¿Estamos preparados para afrontar una situación de tirador activo? ¿De qué manera hemos actuado en una escena de toma de rehenes en Costa Rica? ¿Qué tan rápido podemos accesar a un paciente herido bajo amenaza directa? ¿Estamos listos para afrontar una emergencia masiva, un desastre, un rescate en montaña? ¿Qué tan seguros son nuestros hospitales ante amenazas con arma de fuego? Y ¿cómo nos afecta el aumento de la violencia y el sicariato, en el día a día del ser médico?
En nuestra sociedad actual, estos y otros retos sociales y humanitarios, se vuelven parte de los factores determinantes de la salud.
La medicina táctica y operacional, subespecialidad de la medicina de emergencias, se ejerce precisamente en este tipo de situaciones atípicas y entornos no convencionales; donde la vida y evolución de uno o más pacientes, dependerá en gran medida, de la atención inmediata in situ por personal capacitado.
En el caso de Costa Rica, existe la ACMT (Asociación Costarricense de Medicina Táctica), conformada por un equipo multidisciplinario; dentro de los cuales se encuentran varios emergenciólogos, médicos generales, enfermeros, técnicos en emergencias médicas, policías, bomberos y demás personas afines; todos con amplia experiencia en la temática y capacitación médico-táctica.
Una experiencia en PIZOTE
El curso PIZOTE es uno de los cursos de capacitación de la ACMT, dirigido especialmente a personal policial y civil del sector salud.
La experiencia inicia alrededor de las 3am, al llegar a la entrada de la finca “Pizote”, ubicada en las montañas de Tres Ríos; cargando una mochila militar de una capacidad de 25 L, un slepping bag, una tienda de acampar y unas botas de montaña; además, para unirse a un grupo de desconocidos, vestidos en su mayoría con ropa de fatiga, pues otro tipo de vestimenta no resistirá.
Esta experiencia médico–táctica, incluyó una serie de capacitaciones académicas de suma importancia; así como la puesta en práctica de técnicas de extracción de víctimas, TRIAGE (sistema de clasificación de pacientes), control de sangrado, manejo de vía aérea, camillaje en montaña, evacuación helicoportada, y muchos otros aspectos; pero en un contexto muy distinto al de la medicina convencional.
¿Medicina al servicio de la humanidad? Y nuevos retos
La salud global se constituye como un campo interdisciplinario, y es aquí donde entra en acción la diplomacia en salud global (DSG), que encuentra su marco de acción en las relaciones internacionales; funcionando como interfaz entre las políticas internacionales y la práctica médica; y esto no sería posible sin la negociación, la cual viene a ser uno de sus pilares fundamentales.
En el mundo en que vivimos, el salvaguardar la salud y la vida, conlleva una serie de interrelaciones complejas, que exigen la colaboración entre múltiples actores, y claramente trascienden las fronteras; desde este punto de vista la salud es un asunto internacional.
Además, podemos observar, cómo en la actualidad, la gobernanza sanitaria mundial no se limita a un solo actor, no solo se trata de la OMS (Organización Mundial de la Salud), sino que involucra a una serie de organizaciones internacionales y a los Estados.
Por su parte, la medicina táctica no escapa de estas dinámicas internacionales; sino que establece diversas relaciones de cooperación con países de distintas partes del mundo; y en este ámbito, viene a ser una herramienta más de la diplomacia médica internacional.
En palabras simples, el ámbito de la medicina es quizás muy grande como para quedarse en un solo lugar, es más bien —o debería ser— una medicina al servicio de la humanidad.
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