¿Alguna vez nos hemos preguntado el poder que reside en la acción conjunta? Imaginemos por un momento cómo sería nuestra Costa Rica si cada ciudadano obrara con una eficacia consciente y colectiva. No hablamos de individualismo exacerbado, sino de un tejido social donde cada hilo, al entrelazarse con otros, fortalece la cobija completa.
Una nación eficaz comienza con una ciudadanía educada en lectoescritura, alfabetización digital y biológica. Ser nativos digitales del siglo XXI implica comprender el lenguaje de la tecnología y, de manera crucial, el lenguaje de la vida, de la sostenibilidad y del respeto por nuestra ecología. Una ciudadanía que lee, escribe y comprende el mundo que la rodea es una fuerza imparable para el progreso.
Pero la educación por sí sola no basta. Necesitamos una ciudadanía libre, que comprenda la profundidad de este concepto. Una libertad que se educa, que se ejerce con responsabilidad, que se fortalece a través de la participación y que se defiende de los riesgos que buscan erosionarla. Una ciudadanía consciente de sus derechos y deberes es el cimiento de una sociedad justa y próspera.
La eficacia colectiva se nutre de la solidaridad. No como una dádiva ocasional, sino como un principio activo, institucionalizado en políticas públicas que tejen redes de apoyo robustas. Una sociedad donde el bienestar de uno es el bienestar de todos, donde la vulnerabilidad no es un destino, sino un llamado a la acción conjunta para brindar apoyo socioeconómico, ambiental y político.
Una nación eficaz también reconoce el poder transformador del arte. No como un lujo, sino como una forma esencial de expresión creativa, como el alma que da color y profundidad a nuestra cultura y como la chispa que enciende la innovación. Fomentar la creatividad en todas sus formas enriquece nuestro espíritu colectivo y abre nuevas avenidas de desarrollo.
Finalmente, una nación eficaz vive orientada al futuro. El país que seremos en 2050 no es una fantasía lejana, sino el resultado directo de las acciones que emprendemos hoy. Cada política que impulsamos, cada iniciativa que apoyamos, cada semilla que plantamos hoy dará sus frutos mañana. Si anhelamos un futuro próspero y equitativo, debemos ser arquitectos diligentes de ese porvenir en el presente. Significa ser ingenieros del paraíso en el que queremos vivir.
A las personas jóvenes: el poder de transformar nuestra nación reside en nuestra capacidad de actuar con eficacia de manera colectiva. Una ciudadanía educada, libre, solidaria, artística y orientada al futuro es una meta alcanzable si tejemos juntos el futuro que merecemos. La eficacia de nuestra nación comienza con la eficacia de cada uno de nosotros, unidos por un propósito común: construir un mañana mejor para todos.
Escuche el episodio 264 de Diálogos con Álvaro Cedeño titulado “Una nación eficaz”.
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Este artículo representa el criterio de quien lo firma. Los artículos de opinión publicados no reflejan necesariamente la posición editorial de este medio.