En Costa Rica, la mayoría de las personas trabajadoras accede a una pensión básica gracias al régimen administrado por la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS). Esta pensión se construye con años de esfuerzo y cotización, y busca asegurar lo necesario para vivir con dignidad en la etapa de retiro.
Sin embargo, la realidad muestra que, para muchas personas, esa pensión apenas alcanza para cubrir lo esencial: alimentación, servicios básicos y medicamentos. Por eso, hablar de pensión básica es hablar de un punto de partida. Y ahí es donde entra el Régimen Obligatorio de Pensiones (ROP): un complemento que puede marcar una gran diferencia.
Un ingreso que marca la diferencia
El ROP puede representar entre un 10% y un 20% adicional al ingreso mensual en la jubilación. Este margen puede ser la diferencia entre ajustarse a vivir con lo básico o hacerlo con mayor holgura. Permite pagar una consulta médica, colaborar con un nieto estudiante o simplemente evitar tener que elegir entre pagar la luz o comprar un medicamento.
Y es importante aclararlo: el ROP es una pensión adicional. No sustituye la pensión básica, la acompaña. Y en muchos casos, la dignifica. Es un derecho que se gana con años de trabajo. Como todo derecho, hay que conocerlo, exigirlo y protegerlo.
Un país que envejece rápidamente
Costa Rica está envejeciendo. Según el INEC, en 2024 había 11 personas mayores de 65 años por cada 100 habitantes. Para el año 2050, esa cifra se elevará a 25 por cada 100. Es decir, una de cada cuatro personas será adulta mayor.
La relación de dependencia también se transforma: en 2024 había 16 adultos mayores por cada 100 personas en edad laboral. Para 2050, se proyecta que serán 39.2 por cada 100. Además, la esperanza de vida sigue aumentando: de 80.91 años en 2024 a 84.27 años en 2050.
Estas cifras reflejan una realidad ineludible: cada vez habrá más personas jubiladas y menos personas jóvenes trabajando para sostener el sistema. Las pensiones básicas tienden a disminuir o se ven afectadas por la inflación. Depender únicamente de ese ingreso puede significar enfrentar la vejez con incertidumbre.
Cuidar el ROP es cuidar el futuro
El ROP es una herramienta para equilibrar esa balanza. No es un monto para gastar de golpe en compras grandes. Es parte de una pensión que debe acompañar durante toda la vejez. Informarse, revisar los estados de cuenta, comprender verdaderamente cómo se analizan los rendimientos son acciones que fortalecen el derecho que tenemos a una pensión complementaria.
En conclusión, los temas de pensión deben ser prioritarios en la agenda nacional. No se trata solo de números, sino de calidad de vida. El ROP es ese empujoncito que agradeceremos mañana, porque puede transformar una pensión básica en una pensión digna. Y en un país que envejece, cada colón cuenta.
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