Hoy, 26 de marzo, el mundo conmemora el Día de la Prevención del Cáncer de Cuello Uterino, cáncer cervicouterino o cáncer de cérvix, un mal que si bien es "100% prevenible" según los propios especialistas, sigue atacando a cientos de mujeres cada año en el país, como lo confirman los datos del Ministerio de Salud costarricense.
Por esta razón, desde Delfino.cr conversamos la ginecóloga del Hospital México, Angie Mora Calderón y con el doctor Alejandro Calderón Céspedes, miembro de la red oncológica de la CCSS e investigador nacional del Proyecto Estampa (proyecto de la Caja especializado en el control y detección de esta enfermedad) para que nos detallaran cómo es que este cáncer puede prevenirse y qué podemos hacer cada uno de nosotros, tanto hombres como mujeres, para alcanzar la meta de eliminarlo en el país.
Según datos oficiales de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el cáncer del cuello uterino es el cuarto tipo de cáncer más frecuente en las mujeres de todo el mundo. De hecho, la entidad estima que en 2018 hubo unos 570.000 casos nuevos en el planeta.
En Costa Rica no tenemos aún los datos actualizados de los últimos años (pues según información proporcionada por el Ministerio de Salud, la data que se encuentra disponible está hasta el año 2015 dado el proceso de integración y depuración de los casos del Registro Nacional de Tumores) pero los datos de años atrás son preocupantes y nos dan razones para ponernos a pensar y cuidarnos.
En el año 2010 se detectaron un total de 816 casos en todo el país; en el 2011, 670; en el 2012, 685 mujeres fueron diagnosticadas con este cáncer; en el 2013 fueron un total de 749; en el 2014, 693; y en el 2015, un total de 720 mujeres recibieron este diagnóstico.
Ante esta situación la OMS y sus países asociados, Costa Rica incluida, se pusieron la meta de eliminar al cáncer de cérvix de sus naciones, de aquí al 2030.
¿Qué significa eliminar? Bueno, pues según nos detalló el especialista Alejandro Calderón, eliminar un cáncer se refiere a llevar la tasa de incidencia de una enfermedad a menos de 4 por 100 mil personas.
¿Qué tan lejos estamos de esa meta ahora? Pues bastante... En Costa Rica la incidencia es de 12 casos por cada 10 mil habitantes, según nos indicó Calderón.
¿Cómo entonces, eliminar un cáncer cuya incidencia debe bajar en casi un 70%? Pues según los especialistas, hay tres acciones preventivas o tres niveles de prevención que son las que hacen a esta enfermedad un mal 100% prevenible.
Según Calderón:
El cáncer de cérvix es el único cáncer que es 100% prevenible y ¿cómo lo podemos prevenir? Con prevención primaria a través de la vacuna, con prevención secundaria a través de los programas de tamizaje, y con tratamiento adecuado que es tratando a las mujeres a las que les detectamos lesiones".
Detengámonos un segundo y echémonos para atrás para detallar más: ¿vacuna contra qué? ¿tamizaje contra qué? A continuación desenredaremos todo este tema.
VPH: el principal responsable
El dato que entrega la doctora Angie Mora al referirse a la principal causa de este cáncer es clarísimo: el 99% de los cánceres son causados por el virus del papiloma humano (VPH).
¿Qué es el VPH? Según los datos de la OMS, el VPH es un virus que provoca la infección más común del aparato reproductor. Su presencia, ojo con esto, se encuentra tanto en mujeres como en hombres, eso quiere decir que aunque el virus desarrolle lesiones que si no se tratan a tiempo desencadenan cánceres en el sistema reproductor femenino, los hombres no están exentos a él.
Por eso de hecho, el 4 de marzo se conmemora el Día Internacional de Concienciación sobre el VPH pues ojo a este dato de la OMS: "la mayoría de las mujeres y los hombres sexualmente activos contraerán la infección en algún momento de su vida, y algunas personas pueden tener infecciones recurrentes".
Bien lo señalaba el doctor Calderón cuando nos decía que:
El virus es súper común y por eso tenemos que trabajar muchísimo en desmitificarlo".
Según nos explicaba el especialista, en el mundo hay más de 200 tipos del papiloma humano; de estos 200, hay 40 que afectan a nivel genital y de esos 40, a su vez hay 14 de alto riesgo que son los que provocan las lesiones precancerosas, o displasias como se les conoce comúnmente. De estos 14 hay 2 además que son particularmente más peligrosos para elevar el riesgo del cáncer: estos son el 16 y el 18.
Si esas lesiones provocadas por esos tipos de virus no se tratan a tiempo, entonces ahí sí se podría desarrollar un cáncer en el cuello uterino.
Ojo, sin embargo, también aquí: el doctor enfatiza en que si bien el virus es necesario para que se genere una lesión, la presencia del virus no es un indicador de que sí o sí esta se va a generar.
O sea, si a ustedes o a alguna conocida o conocido le han dicho que tiene presencia de algún tipo de este virus en su cuerpo, eso no significa que van a tener lesiones ni que esas lesiones van a desarrollar en un cáncer. De hecho según Calderón, en la mayoría de los casos el cuerpo se logra autoinmunizar y generar defensas; el tema es que a veces el cuerpo no responde tan favorablemente y ese es el riesgo que se debe evitar.
A veces uno les dice que el resultado es positivo y ya piensan que es sentencia de muerte y no. Si bien lo que se habla es que de cada 10 personas sexualmente activas, 8 lo tienen, lo tuvieron o lo tendrán en algún momento de la vida, o sea que casi que cualquiera puede tener infección por el virus del papiloma humano, eso no necesariamente significa que una persona por tener una infección ocasionada por el virus o una displasia, vaya a tener cáncer, lo que tiene es un riesgo aumentado y eso es lo que se debe tratar".
Prevención primaria
La prevención del cáncer de cérvix, en el entendido de que es un cáncer 100% prevenible, se puede llevar acabo hoy en día de la adolescencia. Antes del año 2017 no contábamos con la vacuna contra el virus del papiloma humano, ahora sí. La ciencia ha dado pasos agigantados muy rápidamente, para que a partir del descubrimiento de que el cáncer es provocado por este virus, ya tengamos la vacuna".
Con estas palabras, la ginecóloga Angie Mora abrió su explicación respecto a las formas en las que la población, tanto hombres como mujeres, pueden protegerse contra la propagación del VPH y por tanto, contra el principal causante del cáncer cervicouterino.
¿Se acuerdan de la vacuna contra el virus que la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS) está poniendo a las niñas desde edades tempranas en nuestro país? De esa es justo la que estamos hablando y por eso, dice Mora, este es el nivel primario de contención de la enfermedad.
Según Mora, si esta vacuna se pone en la niñez o adolescencia de las mujeres y antes de que estas empiecen a tener relaciones sexuales o de que presenten alguna lesión en el cuello, su protección contra el virus puede superar hasta el 93%.
¿Quiere decir esto que las mujeres de más edad no deban ponérsela? No. La Caja está colocando las dos dosis de la vacuna a las niñas de 10 años desde el año 2019 pero desde mucho tiempo antes, esta se puede adquirir por la vía privada y se aconseja a mujeres en edades que van desde los 10 años y hasta los 45 años.
Según señaló Mora:
Lo único que cambia en este momento es que antes de los 15 años son dos dosis, luego de los 15 cumplidos son tres dosis y la segunda y tercera se ponen a los dos y seis meses después de la primera. Aquí alguien podría preguntarse 'pero ¿cómo, si a esas edades ya se iniciaron las relaciones sexuales?', bueno, eso no es una contraindicación. Haber tenido relaciones sexuales, ya no ser adolescente o incluso haber tenido una primera lesión en el cuello, no es contraindicación para vacunarse. La protección tal vez no vaya a ser tan alta como si se la pusiera desde la adolescencia, pero igual va a tener protección y por eso vale la pena ponérsela".
Calderón señalaba, de hecho, que quienes se han puesto la vacuna contra el VPH desarrollarán hasta 10 veces más inmunidad contra el virus que quienes se han inmunizado a raíz de una lesión, por eso no descarten la posibilidad de ponérsela.
El hecho de que usted se ponga la vacuna le aumenta hasta en 10 veces las defensas contra ese virus con respecto a la inmunidad natural que ya desarrolló tras superar una lesión, por eso siempre hay un beneficio en vacunarse".
Las vacunas a nivel privado que se pueden conseguir en el país son dos: la Gardasil y la Cervarix y ambas protegen contra los tipos de VPH 16 y 18, esos justo que son los que producen el 75% de los cánceres de cuello uterino.
Ahora bien y esto es importante: los hombres también pueden ponerse la vacuna y así evitar contagios o propagación del virus entre sus parejas sexuales.
La especialista Angie Mora es enfática en ello cuando señala que:
La vacuna no es solamente para uso en adolescentes ni para uso en niñas. Tenemos que dejar claro que la prevención del cáncer de cérvix no es solo para mujeres, sino también para hombres, el hombre contribuye porque al ser un virus de transmisión sexual, si el hombre también lo tiene, también lo transmite. La vacuna se le pone a las niñas porque es la población blanco y tratándolas a ellas se va a empezar a gestar una inmunidad poblacional pero es muy probable que en algún momento se vacune a las niños también y también a personas de más edad".
Además, y según señaló la doctora, hay otros riesgos que se previenen con la vacuna contra el VPH, pues esta también ayuda a reducir el riesgo de cáncer de vagina, el cáncer de vulva, de ano y de cavidad oral y en los hombres el cáncer de pene. "Todos esos cánceres se previenen con la vacuna", sostuvo Mora.
La paciente no tiene que hacerse ningún examen previo, todo el mundo se puede vacunar pues la prevención también atañe a otros tipos de virus. Además la inmunidad que se se adquiere por una infección no es tan alta como la inmunidad que se adquiere por vacunarse, así es que aunque ya haya tenido una lesión, siempre se recomienda la vacuna para prevenir nuevas lesiones", agregó la especialista.
¿Esta es la única forma de contención primaria? No. Una vida sexual sana marca también la diferencia: para esto se recomienda utilizar condón en las relaciones sexuales, pues su protección contra el VPH es del 60 al 80%; se recomienda también posponer al máximo la edad de inicio de relaciones; tener la menor cantidad de parejas posibles; y evitar el fumado, pues este disminuye la capacidad del cuerpo de defenderse contra el virus y afecta el sistema inmunológico.
Además, si una mujer ya fue madre debe reforzar sus cuidados contra lesiones pues "cuantos más hijos se tengan y cuanto más temprano se tengan esos hijos, hay mayor riesgo", sostuvo Mora.
Esto por supuesto no quiere decir que se aconseje a las mujeres no tener hijos o que las que no se pusieron la vacuna se sientan desamparadas ante la situación: hay tamizajes y pruebas que las mujeres deben realizarse constantemente para evitar que, en caso de haber tenido alguna lesión ocasionada por el VPH, esta llegue a escalar a cáncer.
Aquí es donde entran los papanicolaus y las visitas constantes a los servicios ginecológicos.
"Quienes no se han podido vacunar tienen sus maneras de protegerse"
Según la doctora Angie Mora, una de las "ventajas" (por así decirlo) que tiene el cáncer de cérvix con respecto a otros tipos de cáncer, es que este deja lesiones precancerosas que se pueden detectar para que se traten a tiempo.
¿Cómo se realiza esa detección? Pues a partir de exámenes como el papanicolau que la Caja realiza en cualquier Ebais del país.
Sí, en cualquier Ebais: la paciente solo debe sacar cita, ir un día que no tenga la menstruación y listo, así de cerca tenemos el principal y más accesible examen previsor ante esta enfermedad.
El asunto es que para que el papanicolau sea útil hay que ir a hacérselo. Las guías internacionales dicen que tiene que ser por lo menos cada tres años, en Costa Rica se indica que debe hacerse cada dos para la población en general".
Este examen, ojo también con esto, tienen que hacérselo constantemente todas las mujeres. Todas, todas, todas. Así lo sostuvo Mora cuando enfatizó en que:
Aquí yo no digo las pacientes que tengan sangrados o dolor son las que deben hacerse el papanicolau, digo que las que no tienen ningún problema de salud, las que se sienten perfectamente bien, son las que deben realizarlo. A veces creemos que como no sentimos nada, como no tenemos ninguna molestia, como ya no tienen pareja o como hace años no tienen relaciones sexuales, pueden dejar de ir y más bien ese es el tiempo en el que más debemos de ir porque lo que queremos es detectar esto en el momento en el que no hay síntomas: al inicio de todo esto no hay síntomas, ninguno, y por eso la única manera de detectarlo es haciéndose el papanicolau".
Además de esta que es la prueba tradicional que hace y recomienda la Caja, las mujeres tienen otras opciones como la prueba de detección del VPH que si bien no realiza en la institución (aunque el Proyecto Estampa está investigando la viabilidad de estandarizarla con su trabajo en la Región Pacífico Central y algunas comunidades de la Chorotega), está disponible en la vía privada para que las personas sepan si en ese momento son portadoras de alguno de los virus peligrosos.
En caso de que la prueba detecte si hay presencia del virus en el cuerpo o en caso de que un papanicolau salga alterado, hay otro tipo de tratamientos como las colposcopías y las biopsias que definen el tamaño de las lesiones presentes y que detallan también qué tipo de tratamiento se debe dar a las mujeres.
Como les comentábamos arriba, el uso del condón en las relaciones sexuales solo protege entre un 60 y un 80% la posibilidad de contagiarse del virus, la vacuna por su parte y aunque se ponga en mujeres jóvenes, también deja un espacio abierto a infecciones. Por eso es imperativo que la mujer se realice sus papanicolaus constantemente, aunque se esté vacunada.
El doctor Calderón fue enfático en ello cuando aseguró que:
Algo importante es el hecho de que una mujer ya esté vacunada, no implica que se tenga que despreocupar de sus papanicolaus por el resto de la vida. Igual tiene que seguir con los tamizajes recomendados".
Cuando uno tiene una paciente que lleva 10 años sin hacerse un papanicolau es como si nunca se lo hubiese hecho en su vida y ese es el principal factor de riesgo para tener cáncer", acotó por su parte, la doctora Mora.
La especialista recordó que el papanicolau debe realizarse de manera constante entre los 21 y los 65 años de edad, siempre que no hayan tenido una lesión previa.
Si la mujer ya ha tenido lesiones en esta zona, tiene que chequearse además, por los menos hasta 20 años después de que hayan tenido alguna lesión. "No pueden parar de hacerse su examen", sostuvo la especialista.
Prevención y tratamiento
Ahora ¿qué pasa si una mujer se realiza todos los exámenes de los que hemos venido hablando y detecta la presencia del virus del papiloma humano en su cuerpo o si un papanicolau sale alterado? ¿Es esa una sentencia? Por supuesto que no.
Rescato por ello en este punto las palabras de la doctora Mora cuando nos señaló que:
Es mejor saber que uno tiene el virus o la lesión porque una vez que uno sabe que lo tiene, lo puede tratar y cuando se trata, el riesgo de cáncer disminuye casi a 0%; pero si no sabe que lo tiene, él está ahí y está progresando. El problema es cuando ya la paciente tiene algún sangrado anormal, un flujo maloliente, un dolor pélvico y llega a revisarse y ahí ya no es un cáncer en estadío inicial sino uno más grave y que requiere un tratamiento mayor".
¿Qué hacer entonces si uno tiene un resultado alterado? Pues bien, según la doctora, cuando los especialistas ginecológicos detectan lesiones en el cuello uterino, las pacientes deben someterse a una serie de tratamientos de consultorio que variarán dependiendo de la lesión detectada.
Algunos son las crioterapias que se basan en quemar en frío las células del cuello y si estas ya son más avanzadas también se encuentran los leeps que queman con láser las células precancerosas.
Estos procedimientos, sin embargo, no significan ningún riesgo y en la mayoría de los casos no requieren ni incapacidad ni sedación:
La paciente no tiene que internarse ni hay que dormirla, son tratamientos que son super sencillos y pueden prevenir un cáncer", sostuvo la doctora Mora.
Si ya el tema escaló a escenarios superiores, la especialista también llama a la calma: mientras más temprano se detecte, mejor.
Cuando ya detectamos a una paciente con cáncer, lo que queremos es detectarla en el primer momento ojalá, cuando aquello está empezando. Cuando está empezando los tratamientos son mucho menos agresivos que cuando el cáncer está más avanzado y cuando está empezando, la posibilidad de curarse es de un 95%, es súper alta".
Es importante señalar también que este tipo de cáncer tiene una incidencia mayor en mujeres en edad reproductiva. Las personas diagnosticadas suelen ser mujeres que rondan entre los 30 y los 60 años y por eso, para preservar su vida, es tan necesaria la prevención y la detección temprana:
Es necesario pensar que cuanto más quede sin hacerse ese examen, mayor va a ser el riesgo de requerir una incapacidad, un internamiento o muchas visitas al hospital. Para evitarse todo eso, mejor pase por la pequeña incomodidad de irse a hacer el papanicolau, un procedimiento súper sencillo que salva vidas".
Según la doctora Mora, el último escenario al que se quiere llegar es a este: al de la detección del cáncer. Las lesiones de cuello uterino escalan muy lentamente y son muy pocos los casos donde su aceleración es mayor. Por eso es tan importante que las mujeres no dejen de lado este cuido personal, la prevención y la detección temprana que literalmente, es la que aquí salva vidas.
Por ello y ante todo lo anterior, cerramos este reporte con la recomendación que la especialista brindó a las mujeres que nos leen, recordándonos que la prevención de este tipo de cáncer depende de todos nosotros: desde las mujeres que deben realizarse sus exámenes sin falta, hasta quienes las rodeamos y podemos no solo vacunarnos para prevenir la propagación de su principal causante, sino también recordarles y hablarles sobre la importancia de no faltar a sus chequeos anuales. Solo así llegaremos a la meta país de que en el 2030 esta enfermedad esté eliminada.
El mejor aliciente que le puedo dar yo a una mujer para que se vaya a hacer el papanicolau es que vea su vida linda que tiene, sus hijos hermosos y su trabajo y que ama la vida que lleva, para que su vida siga así, nada más tiene que ponerse en agenda un papanicolau cada dos años, que no falte a su cita pues este proceso sencillo y muy rápido le puede salvar la vida y le puede evitar muchos dolores de cabeza. Vale muchísimo la pena sacar ese ratito para una porque las mujeres nos dedicamos mucho a los demás, a nuestros hijos, a nuestra familia y no sacamos tiempo para nosotras pero si nosotras no nos cuidamos, nadie nos va a cuidar".