Comúnmente los creyentes no se preguntan sobre los orígenes de las verdades teológicas. Sorprende escudriñar la teología y lo dicho por los teólogos respecto del Testamento Original (AT) y del Testamento Tardío (NT): en lo esencial hubo una eiségesis.

Al monje britano Pelagio, contemporáneo de san Agustín (354-427 d.C.) y coterráneo (en Cartago), le costó caro rechazar la idea de un “pecado original”, transmitido por Adán a todos los hombres. (Como ya vimos en la crónica IV, ningún pecado original se desprende del texto del Génesis.)  Para Pelagio, todos los hombres nacen sin pecado y caen en él por propia culpa, es con el libre albedrío que el hombre puede convertirse y reiniciar una vida nueva. Solamente había un hábito de pecado en el hombre, imitación del pecado de Adán. En consecuencia, el bautismo infantil no se administraba para perdonar los pecados.

A raíz de ello, fue excomulgado en el año 411 en la iglesia de Occidente, y los buenos oficios de Agustín hicieron que Jerónimo moviera sus influencias en Palestina para que también fuera condenado en Oriente. Finalmente, fue absuelto en el año 415.

Daba la impresión que afirmar “la inocencia del recién nacido” volvía superflua la redención. Las diferencias continuaron hasta que Julián, obispo de Eclano, defendió a Pelagio hábilmente, tachando a Agustín de maniqueo porque consideraba algo malo el acto sexual, que es bueno en sí, y por sostener que es fruto de la maldad de la materia, por lo que la única manera de librarse de él era renunciando al matrimonio y al placer de la carne. Julián, ya desterrado en el 419 en el sur de Italia, era más cercano a la tradición griega que consideraba la sexualidad como imprescindible para la mayoría de los cristianos.

Pero, ¿cuál es la razón bíblica de Agustín para afirmar que no hay inocencia en los recién nacidos? (H. Küng)  La historización, psicologización y sexualización del pecado original de parte de Agustín hunde al ser humano en el mal y desarrolla una teología del pecado original. El Africano cita Romanos 5,12: “in quo omnes peccaverunt” (y única traducción a la que tuvo acceso), “en él todos pecaron” y este “in quo” (“en él”) es, para Agustín, “en Adán”. Sin embargo, en la frase “eph’hō pántes hémarton” (en el texto griego), “eph’hō (en donde es un pronombre relativo en caso dativo, singular, masculino) puede traducirse ‘por el cual’ o ‘en seguimiento del cual’ (=con el sentido de ‘porque’). Así, la frase de Romanos 5,12 referiría solamente un pecado de origen en Adán y no un pecado de origen en todos, que no se trae al nacer, que no es heredado, y que no incluye a toda la humanidad.

A partir de esto, no habría ninguna relación de ese pecado con el acto sexual, ni tampoco una vergüenza instantánea posterior a la primera caída de modo psicológico, como consecuencia del castigo por haber pecado. No habría ninguna perversidad humana heredada.

Todo niño recién nacido sería inocente y no recibiría el castigo eterno, puesto que no necesita del bautismo para ser liberado del pecado original. Los casados ya no tienen que esforzarse por ser castos, combatiendo sus fantasías sexuales que se abren paso. En consecuencia, la gracia sería necesaria para las buenas obras, pero también ha de ser un acto libre de la voluntad, de la cual es responsable verdaderamente el ser humano. Esto significaría que la gracia se adquiere, no se recibe como una fuerza más poderosa que la naturaleza.  (Un padre de la Iglesia griega –y poco sospechoso-, san Juan Crisóstomo, insistió en que los niños pequeños eran inocentes.)

Esta cosificación de la gracia a manos de san Agustín produjo que la ‘gracia creada’, diferente de Dios, autónoma, vinculada generalmente con el sacramento, estuviera exclusivamente en manos de la Iglesia católica para autolegitimarse como administradora de la gracia y de los sacramentos.

Este artículo representa el criterio de quien lo firma. Los artículos de opinión publicados no reflejan necesariamente la posición editorial de este medio. Delfino.CR es un medio independiente, abierto a la opinión de sus lectores. Si desea publicar en Teclado Abierto, consulte nuestra guía para averiguar cómo hacerlo.