Fulanito, como siempre, trae un caso peludo Recursos Humanos. De las personas que tiene a cargo, uno de ellos dejó este mensaje en el grupo de Guasap antes de salirse:

“No quiero ser parte de este grupo. Gracias por respetar”

Fulanito está que se ahoga del colerón, porque esa no es forma de hacer las cosas. Mínimo se hablan de frente, pero esto es como terminarle a una novia por mensaje y eso no se hace.

¿Trataste de volver a meterlo?

“¡Claro! Pero no pude. Me puse a buscar y mirá lo que me encontré: resulta que hay una forma para que a uno no lo metan a esos grupos. Yo lo entiendo, porque a mí los grupos de Guasap me tienen loco, entre los del condominio, la escuela de los chiquillos, la familia, los compañeros del colegio y los del trabajo, he optado por silenciarlos a todos. Pero, diay, con los del brete no hay quite, ¿o sí?”

Mirá, es cierto que ahora todo el mundo se guasapea, textos, audios, de todo. Aunque hay otras aplicaciones, por alguna razón la gente prefiere el Guasap y te mandan mensajes a cualquier hora y, peor aún, esperan una respuesta inmediata, aunque les digás que no los podés atender. Si no respondés rápido o los dejás en visto, son capaces de armarte una bronca o insistir hasta que los atendás.  Volviendo a lo nuestro, Fulanito, ¿la empresa le paga el teléfono a ese muchacho? ¿Le da un reembolso o algo?

“No. El teléfono es de él y la línea también. A ninguno de nosotros nos pagan nada de eso. Según los chismes, solo a los gerentes… ¿será cierto?”

Si el teléfono es de él, pues tiene derecho a no querer compartirlo con nadie. No tiene obligación de hacerlo.

“¡Pero la aplicación es gratis! Por eso se usa tanto, porque la usás y no te sube la cuenta. Es ideal para los que no les gusta hablar por teléfono —que te aclaro que a mí me encanta— o para simplemente dejar el mensaje sin tener que estar oyendo la alegadera. Es que, en serio, ¡vieras lo que a nosotros nos ha servido!”

Nadie niega las ventajas, Fulanito, pero ¿vos tenés claro que en la empresa el medio de comunicación oficial es el correo electrónico? Así nos aseguramos de tener todo por escrito en una sola plataforma a la que la empresa tiene acceso. Aprendimos a la brava: ¿te acordás de aquel caso donde la prueba quedó regada por todas partes? Que primero una llamada. No le contestaron, dejó un mensaje de voz. Insistió por Guasap y le respondieron por mensaje de texto SMS. Finalmente resolvieron en una reunión de Teams que nadie grabó. Fue imposible demostrar cómo había ocurrido todo. Por eso, hay que ir a la segura, mejor todo en correo. También podés usar el chat de la plataforma virtual que empezamos a usar en pandemia, la empresa pagó la licencia para eso.

“Yo entiendo, pero es que ya nos acostumbramos al Guasap. Uno siempre anda el teléfono en la mano, hasta cuando va al baño. ¿Y no has visto los stickers y los gifs tan vacilones que uno puede mandar? A uno todo se lo mandan por ahí, noticias, chismes, vaciladas… TODO”

Eso es parte del problema, Fulanito. Si se va a usar para cosas de trabajo, hay que poner reglas y a vos como jefe te tocaría asegurarte de que se cumplan. El grupo debería ser solo para cosas laborales, sin vacilones, sin stickers ni ninguna de esas cosas que vos decís, que nosotros entendemos que lo hacen más entretenido, pero no es una conversación de amigos, sino de compañeros de trabajo. Lo que nos lleva a otra cosa Fulanito: habría que monitorear hasta la forma de hablar. La tuya, como supervisor, porque vos sos representante patronal y no podés comportarte como un compita más. Y las del equipo, mantener el respeto. Incluyendo a quienes que no quieran participar.

A vos te tocaría repetir esas reglas y jalarle el aire o hasta amonestar a quienes que no las cumplan. Los mensajes deberían enviarse en horario de trabajo, a menos que haya alguna emergencia. Y hay que estar ojo al Cristo vigilando que no se use para bullying o para hostigar a alguien. Vos, que pasás aquí metido, has visto la cantidad de casos de acoso donde las pruebas son mensajes o audios de Guasap. Es más, fíjate en las noticias y los alborotos por audios o capturas de pantalla que se filtran. Yo no sé que le pasa a la gente, pero mandan cada cosa por el teléfono como si los demás no pudieran guardarlas, verlas, oírlas o pasárselas a los demás.

“O sea que vendría yo a tener un recargo de funciones de árbitro de Guasap. Pero de por sí, ya lo tengo. La gente no va a dejar de usarlo y es mejor que lo regulemos. ¿Vos me ayudás con eso? Y para que veás que me lo tomo en serio, ya mismo mando un mensaje al grupo: Chiquillos, se acabó la gozadera. Ahora hablamos y les explico”.

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