proyecto regrese a la comisión dictaminadora con plazo definido, de forma que se pueda modificar. Esto permitirá mejorar el texto y abordar preocupaciones manifestadas con respecto al rol de RECOPE.
Ha sido muy positivo que a pesar de sus diferencias, vemos apoyo de congresistas del PAC, PLN, Frente Amplio y de diputados y diputadas independientes. Quienes se oponen son una minoría así que confiamos que en esta semana opten por construir y aprobar la moción, permitiendo al país avanzar hacia una política de Estado - y ley - que despida esos sueños imaginarios de explorar y explotar petróleo y gas en el país.
Aprobar esta ley nos permitirá demostrar que la acción climática debe ser una agenda de todos los partidos y que a pesar de las diferencias entre los mismos, hay un compromiso para construir una economía próspera, justa y climáticamente inteligente. No hay tiempo para más retrasos. Es una oportunidad histórica para consolidar una Costa Rica Bicentenaria anclada en las energías renovables.
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