En mi columna anterior escribí esta frase: no toda la ciencia es buena ciencia. Hoy quiero desarrollar esto. Tal vez fue muy ingenuo de mi parte, pero yo empecé mis estudios asumiendo que todos los artículos científicos publicados son dignos de confianza, sin embargo, durante mi segundo año de carrera comencé a darme cuenta de que este desafortunadamente no es el caso y no solamente estoy hablando de la pseudociencia (creencias o prácticas incompatibles con el método científico; un ejemplo: la homeopatía), sino que hablo de la ciencia real que se basa en métodos científicos que siguen una serie de rigurosos estándares.

Antes de continuar, es necesario explicar tres puntos:

  1. ¿Cuáles son los métodos científicos?
  2. ¿Quién/qué/quiénes financian la investigación científica?
  3. ¿Cuál es el proceso para publicar un artículo científico?

Voy a tratar de ser lo más concisa posible.

#1. Los científicos intentamos entender y explicar el mundo que nos rodea, esto se logra estableciendo teorías que llevan a la formulación de una hipótesis comprobable por medio de experimentos, de los cuales existen muchísimos tipos.

#2. La mayoría de la investigación científica es financiada por concesiones gubernamentales (por ejemplo: NIH – National Institutes of Health por sus siglas en inglés – en Estados Unidos), por compañías privadas y su departamento de investigación y desarrollo (por ejemplo: farmacéuticas), y por organizaciones sin fines de lucro (por ejemplo: CRUK – Cancer Research UK por sus siglas en inglés – en el Reino Unido). Pero para obtener el dinero de estas instituciones y desarrollar los estudios, los científicos debemos someter aplicaciones bastantes competitivas y esperar que los que revisan la aplicación le vean potencial al proyecto de interés para conceder el dinero.

#3. El proceso para publicar un artículo científico es extremadamente riguroso cuando se habla de las revistas científicas confiables (sí, es correcto hay revistas científicas no confiables). Primero hay que elegir la revista apropiada para el tema del estudio descrito y seguir sus términos y condiciones (incluyendo límite de palabras, figuras y tablas, formato de referencias, etc.), luego hay que enviarlo para que el artículo sea aceptado para revisión – ojo,  esto no significa aceptación para publicación, solamente para ser revisado (esto en sí es un grandísimo logro para el grupo de científicos detrás del artículo) – si continúa adelante seguiría un largo proceso de revisión donde un panel de expertos en el tema, asignados por la revista científica, lee y edita el artículo, incluso pueden pedir más experimentos de parte del grupo autor y este proceso puede durar meses o incluso años antes de que el artículo sea publicado oficialmente en la revista. Cabe señalar además que someter el artículo a este proceso (con gran probabilidad a ser rechazado) es bastante costoso, estamos hablando de cifras que pueden llegar hasta los miles de dólares, dependiendo de diferentes factores.

Ok, continuemos… Después de todo eso, uno pensaría que cualquier estudio publicado en una revista científica es realmente confiable, pero no, hay ciertas consideraciones importantes:

  1. No todos los científicos están bien preparados o asesorados para realizar los experimentos y procesos adecuados para probar su hipótesis.
  2. Todos los experimentos existentes tienen sus limitaciones y una de las mayores es pensar que todo se puede controlar – la ciencia es mucho más compleja de lo que el diseño de un experimento permite considerar.
  3. El potencial de parcialidad en los estudios patrocinados por ciertas farmacéuticas o compañías que quieren impulsar su producto (por esta razón todos los estudios científicos tienen una sección donde aclaran cómo se financió el estudio).
  4. La confiabilidad y reputación de las revistas científicas; hay un término que se usa para las revistas que publican cualquier cosa: “revistas depredadoras” – estas cobran poco (si es que cobran) para la sumisión de artículos y por lo tanto, no necesariamente siguen un proceso de revisión riguroso.

Como mencioné, publicar artículos científicos es un desafío y desafortunadamente la política de la ciencia básicamente mide el éxito de un científico con la cantidad de publicaciones que este tenga y cuantas veces sus artículos han sido citados. Se pueden imaginar entonces porqué algunos científicos llegan a tomar medidas decepcionantes practicando ciencia barata para (según ellos) no caer en el agujero negro de la ciencia y ser olvidados por siempre.

Para terminar, les voy a contar lo que mi supervisor de doctorado me dijo cuando lo conocí: “Hay dos cosas que yo no tolero en mis estudiantes: una es la discriminación hacia los demás de cualquier tipo y la segunda es la mala ciencia”.

La mala ciencia es un tema y como mencioné hay muchas y más razones detrás de esta, pero dicho todo esto, la cantidad de mala ciencia que existe en comparación a la ciencia confiable y buena ¡es mínima!, gracias a los procesos rigurosos y estandarizados involucrados en la investigación científica. Aquellos interesados en la ciencia deben tener cuidado con la mala ciencia e intentar buscar información científica de fuentes y revistas confiables. Por otro lado, como científicos debemos hacer nuestro mayor esfuerzo por impulsar y practicar la buena ciencia.

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