El vicealcalde Ricardo Aguilar aseguró que fue presionado para firmar una adhesión a favor del presidente Rodrigo Chaves.

El secretario general del Partido Liberación Nacional (PLN), Miguel Guillén, denunció este jueves que el gobierno estaría recurriendo a presiones y chantajes para atraer liderazgos cantonales a su proyecto político.

La reacción del dirigente liberacionista se dio luego de que el vicealcalde de Jiménez, Ricardo Aguilar, señalara que recibió presiones para adherirse públicamente al presidente Rodrigo Chaves durante su visita a ese cantón de Cartago la semana pasada.

Aguilar relató que dos personas, a quienes describió como “gorilas”, lo buscaron en la Municipalidad de Jiménez para exigirle la firma de un documento de adhesión como condición para participar en la inauguración de la Ruta Nacional 408 en Pejibaye.

"Hace apenas ocho días, el presidente de la República vino al cantón Jiménez. Invitaron a autoridades municipales de otros cantones y al cantón Jiménez no lo tomaron en cuenta. Y, ¿por qué no lo tomaron en cuenta? Porque vinieron dos gorilas a la Municipalidad y nos dijeron ‘si firman esto y nos dan la adhesión, pueden ir a inaugurar la 408 en Pejibaye’", declaró el vicealcalde durante los actos cívicos del 15 de setiembre.

El funcionario, electo en 2022 con el PLN, añadió que de lo contrario no se le permitiría asistir al evento oficial. “No podemos seguir permitiendo eso”, enfatizó.

Ese mismo día, el intendente de Tucurrique, Héctor Agüero, anunció su adhesión a Chaves, tras agradecer al Gobierno por obras de infraestructura en su distrito.

Guillén, por su parte, calificó el episodio como parte de un “patrón preocupante” y criticó lo que llamó prácticas de intimidación política.

No se trata de un hecho aislado; es la confirmación de prácticas que desde hace meses se vienen denunciando en distintos rincones del país. Quienes valoramos la democracia debemos decirlo con claridad: una república no se construye sobre amenazas ni coacciones".

El dirigente agregó que el chavismo ha mostrado su verdadera esencia: un proyecto que se alimenta de la violencia política, que siembra división y que apuesta al miedo como herramienta de poder”.

Según Guillén, la Constitución protege la libertad de participación política como un derecho inviolable, y advirtió que estas prácticas “ponen en riesgo los cimientos de la democracia costarricense”.