El candidato de izquierda, Gustavo Petro, con más del 40% de los votos y el magnate populista de derecha, Rodolfo Hernández, con cerca del 28% de los votos, han sido los candidatos elegidos por los colombianos para avanzar a la segunda ronda electora que se llevará a cabo el próximo 19 de junio.  ¿Quiénes son?

Petro

Como en 2018, Gustavo Petro, el líder del izquierdista Pacto Histórico, volverá a competir el domingo 19 de junio en una segunda vuelta para gobernar Colombia. Aquel año perdió con el hoy presidente Iván Duque. Esta vez, será Rodolfo Hernández su contendiente.

Es la tercera vez que se presenta como candidato a presidente. En el año 2010, Petro obtuvo en la primera vuelta 1.331.267 correspondientes al 9,16%. En el año 2018, en la primera vuelta, fue votado por 4.855.069 colombianos, lo que representó el 25,08%. En la segunda vuelta alcanzó el 41,8% de los votos con 8.040.449 de votos. En las elecciones de este domingo, recibió el 40,3% de los votos (8.518.416 de personas).

Petro es una de las principales figuras de la izquierda colombiana que hasta ahora nunca gobernó el país.

Se hizo militante de la guerrilla urbana Movimiento 19 de abril (M-19) en 1977 y llegó a utilizar el seudónimo “Comandante Aureliano”, por el coronel Aureliano Buendía, personaje de la novela “Cien años de soledad”, de Gabriel García Márquez. En 1985 fue capturado y condenado por porte ilegal de armas y conspiración. Estuvo detenido hasta 1987 y tras su liberación participó en negociaciones por salidas pacíficas, aunque nunca tuvo un papel de liderazgo dentro de la estructura del M-19.

A la salida de la cárcel, completó sus estudios en Economía en universidades del extranjero.

Fue alcalde de Bogotá entre 2014 y 2015, estuvo en la Cámara de Representantes (1998-2006) y fue senador de la República en dos oportunidades (2006-2010 y desde 2018 hasta la actualidad).

Petro se define como socialdemócrata o de izquierda moderada, pero sus adversarios políticos más furiosos -el núcleo duro del “uribismo”- no le creen. Desde que su nombre se ha convertido en una opción real de alternancia, la derecha colombiana lo acusa por supuestos vínculos con el “castrochavismo” y con el gobierno de Nicolás Maduro.

En esta campaña ha buscado acercar su prédica a los sectores juveniles -que han jugado un papel clave en las protestas contra el presidente Iván Duque- y a temáticas más vinculadas a una centroizquierda moderna, como energías limpias, la protección ambiental, la igualdad de derechos y hasta la defensa de los animales.

También ha puesto foco en la capacidad de gestión, aunque su administración al frente de la Alcaldía de Bogotá fue bastante criticada y tuvo momentos de alta controversia en temas como movilidad, seguridad ciudadana y una polémica implementación del sistema de recolección de basuras. Petro llegó a ser destituido de la alcaldía por el procurador, Alejandro Ordóñez, en marzo de 2014, aunque logró regresar un mes después por fallos en su favor de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y del Consejo de Estado.

Un párrafo aparte es para la compañera de fórmula de Petro, Francia Márquez. Si bien ella no era su primera opción, Petro y el comando de campaña no tuvieron otra opción que incluir como candidata a vicepresidenta a Márquez, una figura ascendente en la política colombiana. Con 40 años, nacida en Cauca, esta mujer negra, madre de dos hijos que crió de manera solitaria, feminista, defensora de los derechos humanos y ambientalista (recibió un premio por ello), es la representación de las bases sociales que pueden darle el apoyo final a Petro para que gane la elección.

En las internas del Pacto Histórico, en marzo de este año, obtuvo casi 800 mil votos, ubicándose detrás de Petro. Márquez no renuncia a que algún día volverá a pelear por gobernar el país: “Presidenta también, pero primero vicepresidenta”, dice entre risas.

Hernández

Rodolfo Hernández fue una de las sorpresas en las elecciones presidenciales de este domingo, cuando pasó a la segunda vuelta con el 28% de los votos, según el preconteo de la Registraduría Nacional de Registro Civil.

Hernández tiene 77 años, es un ingeniero civil y empresario que entre 2016 y 2019 fue alcalde de Bucaramanga. Es el líder de la Liga de Gobernantes Anticorrupción, un movimiento de centroderecha fundado en 2019. Su compañera de fórmula es Marelen Castillo. Le gusta mostrarse como un outsider de la política. Decidió no participar de los últimos tres debates por considerar que era un "show" de los candidatos.

Como ingeniero civil, fundó a comienzos de los años 70 una empresa constructora vinculada a la vivienda y desarrollo urbano. Entró tarde a la política. En 2011 apoyó la campaña de Luis Francisco Bohórquez para que ganara la Alcaldía de Bucaramanga.

En 2015, financió su propia campaña y ganó esa Alcaldía. A partir de 2016, lideró el movimiento Lógica, Ética y Estética. En 2018, la Procuraduría General de la Nación le abrió una investigación y lo suspendió de su cargo por tres meses, luego de agredir al concejal de la ciudad, John Claro. Un año después vino otra suspensión provisional, esta vez por la apertura de una investigación disciplinaria debido a que habría participado en política partidaria siendo alcalde. En setiembre de 2019, renunció al cargo.

Tiene unas 30 investigaciones por agresiones contra funcionarios públicos y fue acusado por la Fiscalía en mayo del año pasado como responsable del delito de interés indebido en la celebración de contratos. Este caso se refiere a presuntas irregularidades en la implementación de nuevas tecnologías de residuos sólidos. En abril de este año, Hernández no aceptó los cargos que le imputa la Fiscalía.

Cinco días antes de la elección de este domingo, el juzgado 16 Civil Municipal de Bucaramanga sancionó a Hernández a pagar cinco días de arresto o 10 millones de pesos (unos 2.500 dólares) por no cumplir una orden judicial. 

Hernández sostiene una disputa con Héctor Mantilla, exalcalde del municipio de Floridablanca, aledaño a Bucaramanga desde 2020, cuando circuló en redes sociales un video en el que lo acusó de "corrupto". Mantilla consideró que Hernández ensució su buen nombre, así que interpuso una acción de tutela que falló a su favor.

Hernández ha sido víctima de la guerrilla colombiana. En 1994 las extintas FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) secuestró a su padre. El ingeniero pagó el rescate.

Díaz años después la secuestrada sería su hija, Juliana. Desde ese momento ella está desaparecida. Según la información que manejan en la familia, Juliana fue secuestrada por delincuentes en 2004 y luego la vendieron al ELN (Ejército de Liberación Nacional). “Ella está muerta, es lo que creo”, dijo el año pasado.

Hernández se caracteriza por tener un lenguaje frontal y varias de sus intervenciones han generado polémica.

A fines de junio del año pasado anunció que sería candidato a presidente. Poco después de esto, se viralizó el audio de una entrevista que había dado a Noticias RCN en 2016 en la que decía: “Yo soy seguidor de un gran pensador alemán que se llama Adolfo Hitler”.

A comienzos de 2019,Hernández realizó unas polémicas declaraciones sobre las mujeres venezolanas. “Ellas no costean nada, todo lo cubrimos nosotros y los partos que han tenido son como 400 al año, son una fábrica para hacer chinitos pobres”, afirmó.

Previamente, en 2017, había cuestionado la llegada de venezolanos al país: “Se vinieron todos los limosneros de Venezuela, la prostitución y los desocupados para acá porque prácticamente somos linderos de frontera”.

En esta campaña, su mensaje es “acabar con la corrupción”, porque hoy el país está gobernado por “ladrones”. Utiliza las redes sociales, en especial TikTok, para transmitir este mensaje.

Entre sus propuestas está hacer “grandes recortes presupuestales” como dejar de usar los aviones y helicópteros presidenciales. También plantea donar el sueldo de presidente, cerrar embajadas, eliminar la consejería presidencial sobre equidad de la mujer, bajar sueldos y sacarle los vehículos oficiales a congresistas.