La forma de ser del costarricense, siempre reacio a los enfrentamientos, con dificultad de decir las cosas de frente, evadiendo conflictos, sin capacidad de recibir o hacer críticas constructivas, con fobia crónica hacia la actividad de discutir (que no significa pelear), también permea el ambiente laboral y muchas veces tiene efectos legales directos.  Veamos ejemplos:

Una empresa tiene disposiciones claras sobre las tardías. Es obligación de las personas trabajadoras informar con anticipación a la hora de ingreso que llegará tarde. No es que la empresa sea neurótica de la puntualidad. Es que requiere saber los recursos con los que cuenta para planear el día, las cargas de trabajo y estimar si podrá llegar a la meta. Al Whastapp del jefe entra este mensaje:

¡Ay Jefe! Me acabo de despertar, no sé qué me pasó, ya voy saliendo para allá, apenas me bañe, me vista y desayune, pase a dejar a los chiquitos y un toquecito al Banco!”

El jefe recibe ese mensaje y siente donde se le sube la presión, el colerón y el estrés. Otra vez se durmió. Otra vez llegando tarde.  Pero solo le responde:

Bueno.”

Un trabajador se va de vacaciones a la playa y con el mar, la brisa, los copos y el ceviche se siente muy hallado. Manda un mensaje por Whatsapp:

Hola. Yo sé que tenía que estar de vuelta en la oficina el martes, pero se nos dañó el carro y los repuestos no se sabe cuándo vienen y no hay campo en los buses para San José, así que me quedo hasta que me pueda ir. No me traje la compu, entonces tampoco me pudo conectar, pero de todos modos aquí la señal es malísima.”

Qué chichón. No hay cómo creerle porque siempre hace lo mismo. Está cogiendo más días de vacaciones —que no tiene— pero no hay forma de forzarlo a venir ni de demostrarle que está mintiendo. El jefe respira hondo y solo le responde:

Ni modo.”

En los dos ejemplos, el jefe se imagina que la persona sabe que esa respuesta es en un tono molesto y entre dientes. Pero el jefe se equivoca.

Si el asunto, por alguna razón, se discutiese a nivel judicial, el juez no tiene forma de saber el tono con que se escribieron las respuestas de los chats que se le presentan como prueba documental. Lo único que puede deducir es que cuando la persona avisó de la situación, se le respondió de forma positiva autorizando o avalando la situación:  “Bueno” o  “ni modo”.

Toca entonces cambiar la narrativa, asumir la posición de jefe  y —sin temor al éxito— poner las cosas claras, aunque uno caiga mal y el trabajador se resienta.

¿Qué le agarró tarde porque se quedó dormido? En lugar de un “bueno”, al dormilón irresponsable, respondemos:

Como es de su conocimiento, esta es una tardía injustificada. Se procederá con la acción disciplinaria correspondiente.”

¿Que dio la casualidad de que todo se conjugó para que el trabajador se quedara varado en su destino de ensueño? Nada de “Ni modo”. A la excusa descarada, respondemos:

Toda ausencia debe estar debidamente justificada con el comprobante respectivo. De no presentar el mismo, se procederá con la correspondiente amonestación.”

Este artículo representa el criterio de quien lo firma. Los artículos de opinión publicados no reflejan necesariamente la posición editorial de este medio.