Mientras la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) establece que los Estados deben reducir progresivamente la jornada laboral, Costa Rica parece avanzar a contramano, aprobando un modelo de jornada cuatro días laborales por tres de descanso (4x3) que permite jornadas laborales de hasta 12 horas diarias, normalizando la explotación laboral disfrazada de flexibilidad.
El 7 de agosto de 2025, la Corte IDH presentó la Opinión Consultiva OC-31/25, que por primera vez reconoce el derecho al cuidado como un derecho humano autónomo y exigible, protegido por la Convención Americana sobre Derechos Humanos. ¿La gran conclusión? Los Estados deben transformar sus estructuras laborales tradicionales, disminuyendo la duración de las jornadas laborales y reconociendo el valor del cuidado, tanto remunerado como no remunerado.
Pero, mientras en San José, Costa Rica se aplaudía esta decisión en foros académicos y judiciales, en el Plenario de la Asamblea Legislativa se cocinaba otra receta, una que echa sal en la herida de la clase trabajadora: la jornada 4x3 que permite jornadas laborales de hasta 12 horas diarias.
La Corte no se anda por las ramas: reducir la jornada laboral no es solo deseable, es una obligación jurídica derivada del principio de solidaridad. El derecho al cuidado protege a quienes cuidan, a quienes son cuidados y a quienes se auto cuidan.
Este derecho está íntimamente vinculado con la igualdad de género, ya que las mujeres siguen cargando con la mayor parte del trabajo de cuidados no remunerado. Se deben implementar políticas como el teletrabajo, permisos especiales, vacaciones extendidas y, clave aquí, reducción de jornada laboral para todos los trabajadores, sin distinción de género.
Aunque sus defensores la venden como una 'modalidad flexible', la realidad para la mayoría de los trabajadores es menos tiempo con su familia y más riesgo para su salud física y mental.
Las 12 horas laborales que contempla esta jornada contradicen directamente lo dispuesto en la Opinión Consultiva de la Corte IDH, profundizan la desigualdad de género, dificultan el autocuidado y normalizan la hiperproductividad a costa del bienestar humano.
La Asamblea Legislativa ha fallado al ignorar el contenido de la Opinión Consultiva OC-31/25. Aprobando el 4x3, se legitima una modalidad que rompe con los principios de dignidad, equidad y conciliación familia y trabajo. La Ley Modelo Interamericana de Cuidados promueve justamente lo contrario: reducción de jornada laboral, condiciones laborales dignas y una redistribución equitativa del trabajo de cuidados.
Esto no se trata de izquierda ni derecha, de ser proempresa o protrabajador. Se trata de sentido común y justicia social: ¿Cómo vamos a fortalecer el tejido familiar si pasamos 12 horas fuera del hogar? ¿Cómo vamos a promover la salud mental si no hay tiempo para el autocuidado? ¿Cómo vamos a garantizar el acceso al trabajo a más personas si se concentra en menos con jornadas más largas?
¿Qué se debe hacer? 1) Revisar y suspender la implementación de la jornada 4x3 a la luz de la Opinión Consultiva OC-31/25. 2) Adoptar un Sistema Nacional de Cuidados (SNC) con enfoque de género e interseccionalidad. 3) Reformar el Código de Trabajo para establecer límites más humanos y progresivos a la jornada laboral. 4) Escuchar a la academia, las organizaciones sociales y los sindicatos, no solo a los sectores empresariales.
La jornada 4x3 no es una solución moderna, es un anacronismo disfrazado. En lugar de avanzar hacia una Costa Rica más justa, nos aleja del estándar interamericano en materia de derechos humanos.
Hoy más que nunca, es urgente recordar que el tiempo también es un derecho, y que trabajar dignamente no debe costarnos la vida, la salud o la familia.
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