¡Bienvenidos al nuevo formato de debates! En este esquema, cada equipo expone su posición legal sobre un tema y, al final, usted escoge quién considera que prefiere para exponer con más detalle su posición; nos puede enviar un email.

Exposición del caso

Juan es un trabajador del turno nocturno, donde trabaja 8 horas: 6 horas nocturnas (que se pagan a 1.33 y 2 horas extra nocturnas (a 1.5 x 1.33 cada una). Aunque es un turno pesado, el ingreso que recibe lo compensa.

Ahora Juan aceptó pasarse al turno A. Ya no tiene el diferencial del 33% del salario nocturno y tampoco trabaja extras porque la empresa ha hecho un esfuerzo para eliminarlas.

Juan tiene 3 pensiones alimentarias de 3 mujeres distintas, un préstamo con el Banco Popular y varios créditos con la asociación solidarista. En cada fecha de pago el salario le llega en cero colones.

Pregunta

¿Qué debería hacer el patrono?

Equipo A

Debe intervenir. No puede ser que uno o varios empleados no reciban salario. El salario es parte de la dignidad de un trabajador, un derecho inalienable. Es decir, se trabaja precisamente porque ese trabajo se paga.

El patrono debería identificar a los trabajadores que están recibiendo en esa misma situación y ver cómo los ayuda. Es parte de su responsabilidad social.  En lugar de andar pintando escuelas y sembrando árboles, el patrono debería revisar sus políticas de responsabilidad social y volver sus ojos hacia adentro: todo su personal debería recibir un salario digno y estar por encima de la pobreza extrema.

A Juan se le puede dar apoyo explicándole cómo manejar las pensiones y, por ejemplo, ahora que su ingreso mensual es menor, pedir un ajuste.  Se le puede ofrecer un plan de educación financiera para que salga rápido de los préstamos con intereses más altos. O hablar con la asociación para que atiendan el caso y el refundan las deudas.

Un trabajador que no recibe salario y que cada fecha de pago pasa angustiado pensando cómo va a pagar sus pases o lo que se come, es un trabajador estresado, que no puede estar concentrado en su trabajo y aumenta la posibilidad de accidentes de trabajo. También aumenta el riesgo de que, en su desesperación, recurra a préstamos gota a gota, que están relacionados para la criminalidad.

Más grave aun: Un trabajador que labora y no recibe salario, no es un trabajador, es un esclavo.

Equipo B

La posición del Equipo A se sostiene en una posición paternalista, totalmente contaminada por el principio nacional de rango supra constitucional del pobrecito. Además, evidencia el prejuicio clasista según el cual todo trabajador operario es ignorante y que por eso no sabe manejar su dinero.

¿Cómo sabemos que Juan trabajador es el único ingreso de su familia? Puede ser que estemos ante un caso de esos en que un salario del núcleo familiar se dedica a préstamos y el otro, para los gastos de la familia.

Por otro lado, el core business del patrono es la industria, no la labor filantrópica y humanitaria. Las ayudas y apoyo que propone el Equipo A cuestan dinero, que se refleja en los costos de producción y la competitividad del patrono.

No le toca al patrono resolver el problema de los gota a gota ni de la pobreza. Son situaciones sociales, estructurales cuya solución escapa las posibilidades del patrono.. Para eso están las instituciones del Estado. No podemos pretender que el patrono resuelva problemas estructurales que el mismo Gobierno no resuelve.

El patrono cumple con la ley: paga el salario mínimo o más. Cumple con todos los feriados, vacaciones, aguinaldo. Paga las cargas sociales, retiene impuestos. Tiene la obligación legal de retener pensiones alimentarias y embargos. Incluso va más allá y ofrece otros beneficios a su personal. No podemos trasladarle al patrono las responsabilidades que corresponde al Estado.

Más allá de eso, se trata de un tema de dignidad y respecto: el equipo A infantiliza al trabajador. Como cualquier otro adulto, Juan tiene derecho de hacer con su plata lo que le da a gana. Y si eso lo lleva a que no reciba nada en cada fecha de pago, el único responsable es él.  Asumir las consecuencias de los propios actos es parte de lo que implica ser adulto. Juan libremente decidió reproducirse, decidió endeudarse y decidió autorizar las deducciones de su salario.

Ya bastante tiene el patrono con todo lo que le toca hacer, probar y defender para que encima le toque sustituir y asumir las decisiones de los adultos que laboran para él.

Este artículo representa el criterio de quien lo firma. Los artículos de opinión publicados no reflejan necesariamente la posición editorial de este medio.