A la señora de Purral, Quepos, Nicoya, La milpa de Heredia, del Infiernillo Alajuela, de Pavas, del Residencial las Orquídeas, que no es más que la representación simbólica de miles de costarricenses trabajadores desde la formalidad o la informalidad, a la clase trabajadora de este país, no se le olvide que, si usted depende al 100% de su salario para pagar su casa, su carro, su estilo vida, sus paseos, su salud, usted no pertenece a la ninguna de esas clases sociales maquilladoras.  Si con su trabajo usted paga todo a lo que tiene acceso, usted es de clase trabajadora sea su salario de 5 millones o de 250 mil colones, ¿qué haría usted sin su salario o una disminución en su remuneración salarial?

Tedioso y hostil se ha vuelto escuchar al presidente, Rodrigo Chaves, hablar de bajar el costo de la vida, escucharle decir que el arroz ha bajado de precio cuando usted y yo compramos arroz en el supermercado y no hemos visto una disminución en el costo durante todo un año. La retórica es una de las armas de control de masas más letal, quién tiene el arte de la palabra —o sea usted señor presidente— sabe llegar a lo que la gente común quiere escuchar, y ese es el detalle costarricense, se le ha dicho —y no lo olvide dicho— lo que usted quiere escuchar, pero no se ha hecho lo que usted necesita y aquí entra ese refrán popular de tanto saber “del dicho al hecho hay mucho trecho” y el señor presidente Rodrigo Chaves lo sabe y lo usa a su favor.

Y aquí como soberano, poder popular que está por encima de usted, en el sentido de su embestidura como presidente, le pido cuentas claras con datos y números reflejados en la realidad popular. ¿Qué se ha hecho? ¿Qué está haciendo usted diferente al bipartidismo? ¿A quién beneficia usted con las jordanas de 4x12? ¿A la señora de Purral? No lo creo porque ese don o esa doña como son de clase trabajadora, el pago de las horas extra le cae como “anillo al dedo” señor presidente, y usted con ese proyecto le esta quitando la posibilidad de tener un poquito más de platica al pueblo trabajador, a la clase trabajadora.

Y se entiende que quizás usted quiere ser como esas abuelitas del campo bellas y hermosas que hacen de menos más, pero su sabiduría no le llega a la de ellas, que, sin un título de economía, han podido sacar a su familia adelante, ellas saben lo que es que la plática no alcance, ellas saben de economía solidaria, de tejer en red, de construir, de fortalecer, de desarrollo. Sería bueno que se deje asesorar un poco de esos buenos saberes, búsquelas en los pueblos y entonces pregúnteles ¿Cómo? ¿Cuándo? y ¿Dónde? Pero por favor no les responda quizás, quizás, quizás.

Señor presidente usted en su gobierno conoce muy bien la palabra del reciclaje político, ¿cómo pretende hacer algo diferente con la mismidad de siempre? Y aquí me dirijo al pueblo, es algo parecido a como cuando usted se pierde en la montaña, quién no se ha perdido en la montaña y ha empezado dar vueltas en círculos por ella, sin llegar a ningún lado. Eso podría estar pasando costarricense en la montaña política de este país, claro está en la montaña perderse es por la ingenuidad, por la homogeneidad de esta, en la política parece ser bien intencionado esto de perderse para el pueblo, pero tener el norte claro para ciertos intereses que no se dicen, pero se hacen con acciones y hechos. Ojo gente que el tigre anda suelto y tiene a su presa.

Finalmente, señor presidente es menester felicitarle por las buenas relaciones con ciertos sectores económicamente poderosos en este país, si yo se que a usted le gusta que le hablen claro, hablo de ciertas cámaras empresariales que por años han tenido representación de primera mano en el Poder Legislativo a través de diputaciones que trabajan incansablemente para preservar, fortalecer y seguir posicionando su agenda común, exclusiva y poco incluyente, son algo así como esos pequeños lobby de poder detrás del trono, que no le pase lo que le paso a Carlitos Alvarado en su obra llamada una marioneta en plena función.

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