Un grupo de legisladores de la Asamblea Legislativa presentó un proyecto de ley (expediente 23.771) para regular la inteligencia artificial (IA), utilizando de base un texto redactado por Chat GPT 4. Podrá ser un esfuerzo bien intencionado, pero es a todas luces altamente desinformado y sumamente peligroso.

El avance más importante de nuestra civilización

Estamos ante el avance tecnológico más importante de la humanidad. La IA no es una mera moda pasajera; es una revolución tecnológica que está transformando profundamente la forma en que vivimos y trabajamos en todo el planeta. Sundar Pichai, CEO de Google, la ha comparado con el descubrimiento del fuego o la electricidad:

Siempre he pensado que la I.A. es la tecnología más profunda en la que la humanidad está trabajando, más profunda que el fuego o la electricidad o cualquier cosa que hayamos hecho en el pasado”.

Ese es el nivel de importancia que tiene y, por tanto, es el nivel de responsabilidad que debe tenerse para abordarla sobre todo en materia de legislación.

Es una conversación que afecta a toda la sociedad y cuya discusión debe ser lo más horizontal y abierta posible, con fuerte asesoría profesional, y no ser tratada como una moda más para ponerse medallas políticas.

Un ejercicio irresponsable

El proyecto de ley, su presentación y los prompts utilizados evidencian una notable falta de investigación, una comprensión insuficiente de la tecnología y una desconexión con la realidad mundial en el tema.

Utilizar una herramienta como Chat GPT para mejorar o potenciar la creación de cualquier documento no es una mala idea. Es el propósito mismo de la herramienta. Tiene sentido lógico diseñar las bases centrales de una nueva legislación utilizando el criterio de expertos y luego potenciar las múltiples aristas y formas con ayuda de la herramienta luego de "alimentar" dichos criterios.

Lo contrario no tiene ni pies ni cabeza. Adicionalmente muestra desconocimiento de las múltiples problemáticas propias de Chat GPT: alucinación, limitantes y sesgos en el material de entrenamiento, además de basarse en información existente.

Aquí es donde debemos centrarnos en un aspecto crucial: la realidad es que a nivel mundial todavía no hay claridad sobre cómo regular este tema. Esto es tan importante que no puedo enfatizar lo suficiente. Este es un tema aún en desarrollo y que no está en la información de entrenamiento de Chat GPT u otras herramientas similares. Su utilización para dictar el curso de nuestra legislación es una estrategia errónea y apresurada. Esto es especialmente cierto cuando se tiene en cuenta que estamos tratando con un área tan amplia y en constante evolución (a niveles absurdos de velocidad), que tiene impacto en todos los ámbitos de la sociedad y la economía.

La IA no es un tema estático, muta y evoluciona cada día a una velocidad nunca antes vista

La complejidad inherente a la IA es tal que aún no existe una solución globalmente aceptada. El debate en torno a la IA es intenso y complejo, como se evidencia en las recientes reuniones de alto nivel en la Casa Blanca y los blueprints de securidad, las presentaciones en el Congreso de Estados Unidos, así como en las discusiones en la Unión Europea, que ha optado por un enfoque más restrictivo con su Acta de Inteligencia Artificial.

En Costa Rica, el Ministerio de Ciencia, Innovación, Tecnología y Telecomunicaciones (Micitt) está trabajando con la UNESCO para establecer un marco ético para la IA. Esta decisión es un paso en la dirección correcta, pero no es suficiente. Nuestra normativa debe estar actualizada con los nuevos conceptos y criterios modernos que se publican constantemente, y no solo basarse en los conocimientos previos a esta curva de innovación.

Empresas como OpenAI, Google DeepMind, o Anthropic tienen como objetivo final la construcción de una IA general, una IA capaz de realizar cualquier tarea que un ser humano pueda realizar. Las mismas empresas han subrayado los riesgos inminentes de este avance.

Por lo tanto, nuestra regulación debe estar orientada a mitigar los riesgos de este tipo de avance y establecer las mejores prácticas de abordaje y adaptación para poder aprovechar las oportunidades. Google ha realizado un ejercicio importante en esto (que invito a estudiar) y propone una agenda política que aborde “Oportunidad, Responsabilidad y Seguridad”.

La oportunidad que tiene Costa Rica: actualizar el contrato social

Costa Rica tiene una oportunidad única, como país desmilitarizado, para liderar la gobernanza mundial sobre la IA. Podemos trabajar para prevenir actividades fraudulentas, violaciones a los derechos humanos, y la crisis climática, así como para garantizar que la nueva economía global que se desarrolle con la IA sea una que promueva la equidad, la inclusión y la igualdad social.

Aquí es donde los conceptos de "gobernanza" y "alineación" se vuelven fundamentales.

La gobernanza implica establecer las "reglas del juego", cómo las empresas y los gobiernos deben comportarse en relación con la IA. Por otro lado, la alineación se refiere a la forma en que dirigimos o limitamos los efectos de la IA hacia los objetivos de la humanidad. Estas son cuestiones complejas que aún no tienen una respuesta definitiva a nivel mundial, pero podemos colaborar a buscar dichas soluciones.

Los gobiernos, empresas y universidades tienen que trabajar juntos para asegurar que la IA se use de forma segura, ética y en beneficio de todos. Un plan integral de políticas públicas sobre la IA puede ayudar a aprovechar sus oportunidades y minimizar sus peligros. De esta forma, la IA mejorará la vida de las personas ahora y en el futuro.

Lo que necesitamos es un plan integral de políticas públicas y una agenda legislativa para la creación de nueva normativa

Nuestra transformación legal y social debe ser tan profunda como la transformación que estamos viendo y que vamos a presenciar en los próximos años. Esta complejidad multifacética puede asustar y alejarnos de tomar acciones.

Eso es entendible. Pero esa misma complejidad permite espacio de participación y colaboración para todos los sectores de la sociedad. Quiero resaltar algunos de los temas más importantes como forma de incentivar la conversación y motivar a que cada persona desde su ámbito de acción pueda reconocer un área de oportunidad para aportar y construir.

  • Democratizar la gobernanza con mecanismos que nos permitan a todos y todas participar en las decisiones sobre la IA.
  • Promover la accesibilidad a los modelos y software de IA.
  • Regular cómo los medios de comunicación utilizan la IA y exigir transparencia en su uso.
  • Implementar consejos de ética en IA en las empresas para supervisar su desarrollo y uso.
  • Establecer leyes que protejan de la discriminación algorítmica (sesgos producto del entrenamiento).
  • Proporcionar notificaciones claras y explicaciones comprensibles cuando se utiliza IA en productos y servicios.
  • Requerir alternativas humanas a las decisiones tomadas por la IA y mecanismos de resolución en caso de conflictos.
  • Promover la innovación tecnológica en la IA a través de políticas que incentiven la investigación y el desarrollo en este campo.
  • Incentivos fiscales para las empresas que desarrollan tecnología de IA o que la utilizan para crear nuevos empleos.
  • Políticas que promuevan la educación y la formación en IA para preparar a nuestra fuerza laboral para el futuro.
  • Regular cómo se recopilan, almacenan y utilizan los datos en el contexto de la IA, protegiendo la privacidad y los derechos de las personas.
  • Leyes que penalizan la creación y difusión de contenido falso generado con IA.
  • Promocionar equidad e inclusión en los beneficios de la IA para que se distribuyan de manera equitativa en la sociedad.
  • Prevenir usos malintencionados de la IA, como la creación de armas autónomas, violación de los derechos humanos, ciberterrorismo, entre otros.

Necesitamos legislación inteligente

Hago un llamado a nuestros legisladores a reconsiderar su enfoque actual hacia la regulación de la IA. Necesitamos un debate público inclusivo, transparente y basado en la evidencia sobre cómo regular la IA de manera que promueva el bienestar común.

La inteligencia artificial no es solo un tema tecnológico, es el futuro de nuestra sociedad, nuestra economía y nuestro planeta. Debemos tratarla con el respeto y la seriedad que se merece. Necesitamos legislación inteligente.

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