Uno siente como una angustia mezclado con tristeza y uno sabe que eso no está bien, pero es muy difícil pedir ayuda…”

Esas palabras son el testimonio de Sean Stanley, un joven costarricense que sufrió de anorexia cuando tan solo tenía 15 años. Su deseo, en ese momento, era poder bajar de peso, no obstante, esto se salió de control y desembocó en la aparición de un trastorno de la conducta alimentaria (TCA).

Yo creí que podía hacerlo de manera propia y perdí el control, estaba obsesionado con contar calorías cada vez que comía algo, esto porque había leído un artículo que decía que para perder peso uno necesitaba quemar más calorías de las que consume, entonces eso se me quedó grabado en la cabeza y desde ese entonces fui contado cada una de ellas.”

“Empecé a ir al gimnasio porque quería ganar músculo, iba incluso dos veces por día, antes de ir al colegio y después en la tarde cuando salía, (…) estaba perdiendo muchísimas calorías y no estaba comiendo lo suficiente, pero en mi mente yo me pensaba que todo está bien porque iba bajando de peso”, comentó Sean.

Su caso no es para nada aislado, año tras año cientos de adolescentes en Costa Rica sufren de algún trastorno de la conducta alimentaria, y por si no fuera poco la pandemia por COVID-19 ha servido como caldo de cultivo para que estos casos proliferen.

Según datos compartidos por la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS), en el año 2019 se registraron 958 casos entre jóvenes de los 15 a los 19 años, en 2020 la suma total fue de 1.158 y de enero a noviembre del 2021 ya se contabilizaban un total de 1.751 casos en el mismo rango de edad. Esto, cabe agregar, excluye a todas las otras atenciones dadas por centros de salud privados.

Ahora bien, ¿Sabe usted realmente que es un TCA y los peligros que representa tener esta enfermedad? ¿Cómo identificar si una persona cercana puede estar pasando por una situación de estas? ¿Qué hacer para ayudarle? En Costa Rica, también existe una marcada desinformación sobre este tema.

Incluso, en la Encuesta Actualidades realizada por Universidad de Costa Rica (UCR) en el 2017, se registró que el 46,1% de las personas afirmaron estar de acuerdo con el enunciado de que “los desórdenes alimenticios son por pura vanidad” y así mismo el 38,3% consideró verdadero que “quien tiene un desorden alimenticio es para llamar la atención”.

Por esta razón en las siguientes líneas se presenta una explicación exhaustiva, en compañía de cuatro especialistas, donde se detalla la realidad actual de esta enfermedad en el país y cómo los jóvenes muchas veces son víctimas de ella.

¿Qué es un TCA?

La nutricionista Marianela Ibarra, con un Master en Trastornos de Conducta Alimentaria y Obesidad lo define como “enfermedades de índole emocional o psicológico cuyos síntomas recaen en términos de relación con la comida de las personas y con temas de imagen corporal.”

Silvina Gimpelewicz, directora de la Asociación de Desórdenes de la Conducta Alimentaria de Costa Rica, concuerda con esto y agrega “la comida es un reflejo, pero su origen están en problemas sociales, culturales o familiares que las persona pueda tener".

La nutricionista, también con un Master en Trastornos de Conducta Alimentaria y Obesidad, Paula Díaz complementa diciendo lo siguiente:

Son enfermedades mentales con la mayor mortalidad estadísticamente hablando y que pueden poner en riesgo la vida de las personas independientemente del peso que tengan".

“Parte de sus consecuencias es que pueden provocar mal nutrición y pueden afectar en muchos ámbitos del cuerpo, desde el cerebro, el corazón, los pulmones, la digestión y el pelo”, agregó Díaz.

Según la quinta edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales (DSM-5), existen varios tipos de TCA, los tres más comunes que suelen presentar las personas son la anorexia, la bulimia y el trastorno por atracón. Sin embargo, también existe la presencia de otros como la rumiación, pica y la restricción de la ingestión de alimentos.

 

Infografía sobre los tipos de TCA que existen. Fuente manual DSM-5. Elaboración propia.

 

¿Cómo identificar si una persona adolescente podría estar presentando un TCA?

Los trastornos de la conducta alimentaria tienen la característica de que suelen ser silenciosos, esto quiere decir que sus síntomas no se suelen externar y puede pasar por inadvertidos, he ahí la importancia de saber y tener el conocimiento de cómo identificarlos, pues sus consecuencias, como fue visto anteriormente, pueden incluso significar la muerte de una persona.

Ante la consulta, la psicóloga Francela Jaikel, especialista en el tratamiento de este tipo de trastornos, expresó que lo principal que deben de identificar los padres de familia es una sumatoria de elementos. Hace énfasis en rescatar que no solo porque una persona dejó, por ejemplo, de tomar refrescos azucarados y ahora solo toma agua significa que tiene un trastorno.

No obstante, agregaba, que si a ese cambio de bebidas se le sumaba otras acciones como: partir la comida en muchos pedacitos, durar más del tiempo habitual comiendo, cambiar muchos tipos de comida que anteriormente le gustaban, quitar horas de comida o andar irritable la mayoría del tiempo, si puede significar la presencia de un TCA.

Así mismo, Ibarra añadió lo siguiente:

Se puede notar un cambio significativo o abrupto de peso, ya sea para abajo o para arriba. También se puede observar un aislamiento por parte de la persona, donde ya no desea salir con amigos o actividades familiares que involucren comidas. Así mismo, pueden presentar una conducta de pasar mucho tiempo en el baño, incluso justo después de comer. O también la utilización de muchos comentarios relacionados a la imagen corporal”.

¿Se puede presentar en hombres?

Parte de la desinformación que existe alrededor de este tema es el pensamiento generalizado de que solo las mujeres pueden estar descontentas con sus cuerpos y padecer de los trastornos de la conducta alimentaria, no obstante, esto es erróneo. Incluso datos de la CCSS demuestran que del total de casos que se registraron en el presente año (3.893) el 19,3% de ellos fueron hombres (752).

Para Díaz, este pensamiento obedece a que muchas veces los mismos estereotipos de la sociedad promueven que el hombre sea una persona que no exterioriza y no sea tan abierto de hablar sobre estos temas, por eso incluso en ocasiones no llegan a consulta. No obstante, hace énfasis en que no están exentos de sentir insatisfacción por su imagen corporal y de sufrir esa presión por cumplir los ideales de belleza.

Sean Stanley, joven que quiso compartir su testimonio, expresó:

Vergüenza siempre hubo, sin duda alguna uno lee las cifras y la mayoría de casos es en mujeres y uno no está acostumbrado a que se presenten trastornos alimenticios en hombres, (…) uno siempre trata de demostrar como que todo está bajo control, que uno no puede estar mal, entonces hasta cierto punto uno se pone a la defensiva incluso, porque uno trata de demostrar que todo está bien para mantener esa “masculinidad”, lo que no es correcto.”

Jaikel agregó que los trastornos más comunes que se suelen presentar en los hombres son la bulimia y trastorno por atracón.

¿Qué papel juegan las redes sociales?

Las redes sociales son parte del día a día de las personas en el mundo, más si se habla de los jóvenes, quienes se introducen en estas plataformas desde tempranas edades. Su problema, es que en muchas ocasiones se promueven indirectamente los ideales de belleza, los cuerpos “perfectos” y las vidas “idealistas”.

Esto es incentivo directo para el aumento que ha existido en los TCA, pues las combinaciones de los elementos anteriores suelen exacerbar los sentimientos de insatisfacción corporal, baja autoestima, soledad y ansiedad.

“Yo me acuerdo de que yo seguía a un influencer estadounidense, él era un hombre súper musculoso, con abdominales marcados y tonificados, y claro, cuando uno ve las fotos y videos que sube pues uno desea tener un cuerpo ´ideal` como ellos”, comentaba Stanley.

Para Ibarra, las redes son un detonante debido a que muchas veces despiertan sentimientos de ansiedad e inseguridad,

Es un detonante en el sentido de que la exposición a estas imágenes corporales de cuentas de influencers, modelos, o incluso de las propias amistades de las personas, empieza a despertar ansiedad e inseguridad en ellas, y de ahí se catapulta a una decisión de manipular la alimentación o el ejercicio para poder igualar lo que estas personas están mostrando en redes".

Gimpelewicz también agregó:

La adolescencia es una etapa difícil, de cambios de identidad y descubrimiento, entonces si a todo eso se le suma las redes sociales en donde los adolescentes se comparan, se miran, buscan cuerpos ideales, y tratan de emularlos, eso hace que se disparen y se incrementen los casos".

¿Cómo afectó la pandemia mundial?

Como fue mencionado al inicio de este reportaje, los datos de la CCSS revelan que durante los últimos dos años se han incrementado considerablemente los casos por trastornos de la conducta alimentaria.

Lo abrumador de esto es que el problema no solo se ha presentado en Costa Rica, sino que, a nivel mundial, países como España, Argentina, Estados Unidos, Chile, México, entre otros más, también han reportado un crecimiento sustancial en la aparición de estos trastornos.

Según las especialistas, esto responde al cambio abrupto que hubo en las personas durante este tiempo.

“La COVID-19 fue una situación desconocida para todo el mundo y esa incertidumbre provocó que el estrés y los episodios de ansiedad aumentaran un montón, (…) también, el ser humano necesita socializarse, o sea, durante el confinamiento ¿con quién podían socializar las personas? Solo con su familia. Entonces, yo creo que ahí hubo un detonante importante, porque si ya existían conductas de riesgo, el estar en casa encerrados, las agravó más”, expresó Díaz.

Por su parte, Francela Jaikel mencionó que, durante la pandemia, muchas personas se vieron afectadas por distintos factores como la inestabilidad laboral, el despido del trabajo, el duelo y también el cambio de ambiente, cuyo efecto pudo haber tenido como consecuencias el desarrollo de un TCA.

Así mismo Ibarra agregó:

El estar encerrados generó más tiempo de ocio, y durante ese tiempo libre es muy normal que la mente trate de encontrar un lugar para “donde irse”, entonces muchas personas lo que hacen es terminar pensando en su cuerpo otra vez".

¿Qué hacer y qué no hacer?

El papel que juegan los padres o familiares de la persona que está padeciendo de un TCA es fundamental. Aunado a la característica habitual de que suelen ser los modelos a seguir para las personas jóvenes, también muchas veces con sus acciones pueden provocar que un trastorno se agrave o mejore, he de ahí lo importante de este apartado.

“Para mí lo más importante durante mi proceso fue haber tenido el apoyo de mi familia”, comentaba Stanley.

Para las especialistas estos son algunos de las acciones principales que se deben de esquivar:

Lo que se debe de evitar es actuar con desesperación, como amenazar o insistir tipo “si usted no come tal cosa, le voy a quitar tal otra”, pues cuanto más la familia insista en que coma o haga comentarios sobre la comida, más presión crea en el afectado".

“También, si se desea recurrir a consulta la persona que padece del TCA debe de estar anuente, no se le puede obligar porque solo provocaría que la persona se sintiera invadida y esto no sirve. Lo primero que siempre hay que hacer es preguntarle de manera amigable “mirá, busquemos ayuda, nosotros te acompañamos”, darle el respeto total al afectado", comentó Gimpelewicz.

Paula Díaz, por su parte, añade lo siguiente:

Es importante que las personas adultas y los padres de familia sepan que son modelos a seguir, entonces lo que se diga va a repercutir en los más pequeños. Por ejemplo, en un aspecto donde hay que tener sumo cuidado es el de no hablar negativamente de nuestros cuerpos, porque suele ser muy típico los comentarios sobre “uy qué gorda estoy, mejor hoy no ceno” o “tengo que perder peso” o “voy a pesarme a ver si estoy más delgada”. Todo ese tipo de acciones inconscientemente los jóvenes las aprenden y lo que va a provocar es que odien su propio cuerpo".

Así mismo, estas son las prácticas que las expertas piensan que son importantes aplicar a la hora de tratar con personas afectadas por un TCA: “lo más importante es educarse e investigar mucho de fuentes fidedignas y ojalá actualizadas, ya que lo más importante para poder ayudar a una persona que sufre de un TCA es entender lo que le pasa, y comprender que es un trastorno muy incoherente”, comenta Jaikel.

Díaz, por otro lado, rescató la importancia de hablar sobre la amplia variedad de cuerpos que existen con los jóvenes.

Hay que enseñarles a los niños que existe una amplia variedad de cuerpos, porque si se le enseña solamente un cierto tipo de cuerpo, esa persona cuando llegue a ver otro cuerpo distinto va a decir “¿Qué es esto? Usted es raro, yo no quiero ser así”, y más bien si se les enseña un amplio espectro de cuerpos se normaliza que hay cuerpos diferentes".

¿Dónde pedir ayuda?

Habiendo abarcado todos los aspectos anteriores, se considera también importante incluir cuales son los lugares a los que una persona que padece de un TCA pueda recurrir.

Si se opta por recibir el tratamiento por medio de la vía pública, todo inicia con una consulta al Ebais. La CCSS cuenta con 33 Áreas de Salud donde se atienden casos de trastornos alimenticios. Según la Coordinación Nacional de Psicología, en estos centros se realizan acciones de prevención primaria, detección, tratamiento psicoterapéutico en consulta externa y hospitalización. A su vez añaden que existe atención de mayor especialización en el Hospital Nacional de Niños.

Si se desea ir por la vía privada, todas las especialistas que participaron en este reportaje laboran en centros de salud de esta índole y se pueden encontrar vía internet. Así mismo, también está la Asociación de Desórdenes Alimentarios de Costa Rica que se pueden contactar por vía Facebook e Instagram.