Dijo una vez San Agustín que la integridad es hacer lo correcto aun cuando nadie nos vea. Esta máxima de la filosofía moral con la que la mayoría de las personas se mostraría en principio de acuerdo, se ha relativizado a tal punto en nuestra jungla social, que de vivir San Agustín al día de hoy, probablemente terminaría renegando de ella. Actualmente, parece ser incorrecto solo aquello en lo que —pese a tus esfuerzos en sentido contrario— terminaste siendo descubierto; si al final conseguiste salirte con la tuya y nadie se dio cuenta, bien por ti.

La relativización de la dicotomía bien-mal que sirve de sustrato a la filosofía moral y a las religiones, parece ser la constante de la sociedad actual, siendo la sangre que corre por las venas de los que gozan del poder económico y político en las sociedades, fenómeno respecto del cual no resulta ajeno nuestro democrático y ecológico hábitat. Podemos negar o vaciar de contenido —con total impunidad— los derechos de los menos favorecidos, porque ello resulta acorde al bien común; casualmente, el bien común de aquellos con poder político y económico. Podemos aumentar los impuestos de los sectores ya gravados con ellos, para ocultar lo mucho dejado de percibir respecto de aquellos que se niegan a pagarlos; precisamente, los mismos que controlan los aumentos y exenciones al pago de impuestos.

Podemos fingir que nos interesan las condiciones de los menos favorecidos de la sociedad, creando programas o contratos dirigidos a ayudarlos, pero construidos en la práctica precisamente a la medida de los miembros más favorecidos de su fauna económica y política.

Podemos sostener que defendemos la libertad y demás derechos fundamentales de los ciudadanos, aun si tal libertad no resulte más que el ejercicio arbitrario del poder estatal, dirigido a acallar las voces discordantes en diferentes sectores sociales.

Podemos decir que salvaguardamos la democracia y la división de poderes aun si hemos implementado en la práctica legislación y políticas dirigidas precisamente a controlar las decisiones más relevantes de la Administración de Justicia; si para ellos hemos de golpear la mesa o intimidar a aquellos que se nos opongan, será solo un mal necesario en esa ingrata tarea de ejercer el poder en beneficio propio.

Podemos decir que respetamos y defendemos la dignidad de las mujeres, aun si en la práctica nos comportemos como simples patanes; sociópatas arrogantes, que disfrutan de mancillarlas en público e intimidarlas en privado.

En fin...podemos decir tantas cosas, pero son nuestras acciones las que realmente hablan por nosotros y nos definen como personas. Quizás un antídoto para lo que ocurre en nuestra malograda aldea política, pueda ser hallado en una serie de principios (máximas) de comportamiento elaboradas por Marco Aurelio, emperador romano, pero ante todo filósofo.

  • “La mejor venganza es ser diferente a quien causó el daño.”
  • “Lo que no es útil para la colmena, no es útil para la abeja.”
  • “Si no conviene, no lo hagas; si no es verdad, no lo digas. Sé dueño de tus inclinaciones.”
  • “Realiza cada una de tus acciones como si fuera la última de tu vida.”
  • “El mundo no es más que transformación, y la vida, opinión solamente.”
  • “Tranquilo a la vez que resuelto, alegre a la par que consistente, es el hombre que en todo sigue la razón.”
  • “En ninguna parte puede hallar el hombre un retiro tan imperturbable y tranquilo como en la intimidad de su alma.”
  • “Una sola es la luz del sol, aunque la obstaculicen muros, montes, incontables impedimentos.”
  • “No malgastes más tiempo argumentando acerca de lo que debe ser un buen hombre; trata de ser uno.”
  • “Tienes poder sobre tu mente, no sobre los acontecimientos. Date cuenta de esto y encontrarás la fuerza.”
  • “Todas las cosas se hallan entrelazadas entre sí y su común vínculo es sagrado y casi ninguna es extraña a la otra, porque todas están coordinadas y contribuyen al orden del mismo mundo.”
  • “Hemos nacido para colaborar; obrar, pues, como adversarios los unos de los otros, es contrario a la naturaleza.”
  • “Todo lo que escuchamos es una opinión, no un hecho; todo lo que vemos es una perspectiva, no la verdad.”
  • “Comenzar es la mitad del trabajo; comienza nuevamente con la mitad restante, y habrás terminado.”
  • “Muchas veces me pregunto cómo es que cada hombre se ama más a sí mismo que a los demás, pero a pesar de todo, le da menos valor a sus propias opiniones que a las opiniones de otros.”
  • “Si estás molesto por una causa externa, el dolor no se debe a la causa en sí misma, sino al valor que tú le das. Y tienes el poder de revocar ese valor.”
  • “Recógete en ti mismo. El guía interior racional puede, por naturaleza, bastarse a sí mismo practicando la justicia y, según eso mismo, conservando la calma.”
  • “Recibe sin orgullo, despréndete sin apego.”
  • “Recuerda que ni el futuro ni el pasado te son gravosos, sino siempre el presente. Y éste se minimiza, si lo delimitas exclusivamente a sí mismo.”
  • “Cada vez que estés a punto de señalar un defecto en otra persona, hazte la siguiente pregunta: ¿Qué defecto en mí se parece al que estoy a punto de criticar?”
  • “Mira hacia el pasado, con sus imperios cambiantes que se alzaron y cayeron, y serás capaz de prever el futuro.”
  • “Si algún hombre me odia, ese es su problema; mi única preocupación es no hacer o decir nada que merezca ese odio.”
  • “Nuestra vida es lo que nuestros pensamientos crean.”
  • “¿Es tu reputación lo que te molesta? Mira lo rápido que somos olvidados. El abismo del tiempo eterno se traga todo.”
  • “Muchas veces comete injusticia el que nada hace; no sólo el que hace algo.”
  • “Que algo te parezca difícil, no quiere decir que nadie más sea capaz de lograrlo.”
  • “Imperturbabilidad con respecto a lo que acontece como resultado de una causa exterior y justicia en las cosas que se producen por una causa que de ti proviene.”
  • “Todo cuanto ves, muy pronto será destruido y los que han visto la destrucción dentro de muy poco serán también destruidos; y el que murió en la vejez extrema acabará igual que el que murió prematuramente.”
  • “La pérdida no es otra cosa que una transformación.”
  • “Cualquier cosa que te acontezca, desde la eternidad estaba preestablecida para ti, y la concatenación de causas ha entrelazado desde siempre tu subsistencia con este acontecimiento.”
  • “Está en tu poder retirarte en ti mismo cada vez que lo desees; la tranquilidad perfecta consiste en el orden de la mente, el reino que te pertenece.”
  • “No actúes como si fueras a vivir por diez mil años. La muerte te acecha. Mientras vivas, mientras sea posible, sé bueno.”
  • “Del mismo modo que los médicos siempre tienen a mano los instrumentos de hierro para las curas de urgencia, así también, conserva tú a punto los principios fundamentales para conocer las cosas divinas y las humanas.”
  • “La vida no es buena ni mala, sino un lugar para el bien y el mal.”

Este artículo representa el criterio de quien lo firma. Los artículos de opinión publicados no reflejan necesariamente la posición editorial de este medio. Delfino.CR es un medio independiente, abierto a la opinión de sus lectores. Si desea publicar en Teclado Abierto, consulte nuestra guía para averiguar cómo hacerlo.