Está frente a ustedes una decisión por la que serán recordados y recordadas por el resto de sus vidas. Este es el momento que definirá su paso por la Asamblea Legislativa. Pero, a diferencia de lo que se podría pensar en una encrucijada de este tipo, la elección esta vez es sencilla, aunque requiere de valentía. La aprobación de las jornadas de 12 horas está en sus manos, y la clase trabajadora de este país les observa.

Kattia Rivera y Pedro Rojas, estas jornadas están directamente en contra de las raíces socialdemócratas del Partido Liberación Nacional. El hecho de siquiera considerarlas representa una cachetada a la historia de logros sociales que fundaron no solamente a su agrupación partidaria, sino también a la Segunda República. En el pasado, sus bases partidarias, alejadas del empresariado egoísta y más cercanas al cooperativismo y a la economía social, habrían salido a marchar en contra de esta propuesta que hoy cuenta con el apoyo de su candidato presidencial. Es un hecho que este proyecto representa la precarización laboral.

Ada Acuña, sinceramente no sé en qué cree usted. Podría referirme a la ideología de Progreso Social Democrático y a cómo, según su estatuto, son defensores del Estado Social de Derecho y de condiciones laborales justas, basadas en el Código de Trabajo. También podría mencionar que en su estatuto se infiere que los principios, fines y objetivos del partido se basan en la justicia social, la dignidad humana y el bienestar común. Pero siendo honestos, usted llegó a la curul por montarse en el “colectivo a Cuesta de Moras” de Pilar. Solo le pido que actúe desde el bien común y en favor de las personas humildes que creyeron en su jefa. La justicia social no es una consigna vacía, es una responsabilidad real.

Gilberto Campos, ya que usted no podría abordar este tema desde la perspectiva de los derechos laborales ni del Estado social, hablemos de la gran cantidad de riesgos para la salud que implican estas jornadas, y que finalmente terminarían afectando el rendimiento de las empresas. El Colegio de Profesionales en Psicología, en 2023, mencionó que las jornadas extendidas se asocian con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares, depresión, ansiedad, estrés psicológico, alteraciones del sueño, tabaquismo, consumo de alcohol, inactividad física y aumento de accidentes laborales. Natalia Godínez, mencionada en una comisión legislativa, explicó que estas jornadas incrementan la exposición a factores de riesgo según la actividad laboral y podrían usarse para evadir el pago de horas extra. Aunque esto último parece no importarle, espero que en su corazón cale el riesgo que representan para la productividad de las empresas.

Horacio Alvarado, usted, en teoría, representa la herencia calderonista de la Segunda República, la cual se atribuye, junto a Liberación Nacional, el logro de las garantías sociales. Su partido, además, basa sus valores en el socialcristianismo, una corriente que, inspirada en la encíclica Rerum Novarum, establece que la economía debe estar al servicio de la persona, no la persona al servicio de la economía. Las jornadas de 12 horas atentan contra la dignidad del trabajador, al reducir su vida a una rutina laboral sin suficiente descanso, ocio ni vida familiar.

Además, defienden a la familia como pilar de la sociedad. Estas jornadas extenuantes reducen el tiempo del trabajador con sus hijos, pareja y familia en general. Finalmente, su partido debería promover la justicia social y corregir desigualdades, no aumentarlas. Los costarricenses sabemos que su partido dejó de pertenecer al pueblo hace muchos años y baila al son de los financistas, pero este es el momento de volver a sus valores.

A Jonathan Acuña, gracias por su claridad y consecuencia. Gracias por recordarnos que en la política todavía hay espacio para la ética y la empatía. Su postura ha sido un faro para quienes creemos que el trabajo debe dignificar, no esclavizar. Gracias por pensar en los jóvenes que apenas comienzan sus vidas laborales y que no deben hipotecar su salud por un salario.

Gracias por levantar la voz por las mujeres jefas de hogar, que ya representan el 38,8 % de los hogares costarricenses y que serían las más afectadas por este proyecto de ley. Gracias por no ignorar a quienes, agobiados por sus condiciones laborales, han llegado a considerar la autoeliminación. En 2024, más de 2.600 intentos de suicidio se registraron en el país. ¿Cuántos de ellos habrán sido detonados por el estrés laboral, la desesperanza o el agotamiento?

Hoy, como sociedad, no pedimos privilegios, exigimos dignidad.

No es aceptable que en nombre de la competitividad se imponga sobre los cuerpos y las mentes de las personas trabajadoras una jornada que erosiona su salud, su tiempo y su humanidad. Ustedes, diputadas y diputados por Heredia, tienen la oportunidad de detener una regresión histórica.

Este no es un momento para la tibieza ni para los cálculos políticos.

Es un momento para decidir si estarán del lado del capital desmedido o del lado de la gente que madruga, que trabaja y que sostiene este país con su esfuerzo diario.

Costa Rica los observa. Heredia también. Y la historia no olvida.

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