En el marco de la campaña electoral que va arrancando, ya empiezan a surgir propuestas de las candidaturas a la Presidencia para llamar la atención de las madres de Costa Rica, así que ojo, hay que prestar atención si lo que proponen es realmente para las mamás.

De acuerdo con el INEC durante 2024 y 2025 el aumento de la informalidad en la fuerza de trabajo ha recaído en las mujeres siendo cada vez más de nosotras en estas condiciones; además, del total de personas fuera de la fuerza de trabajo 1.161.483 personas corresponde a mujeres, es decir, el 63,67%. de esa población porque se encargan de labores domésticas y de cuido.

Por otro lado, cabe destacar que para 2024 un 36,4% los microemprendimientos fueron liderados mujeres, jefas de hogar y madres, pues claro, es más fácil conciliar la vida familiar, laboral y personal cuando hay más grados de autonomía, lo reflejan estos datos nacionales porque, además, los cuidados siguen recayendo sobre las mujeres.

Aunado a esto, Costa Rica tiene una tasa de natalidad que va en descenso, según el INEC, para 2024 la tasa fue de 1.19% hijos por mujer; sin embargo, el país necesita al menos una tasa de 2.1 por mujer para mantener la población y para el sustento de la fuerza de trabajo que alimenta a la sociedad. Por lo que resulta urgente tomar decisiones que faciliten la crianza.

En este contexto, el que se proponga habilitar 150 CEN-CINAI nocturnos como propuesta diferenciada de la ampliación de horarios de atención de estos centros permite preguntarse: ¿para qué y para quién están pensando las políticas de cuido?

Es hora de que la política nacional ponga en el centro la conciliación, el presente de las niñeces y a las mamás, todo el espectro de ellas que existe y no solo en una lógica de falsa productividad que las obligue a incorporarse en un mercado laboral que no respeta la conciliación.

Abrir Cen-Cinai nocturnos no es para madres profesionales como doctoras o enfermeras que trabajan jornadas nocturnas, no es para las microempresarias de este país, es justo para esos porcentajes que se encuentran en trabajo informal o fuera de la fuerza laboral, esta propuesta piensa en aquellas que ya trabajan sin remuneración en los cuidados o en aquellas que quieren que se sumen a jornadas laborales extenuantes de 12 horas -por ahí va la cosa-.

¿A quién le sirve que existan centros de cuido nocturnos para dejar a las niñeces ahí? ¿A las mamás o algún sector patronal?

Esta propuesta deja de lado las necesidades de la niñez, que sí, durante la primera infancia necesita que su red de seguridad esté ahí, casi siempre es mamá. ¿Se pueden imaginar a una mamá que a los 3 meses de su bebé deba regresar a trabajar jornadas nocturnas y tener que irlo a dejar a un CEN-CINAI a dormir?

Sí, porque en Costa Rica la licencia de maternidad se acaba a los 3 meses de vida de la o el bebé. Periodo que repercute directamente en la continuidad de la lactancia materna. En nuestro país sólo el 27,7% de los niños y niñas llegan a los seis meses alimentados de forma exclusiva con leche materna, entonces preguntémonos ¿qué pasaría si normalizamos el trabajo nocturno de las mamás que apenas un pequeño porcentaje logra continuar con la lactancia después de regresar al trabajo?

¿Cuál sería la rutina para las mamás de niñeces que ya asisten a centros educativos? Una jornada laboral nocturna, por la mañana al regresar deberán ir a recoger a sus hijos, bañarles, preparar desayunos e ir dejarles al centro educativo, luego volver a la casa a asumir las tareas domésticas que durante la noche y la mañana no se hicieron para más tarde recoger a los menores y continuar con tareas de cuido hasta que se pueda volver al CEN-CINAI. ¿O la opción es dejar a la niñez en el CEN-CINAI día y noche?

La primera infancia es una etapa que exige cercanía, cariño y vínculos estables con las figuras maternas, paternas y con las redes de apoyo más inmediatas. Pretender sustituir esa presencia por esquemas de cuido nocturno institucionalizado no solo desatiende la importancia de esos lazos, sino que también envía un mensaje equivocado: que el Estado puede reemplazar el papel insustituible de la familia.

Más que abrir guarderías nocturnas, lo que se requiere son políticas que fortalezcan las condiciones para que las madres, padres y comunidades puedan estar presentes y asumir con responsabilidad ese rol fundamental en el desarrollo de sus hijos e hijas. En Costa Rica necesitamos política para las mamás porque la verdadera conciliación se puede dar solo si el Estado promueve los cuidados y las necesidades de las niñeces como un factor central.

El cuido no puede seguir siendo sinónimo de soledad y explotación laboral, necesitamos licencias de maternidad universales y más extensas, licencias de lactancia aseguradas, permisos que no pongan en riesgo el salario ni la estabilidad laboral, licencias de paternidad que superen los 8 días en un mes para garantizar corresponsabilidad, jornadas laborales que se adapten a los cuidados, así como la presencia y una Red de Cuido fortalecida.

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