Una sesión muy particular.
Este viernes la Universidad de Costa Rica registró una jornada intensa, cargada de momentos álgidos y espesos durante una extensa sesión (de más de 5 horas) convocada por el Consejo Superior Estudiantil (CSE). A efectos de generar un archivo histórico del suceso, aprovecho el editorial de hoy para documentar un inesperado momento que se registró durante la inusual jornada.
Dato D+: El CSE es el órgano reglamentario y colegiado de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Costa Rica.
En principio, el punto fuerte de la sesión giraba en torno a la solicitud de la renuncia de todo el directorio de la FEUCR, en buena medida por el fracaso de la Semana Universitaria que terminó escalando al punto en que la ministra de Salud (Mary Munive Angermüller) compartió fuertes declaraciones.
Esa polémica particular representó la gota que derramó el vaso, pues el pleno del estudiantado llegó a la sesión con un pliego de reclamos adicionales en torno al trabajo de la federación en esto cuatro meses. Finalmente, la extensa jornada de reproches llevó a que Artemisa Villalta Cortés presentara su renuncia a la presidencia de la FEUCR durante la sesión, por medio de un prolongado y particular discurso.
El CSE, sin embargo, exige la renuncia de todo el directorio (ya 4 se apartaron, quedan 10 en su puesto) por lo que desde el viernes en la noche mantienen una toma de las instalaciones de la FEUCR a modo de protesta. El movimiento, autodenominado Alianza Estudiantil, presentó también una serie de demandas para la Rectoría, incluyendo la inhibición del rector Carlos Araya Leandro.
Precisamente el rector Araya también estaba convocado a la sesión del viernes del CSE, pero, en principio, no para abordar los temas relacionados con el Caso UCR que han acaparado titulares recientemente.
En realidad, el primer punto de la agenda era la discusión del acuerdo de distribución del FEES 2025 al que llegó el Conare en setiembre pasado, que entonces fue presentado como un avance en aras de impulsar una mayor equidad en el reparto de los recursos entre las universidades públicas (es dos platos: que la UCR comparta un poquito más del fondo con las otras universidades).
En principio la idea de la exposición de Araya era poner el foco de atención sobre Gustavo Gutiérrez, anterior rector de la UCR.
Dato D+: El Conare es el ente coordinador del Sistema de Educación Superior Universitaria Estatal. Está conformado por los jerarcas de la Universidad de Costa Rica, del Instituto Tecnológico de Costa Rica, la Universidad Nacional, la Universidad Estatal a Distancia y la Universidad Técnica Nacional. Actualmente lo preside María Estrada Sánchez, rectora del TEC.
El rector Araya fue convocado entonces por el CSE para que se refiriera al acuerdo, que recientemente ha venido generando polémica a lo interno de la UCR pues se considera que puso en riesgo la estabilidad financiera de la universidad.
En resumidas cuentas el actual Consejo Universitario de la UCR considera que la fórmula de reparto acordada por el Conare (cuando el anterior rector de la UCR, Gustavo Gutiérrez Espeleta, ostentaba la presidencia del órgano) compromete la capacidad operativa de la institución y podría dejarla incluso por debajo de la cobertura inflacionaria.
Por ese motivo en abril el CU respaldó de forma unánime al rector Araya para que inicie un proceso de renegociación, argumentando que el acuerdo contiene “vacíos legales” y genera una expectativa de distribución “ruinosa” para la universidad.
Así las cosas el interés del estudiantado en la sesión de este viernes era conocer el alcance de la situación por lo que Araya preparó una ponencia para explicar el punto de vista de la Rectoría. Durante poco más de veinte minutos, Araya Leandro detalló —con apoyo de una presentación en diapositivas— los múltiples escenarios financieros que, a su juicio, evidencian el perjuicio que la actual fórmula de distribución representa para la UCR.
El Consejo Universitario respaldó de forma unánime al rector Araya para que inicie un proceso de renegociación con Conare en torno a la distribución del FEES 2025.
Explicó que, de mantenerse los acuerdos vigentes, la institución dejaría de percibir entre 12 mil y 43 mil millones de colones durante el próximo quinquenio, dependiendo del crecimiento del FEES. También subrayó que, como parte de ese mismo acuerdo, la UCR deberá trasladar más de ₡4 mil millones a otras universidades entre 2026 y 2027 para financiar infraestructura compartida.
A lo largo de su exposición, el rector buscó dejar en claro que él solo estaba informando sobre el trato acordado por el Conare —cuando estaba presidido Gutiérrez Espeleta— y explicando por qué fue desventajoso para la UCR.
Fue una exposición técnica y compleja, que incluyó frases como “estoy seguro que nadie entendió nada de lo que leí ¿verdad?”. Como sea, el punto principal de Araya era marcar distancia del acuerdo firmado por Gutiérrez y posicionar a su administración como la que está intentando enmendar la torta de la anterior.
Desde ese punto de vista, la exposición fue un éxito. Lo que el rector no anticipó fue que el estudiantado tenía otros temas (y otras responsabilidades institucionales) en mente.
El rector Carlos Araya pasó un momento complicado cuando los estudiantes tomaron la palabra.
Los estudiantes toman la palabra y...
Tan pronto se abrió el uso del micrófono al pleno la situación escaló de inmediato.
Alhana Chavarría Montero, quien ocupó la presidencia de la FEUCR en 2022 (durante 6 meses), preguntó: “¿Por qué toma con dolor la inversión en la sede interuniversitaria de Alajuela y no tuvo la misma reacción con la decisión que tomó de incrementar los salarios a casi un 100% de los puestos de confianza?”.
Dato D+: Chavarría aludía a la R-75-2025 sobre salarios de confianza firmada por Araya que encendió el mechero del Caso UCR (el rector eventualmente dejó sin efecto la propuesta). El incremento en los salarios no era de “casi un 100%” pero sí implicaba aumentos para 18 personas de entre ₡632.000 y ₡3.000.000.
Tras la intervención de Chavarría se empezó a formar una fila detrás del micrófono y estaba claro que vendría una batería de preguntas desde el pleno, así que el CSE decidió aceptar la propuesta del propio Araya para que primero se recibieran todas la consultas antes de que el rector ofreciera sus respuestas.
Llegaron así otras consultas incómodas y una lluvia de comentarios críticos. Henry Álvarez, por ejemplo, le recriminó al rector que varios estudiantes le habían solicitado espacios de conversación y que no los había ofrecido. Aludiendo a la futura negociación del FEES Álvarez dijo: “Usted sabe, yo lo sé y todas las personas aquí presentes lo sabemos, la imagen institucional está en decadencia (...) y hay una cuota de responsabilidad hacia su persona, porque cuando se firman aumentos salariales sin estudios técnicos y se ponen en vigor reglamentos de régimen salarial académico con estudios actuariales tardíos, es lógico que la ciudadanía esté enojada...”.
El estudiante Manuel Jiménez protagonizó uno de los momentos más críticos de la sesión. El rector no contestó su pregunta.
Maria Paula Fonseca también tomó la palabra y dijo “es una lástima que tantas veces lo hemos buscado y buscado y buscado (...) anteayer nos tuvo a la par suya y ni siquiera se dignó a volver a vernos (...) de escucha hacia los estudiantes, cero”. Fonseca agregó “me preocupan sus acciones (...) como se sabe muy muy bien, usted nos está dejando por el suelo (...)”. La estudiante pidió al rector tomar medidas para revertir la situación.
Liam García, indicó que encontraba preocupante la situación general de la UCR y reclamó al rector que “usted se esconde detrás de la vicerrectoría y no ha sido capaz de hablar con nosotros”. Recriminó además la situación que sobrellevan los estudiantes de formación docente “estamos debajo del comején” y la falta de respuestas de parte de la Rectoría ante las movilizaciones de reclamo de parte de estudiantes y funcionarios.
Dato D+: García se refiere a una protesta organizada por la Facultad de Educación el martes pasado, a la que aludimos en esta nota.
Stephanie Jara, también retomó el tema y comentó: “Esta rectoría tiene matices autoritarios (...) se niega a recibir protestas, la de Educa no la quisieron recibir, la de inicio de año de becas tampoco (...) este rector prefiere subir el salario a sus amigotes que aumentar el presupuesto contra becas”.
El estudiante Manuel Jiménez tuvo una de las intervenciones más vehementes. Señaló que “El rector de la UCR, usted, Carlos Araya Leandro, nos está dejando por el suelo”. Tras su airado reclamo (“usted está encubriendo amigotes”), concluyó pidiéndole la renuncia a Araya: “Mi pregunta es entonces, si la única solución viable para levantarle un poco la imagen a esta universidad y a la educación pública en general es su renuncia ¿usted se va a bajar del barco y hacerse a un lado si tanto ama la educación pública?”.
Descargo de Araya
El rector Araya intentó mantener la compostura ante la batería de reclamos.
Tras 20 minutos de consultas, críticas y comentarios el CSU le dio la palabra al rector Araya. Sin embargo, como se puede fácilmente deducir, contestar esas preguntas de forma ordenada, clara y concreta era inviable en las condiciones dadas. El rector improvisó una exposición a lo largo de la cual procuró contestar a cada estudiante. Tardó más de media hora y logró aludir a casi todas las intervenciones previas. En resumen, repitió las explicaciones que ya ha dado en sus descargos anteriores y se mantuvo fiel a su discurso. Dijo que no ha conversado con los estudiantes porque no le han llamado directamente a decirle que quieren hablar con él: “La próxima vez que haya una protesta y ustedes quieran hablar conmigo (...) Por favor llámenme, díganme, Carlos, venga, queremos hablar con usted y ahí mismo vamos a hablar”.
Yo lo que hago es dar la cara, dialogar y conversar con la mayor cantidad de personas”.
El pleno empezó a mostrarse inquieto, exigiendo intervenir ante los comentarios de Araya, por lo que Axel Quesada Castillo, encargado de la coordinación general del Cuerpo Cordinador del CSE le pidió respuestas más precisas: “Yo siento que hay algunas respuestas que se van las ramas”. Don Carlos continuó en la misma línea “yo fui becado, yo soy de un pueblo rural de Turrialba...”.
Quesada Castillo comprendió, ante el malestar del estudiantado, que lo más prudente era buscar un espacio específico a futuro para conversar directamente con el rector. Araya dijo que estaba en la mejor disposición de dialogar y que incluso podía enviar las respuestas a las preguntas que quedaron pendientes por escrito: “me dan un par de semanas eso sí”. “Usted tampoco se ayuda”, contestó Quesada.
El movimiento Alianza Estudiantil nació a la luz de las recientes polémicas en la UCR.
Round 2
Quesada decidió abrir un espacio adicional para que el estudiantado pudiera repreguntar tras las respuestas de Araya, esta vez con la condición de que el rector atendería las nuevas consultas por escrito: “Estas me las llevo de tarea”. Una vez más, la sesión entró en calor de inmediato.
Santiago Cortez, tomó la palabra y son sarcasmo dijo: “Muchas gracias por su buena voluntad de venir aquí y dar una respuesta mediocre, que es lo que ha destacado en esta gestión. Y le voy a decir por qué, bueno sí, usted no fue rector el año pasado... ¿Qué fue usted? Miembro del Consejo Universitario, ¡veamos las actas entonces!”. El estudiante ironizó con la inhibición que Araya se impuso en el tema OEPI, comentando: “¿No le da vergüenza tener una denuncia en la Fiscalía?”. Y concluyó: “Lo rechazamos, usted no tiene la voluntad, manda a personas a hablar por usted... en este momento don Carlos, con todo respeto se lo digo, le rechazamos como nuestra representación, usted no es la representación de la Universidad de Costa Rica y el puesto de la rectoría le quedó muy, muy grande”. Su cierre fue vehemente:
Muchas gracias, espero que algún día pueda dejar su puesto y dejar que la UCR pueda recuperarse de sus errores”.
Sofía Huertas, por su lado, también le pidió al rector que se haga a un lado pues considera que la imagen del rector afectará la futura lucha por el FEES. “Si usted dice que ama a la UCR (...) ¿por qué no se retira de la imagen? ¿por qué no deja que luchemos el por FEES con una cara limpia no con una cara acusada en la Fiscalía?”.
Alhana Chavarría Montero volvió a tomar el micrófono y le dijo al rector “usted no nos representa”. Además, también le pidió la renuncia: “Justo ahora me preguntaban los medios de comunicación que cuál es la mejor opción para la UCR en la pronta negociación del FEES y hoy les respondo acá a ustedes: que usted renuncie”.
Usted dijo que para defender el FEES va a poner la cara y yo le pregunto ¿cuál de todas?”. — Alhana Chavarría.
Los estudiantes hicieron fila para tomar la palabra.
La tónica durante este segundo segmento continuó en esa dirección por cerca de 15 minutos. Una tras otra cada persona que tomaba el micrófono recriminaba a Araya la situación actual de la UCR, recordándole su pasado en la vicerrectoría de Administración y su presencia en el Consejo Universitario antes de asumir el puesto de rector. “Es frustrante y doloroso ver todo lo que está sucediendo”, le reclamaron, insistiendo en la necesidad de su renuncia.
Finalizada la participación del pleno Axel Quesada resumió la jornada en “Creo que hay mucho trabajo por hacer”. Extendió la invitación al rector para que participe de futuros espacios “para lograr obtener resultados” y agradeció su presencia en el recinto. “Las gracias a ustedes, cada comentario, cada pregunta que hacen créanme que la tomamos con toda la seriedad que ustedes merecen, vamos a dar respuestas a cada una de las preguntas que ustedes plantearon y quedamos en la mejor disposición de clarificar en el momento en que lo consideren oportuno... (...) les reitero, éxitos en lo que resta de esta sesión, buenas tardes”, contestó Araya, antes de tomar su maletín para retirarse.
Lo que dejó la sesión
A pesar de la tensión, el enojo y la frustración expresada a lo largo de la jornada, lo cierto es que el solo hecho de que esta sesión haya tenido lugar representa un punto de inflexión. El estudiantado, por fin, tomó la palabra en un escenario público e institucional, y lo hizo con claridad, contundencia y sentido de responsabilidad.
En tiempos donde el desinterés y la apatía suelen imponerse, ver al estudiantado exigir rendición de cuentas, cuestionar con argumentos y reclamar su derecho a ser escuchado —incluso en medio de un conflicto colateral como el de la Semana U— es una señal alentadora. No por lo que pasó el viernes, sino por lo que puede pasar mañana, si la llama se mantiene encendida.
La UCR atraviesa una de las crisis más complejas de su historia reciente. Y aunque el rector Araya intentó usar el espacio para reforzar su narrativa sobre el reparto del FEES y desmarcarse del pasado reciente, la comunidad estudiantil dejó claro que el problema no es solo presupuestario: es también ético, político e institucional.
Y en ese sentido, el viernes no fue una anécdota, fue un recordatorio.
De que la universidad sigue viva. Y de que sus estudiantes todavía tienen voz. Y memoria.