Concluyó la COP27, la cumbre climática en Egipto, sin dejar una victoria absoluta ni una derrota definitiva.

Sin duda, el mayor logro político de la COP en Sharm-El-Sheij fue para los países más vulnerables: se creará un fondo para ayudarles a enfrentar pérdidas y daños producidos por impactos climáticos extremos. El cómo—quién se beneficiará y quién pagará la factura—será negociado en 2023.

Hace un año, en Glasgow, se había acordado en la COP26 la eliminación progresiva del carbón, el combustible fósil más contaminante de todos. En esta COP la meta era agregar a los otros dos, el petróleo y gas. India lideró un grupo de 80 países que así lo pedían, especialmente los estados insulares, pero esto fue bloqueado por países alineados con la industria de los combustibles fósiles. Esta derrota no puede ser definitiva, el tema se debe retomar en la próxima COP.

Los cabilderos de la industria de los combustibles fósiles estuvieron activos en los pasillos.  La organización Global Witness estima que eran más de 600.  El número exacto se desconoce. Dado que es la industria más poderosa del planeta, hacen y harán lo posible por impedir la eliminación progresiva – “phase-outs”—del petróleo y gas.

Vale rescatar que Costa Rica ayudó a gestar la alianza global “Más Allá del Petróleo y Gas” (BOGA, por sus siglas en inglés) co-liderada con Dinamarca. BOGA nació anclada en la ciencia dado que hay grandes reservas de dichos combustibles que nunca deberán ser explotadas por razones climáticas. Es uno de los retos existenciales de nuestro tiempo.

Transiciones

En el marco de las negociaciones el debate financiero sobre cómo hacer la transición en países en desarrollo se aborda en términos de transferencias estatales – de países desarrollados a países en desarrollo. Desde 2009, se prometió transferir 100.000 millones de dólares al año. El monto anual no superado los 83.000 millones de dólares. Esta brecha genera tensiones en cada COP.

Por eso, fue un anuncio sin precedentes que Indonesia recibiera un paquete financiero que alcanzará 20.000 millones de dólares para apoyar su transición del carbón a renovables. Una parte proviene de Europa, Estados Unidos y Japón y la otra del sector privado.  Es prometedor buscar nuevos mecanismos financieros porque se estima que los países en desarrollo (excluyendo China) necesitarán inversiones anuales de 2.4 billones de dólares entre ahora y 2030. En la práctica muchos de los fondos para hacer la transición vendrán del sector privado.

Las estrategias climáticas también apuestan por estrategias sectoriales. En el transporte terrestre. Bloomberg New Energy Finance estima que la inversión global en transporte limpio superará los 450.000 millones al terminar el año. El monto crece cada año.

Gracias a la inversión en renovables y vehículos eléctricos alrededor del mundo, las emisiones de carbono globales fueron tres veces menor de lo que hubieran sido sin estas inversiones según un estudio de la Agencia Internacional de la Energía (IEA).

Es por estos beneficios climáticos que lanzamos en la COP27 al gobierno británico la Coalición “Accelerating to Zero” (A2Z) que reúne a países, empresas y otros actores. La meta es la eliminación progresiva de las ventas de vehículos livianos con motores de combustión interna. La fecha límite es 2035 para los principales mercados y 2040 en el resto del mundo.
Me hubiera gustado ver al gobierno de Costa Rica apoyar la A2Z, pero no fue así.

¿Una silla vacía?

El presidente de Costa Rica decidió no asistir a la COP27 a la que sí asistieron otros presidentes del mundo, incluido el presidente Biden. Si la COP no es prioridad y se deja la silla vacía, esto envía una señal.

Por su parte, el ministro de Ambiente y Energía dijo que la Alianza BOGA (mencionada arriba) no es prioridad para Costa Rica. El país declinó la invitación al foro público de BOGA en la COP. Esta silla vacía también envía una señal.

La prensa nota las ausencias. Ante la ausencia de Costa Rica en el foro de BOGA, que nuestro país debería coliderar, un periodista de The Guardian preguntó en voz alta “¿Dónde está Costa Rica?” para hacer evidente la silla vacía.

Ahora bien, el Fondo Monetario Internacional le prestará 750 millones de dólares para que pueda llevar acción climática (lo cual es una excelente noticia). La pregunta es ¿cuáles son las prioridades? Los países compiten por fondos climáticos así que Costa Rica es priorizado con el FMI y debe demostrar que cumple sus metas porque si no es así los fondos se irán a otros países con mejor desempeño y mayor compromiso.

Los compromisos se socavan cuando nos contradecimos.  Ya comenté por qué Costa Rica no debe extender la vida útil de los buses sino más bien apostar por la electrificación como ya lo hacen otros en la región.  La ciudadanía creerá en la descarbonización el día que las personas concretas se suban a un bus que no usa gasolina, no tiene muflas ni hace ruido.

De vuelta a la COP28: En 12 meses el mundo se dará cita en los Emiratos Árabes Unidos. Será una cumbre tenaz porque la industria de petróleo y gas hará lo posible por extender su vida útil. Costa Rica deberá, entre otras tareas, coliderar la Alianza BOGA. Sin peros y con ganas. Estamos en una década crucial ya no hay tiempo para sillas vacías.

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