50 países ya ratificaron el BBNJ y 14 más están listos para hacerlo en setiembre.
La Tercera Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Océanos (UNOC3), celebrada en Niza del 9 al 13 de junio de 2025, concluyó este viernes con la adopción de una ambiciosa hoja de ruta global para la protección de los océanos. La cita reunió a 175 Estados miembros de la ONU, 64 jefes de Estado y de Gobierno, 115 ministros y 12.000 delegados.
Entre los logros clave se encuentra el respaldo masivo al Tratado de Biodiversidad más allá de la Jurisdicción Nacional (BBNJ, por sus siglas en inglés), conocido como el Tratado de Alta Mar. Este viernes 13 de junio se dio a conocer que 70 países habrán ratificado el tratado BBNJ, para el 23 de septiembre, cuando se celebrará una ceremonia oficial en Nueva York. Actualmente, 50 países ya lo han ratificado y 14 más están listos para hacerlo ese mes.
Este tratado cubre el 64% de los océanos y se considera un avance sin precedentes en la gobernanza marina internacional. Olivier Poivre d’Arvor, el enviado especial del presidente francés para la UNOC , destacó que "es una gran victoria" la inminente implementación del acuerdo de protección de biodiversidad en aguas internacionales:
El tratado es una considerable victoria, teniendo en cuenta que Estados Unidos se está retirando de casi todo”.
En la conferencia de prensa (en la que Delfino.cr estuvo presente), el portavoz detalló que China anunció su ratificación lo que es un gran paso y podría generar que más países tomen la decisión.
Después de años de explotación y anarquía, habrá una protección, ahora habrá reglas y regulaciones".
Sara Zelaya, representante de Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente (AIDA) y especialista en lo relacionado al BBNJ, comentó a este medio que el avance ocurrido esta semana, luego de llegar a Niza apenas con poco más de 30 ratificaciones, demuestra un importante impulso político y técnico al acuerdo.
Desde la sociedad civil, no estábamos tan convencidos de que se lograrían las 60 ratificaciones. Ahora, después de lo que vimos en la UNOC, el optimismo es alto”.
Una vez se deposite el instrumento número 60, comenzarían a correr 120 días para su entrada oficial en vigor, tras lo cual, en un plazo de un año, deberá celebrarse la primera Conferencia de las Partes (COP) del BBNJ. Ese encuentro será clave para definir aspectos como la sede de la secretaría permanente (Chile y Bruselas han presentado su candidatura), el funcionamiento del órgano científico y técnico, y el mecanismo de intercambio de información.
Zelaya valoró que esta edición de la UNOC haya abierto espacio a un enfoque que vincula océano y derechos humanos, algo que considera indispensable para garantizar una conservación efectiva y justa. En sus palabras:
No puede haber conservación oceánica sin poner los derechos humanos en el centro”.
La ausencia de los combustibles fósiles en el tratado
Desde una mirada crítica, Zelaya apuntó que el BBNJ no aborda todos los desafíos marinos. La expansión de la industria petrolera en ecosistemas marino-costeros representa, en su opinión, uno de los grandes ausentes en el debate internacional. Denunció que se siguen tomando decisiones que priorizan la explotación fósil, sin evaluar sus impactos ambientales, culturales ni en derechos humanos de las comunidades costeras.
Al respecto, Bruna Campos, responsable de campañas sobre gas y petróleo offshore del Centro para el Derecho Ambiental Internacional (CIEL), comentó que la conferencia evidenció una omisión sistemática del rol destructivo de los combustibles fósiles en la degradación de los ecosistemas marinos.
Asimismo, criticó la falta de inclusión en los espacios de toma de decisiones de las comunidades más afectadas por la crisis oceánica, como pueblos indígenas, comunidades costeras y Estados insulares, que enfrentan barreras logísticas, económicas y políticas para participar de forma efectiva. Campos dijo:
No hay océano sano posible si seguimos ignorando tanto los impactos de la industria fósil como a las comunidades que están en la primera línea de esta crisis".
Zelaya remarcó que hay otros frentes críticos que no deben perderse de vista. Mencionó, entre ellos, el acuerdo de la Organización Mundial del Comercio para eliminar los subsidios pesqueros dañinos, aún pendiente de algunas ratificaciones—, y la necesidad urgente de imponer una moratoria a la minería submarina, que será discutida en julio por la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos.
En esa línea, también subrayó la importancia de cerrar exitosamente las negociaciones del tratado internacional sobre plásticos, cuya última ronda se celebrará en agosto en Ginebra.
Otros logros destacados por la UNOC
En un documento oficial de la organización de la UNOC, se destacaron otros logros del evento realizado en Niza. 37 países respaldaron una moratoria precautoria sobre la minería en los fondos marinos profundos, subrayando la necesidad de entender científicamente los ecosistemas abisales antes de permitir su explotación. Grandes bancos internacionales también se sumaron al rechazo, comprometiéndose a no financiar proyectos mineros en estas áreas.
El foro también abordó con firmeza la pesca ilegal. Más de 100 países ratificaron el acuerdo de la OMC para eliminar subsidios a la pesca ilegal. Además, China anunció la ratificación del Acuerdo sobre Medidas del Estado Rector del Puerto, impulsado por la FAO, para controlar la pesca no regulada.
En paralelo, se lanzó el "Pacto de Turismo Azul Sostenible", se anunciaron inversiones por 8.700 millones de euros en economía azul regenerativa, y se presentó el Observatorio Digital del Océano, liderado por el nuevo Centro Internacional Mercator para los Océanos.
Otro hecho relevante fue la "Misión Neptuno", un programa internacional de exploración científica del océano, impulsado por tecnología de punta y colaboración multilateral. También se formalizó la creación de coaliciones como “One Oceana”, representando a pueblos indígenas y comunidades costeras, y la plataforma “Mujeres por los Océanos”, que ya cuenta con más de 2.000 participantes de 45 países.
Además, durante la UNOC, los gobiernos de Brasil y Francia lanzaron el Desafío NDC Azul, una iniciativa internacional que busca situar al océano en el centro de los compromisos climáticos de los países, en la antesala de la COP30 del clima que se celebrará en Belém (Brasil) en noviembre.
Declaración de Niza
Este 13 de junio también se difundió la Declaración de Niza. Se trata de un documento que no es jurídicamente vinculante, pero que busca orientar futuras decisiones y políticas a nivel global. Reafirma declaraciones anteriores (Lisboa 2022 y Nueva York 2017) y reconoce que las acciones actuales no avanzan con la urgencia necesaria para enfrentar la crisis oceánica.
Uno de los principales compromisos es alcanzar el objetivo 30x30, es decir, proteger al menos el 30% de las áreas marinas y costeras para el año 2030. Se destaca también la necesidad de restaurar ecosistemas degradados y garantizar una gobernanza justa e inclusiva, que respete los derechos de pueblos indígenas y comunidades locales.
El documento subraya la importancia de aplicar tratados internacionales ya vigentes como UNCLOS, el Acuerdo de París, el Tratado de Biodiversidad en Alta Mar (BBNJ) y el Marco Global de Biodiversidad de Kunming-Montreal. Además, aboga por fortalecer el vínculo entre océano, clima y biodiversidad, e incluir el conocimiento científico y tradicional en la toma de decisiones.
Se hace un llamado a aumentar el financiamiento azul, reconociendo que el ODS 14 sigue siendo uno de los menos financiados. Se propone movilizar recursos públicos, privados e innovadores (como bonos azules) y facilitar el acceso a fondos para los países en desarrollo, especialmente los pequeños Estados insulares y los menos adelantados.
Finalmente, la declaración promueve el acceso equitativo a la educación oceánica, el fortalecimiento de la ciencia marina, la cooperación internacional y la participación activa de comunidades vulnerables.