Las personas que serán deportadas podrán pedir refugio en Costa Rica.

El vuelo de deportación con 135 migrantes indocumentados, en su mayoría provenientes de países asiáticos, que aterrizará este jueves en Costa Rica está compuesto, casi por la mitad, por personas menores de edad. Así lo reportó este miércoles el medio estadounidense NBC News, citando al viceministro de Gobernación y Policía costarricense, Omer Badilla.

Entre los migrantes deportados hay ciudadanos de China, Afganistán, India, Pakistán, Tayikistán, Vietnam, Georgia y Azerbaiyán. Del total, 65 son menores de edad y al menos dos son mujeres embarazadas. Según Badilla, ninguno de los deportados tiene antecedentes penales, aunque todos se encontraban en situación migratoria irregular en Estados Unidos.

Esta es la primera vez que Costa Rica actúa como país de tránsito para personas deportadas desde Estados Unidos. Los migrantes viajarán en autobús durante seis horas hasta el cantón de Corredores, en la frontera con Panamá, donde serán alojados en un Centro Temporal de Atención a Migrantes.

Badilla explicó que Costa Rica accedió a recibir a los migrantes “por nuestra historia y costumbres como defensores de los derechos humanos” y que el acuerdo con el gobierno estadounidense no contempla condiciones especiales. “Respondimos a la solicitud del gobierno de Estados Unidos y levantamos la mano para ayudarles”, señaló.

El presidente Rodrigo Chaves Robles justificó la decisión afirmando que el país está colaborando con su “hermano poderoso del norte”. Durante la conferencia de prensa semanal de este miércoles, Chaves agregó: Si nos imponen un impuesto en nuestras zonas francas, nos perjudicaría. No creo que lo hagan, gracias a Dios... el amor se paga con amor... vendrán 200, los tratamos bien y se irán”.

Estados Unidos financia los costos de estos vuelos, incluido el transporte posterior para la repatriación a los países de origen. La Organización Internacional para las Migraciones (OIM), agencia de las Naciones Unidas, brindará apoyo humanitario durante el proceso.

Un portavoz de la OIM aseguró que su papel “se centra en proporcionar apoyo humanitario y facilitar el retorno cuando sea seguro hacerlo” y enfatizó que la organización “no participa directamente en la detención o restricción de movimiento de las personas migrantes”.

Al llegar a Costa Rica, los migrantes serán sometidos a un análisis detallado de sus casos para verificar que no enfrenten riesgos a su integridad si son devueltos a sus países. Quienes lo deseen podrán solicitar refugio en Costa Rica. El país dispone de un plazo inicial de 30 días para repatriar a las personas deportadas, aunque dicho periodo podría ampliarse para garantizar el respeto a sus derechos humanos.

El traslado de este jueves forma parte de un operativo más amplio en la región. En Panamá, alrededor de 300 migrantes —principalmente de países asiáticos— permanecen confinados en un hotel mientras las autoridades internacionales coordinan su repatriación. Frank Abrego, ministro de Seguridad Pública panameño, explicó que, aunque muchos migrantes han expresado su negativa a regresar voluntariamente, están bajo custodia temporal para su protección.

Más del 40% de estas personas han mostrado resistencia a volver a sus países, según autoridades panameñas. Aquellos que se rehúsan a ser repatriados podrían ser trasladados a la provincia de Darién, un punto crítico en las rutas migratorias hacia el norte.