Las mujeres de todo el mundo siguen enfrentándose a leyes y regulaciones que limitan sus oportunidades económicas, especialmente ahora, frente a los nuevos retos producto de la pandemia de la COVID-19. 

Según el informe más reciente del Banco Mundial, Mujer, Empresa y el Derecho 2021, los países continúan avanzando lentamente hacia una mayor equidad de género pero el proceso ha sido muy diferente según el país donde se encuentre la mujer. 

El informe evalúa normas jurídicas en 8 áreas que afectan las oportunidades económicas de las mujeres en 190 países, dentro de un período que va desde septiembre de 2019 a octubre de 2020.

Algunos de los aspectos analizados son la movilidad a los desafíos que representan el trabajo, la crianza de los hijos y la jubilación y el progreso global hacia la igualdad de género.

Además, y debido a la pandemia, el informe también incluye un análisis de respuesta de los gobiernos a la crisis sanitaria.  

Según el documento, en promedio, las mujeres tienen tres cuartas partes de los derechos reconocidos a los hombres.

Las mujeres ya estaban en desventaja antes de la pandemia y las iniciativas gubernamentales dirigidas para mitigar algunos efectos de la crisis sobre esta población, si bien innovadoras, han sido limitadas en muchos países, explicó el organismo.

Según comentó David Malpass, presidente del Grupo Banco Mundial:

Las mujeres deben ser plenamente incluidas en las economías para lograr mejores resultados en materia de desarrollo. A pesar de los avances en muchos países, hemos constatado retrocesos preocupantes en algunos de los mismos, como límites a la libertad de movimiento de las mujeres sin el permiso de un tutor masculino. La pandemia ha acentuado las diferencias existentes que ponen en desventaja a las niñas y las mujeres, en particular bajo la forma de obstáculos para la escolarización y el mantenimiento de empleos. Al mismo tiempo, las mujeres se enfrentan al aumento de la violencia doméstica, y a dificultades en temas de salud y seguridad. Las mujeres deberían tener el mismo acceso a los servicios financieros, los mismos derechos a heredar que los hombres y estar al centro de nuestros esfuerzos hacia una recuperación inclusiva y resiliente de la pandemia de COVID-19”.

Aumento en la violencia: otra alerta

La pandemia no solo ha afectado económicamente a las mujeres, sino que también se ha dado un aumento de la gravedad y frecuencia de la violencia que enfrentan estas.

Según una investigación preliminar, desde el inicio de la pandemia los gobiernos adoptaron alrededor de 120 medidas nuevas para contrarrestar el problema. 

Algunas de las medidas implementadas fueron líneas de atención telefónica directa, asistencia psicológica y refugios para proteger a las mujeres de la violencia doméstica.

Algunos gobiernos también establecieron medidas para brindar acceso a la justicia de varias maneras, por ejemplo, declarando urgentes los casos de familia durante el confinamiento y autorizando los procedimientos judiciales remotos para dichos asuntos. Sin embargo, los gobiernos aún cuentan con un amplio margen para implementar medidas y políticas destinadas a abordar las causas fundamentales de la violencia en el hogar”, explicó el Banco Mundial. 

En los hallazgos del informe se puede observar como muchos gobiernos han optado por crear medidas para contrarrestar el impacto de la pandemia en las mujeres trabajadoras.

Por ejemplo, antes de la pandemia menos de una cuarta parte de las economías garantizaban por ley a los padres trabajadores una licencia para el cuidado de los hijos. Actualmente, debido al cierre de escuelas, casi 40 economías en todo el mundo han creado políticas sobre licencias o prestaciones sociales con el fin de ayudar a los cuidadores de los menores.

Aun así, es probable que estas medidas sean insuficientes para abordar los desafíos que ya enfrentan muchas madres trabajadoras, y la crisis de los servicios para el cuidado de los niños”, explicó el organismo. 

A pesar de los esfuerzos, sin embargo, el problema aún está vigente pues según el Banco, en la legislación de 100 economías en el mundo no se exige una remuneración igual para hombres y mujeres por un trabajo de igual valor.

Aunque lograr la igualdad jurídica de género requiere un esfuerzo concertado por parte de los gobiernos, la sociedad civil y las organizaciones internacionales, entre otros, las reformas jurídicas y regulatorias pueden servir como un catalizador importante para mejorar las vidas de las mujeres, sus familias y comunidades”. 

Un mejor desempeño en el informe Mujer, Empresa y el Derecho está asociado con la reducción de la brecha de género a una mayor participación femenina en la fuerza laboral, empleos menos vulnerables y una mayor representación de las mujeres en los parlamentos nacionales.

Según Mari Elka Pangestu, directora gerente de Políticas de Desarrollo y Alianzas del Banco Mundial:

Si bien es alentador que muchos países hayan tomado medidas proactivas para ayudar a las mujeres a atravesar la pandemia, está claro que queda mucho por hacer, especialmente en materia de licencia parental e igualdad salarial. Los países deben crear un entorno jurídico que mejore la inclusión económica de las mujeres, para que estas puedan tomar las mejores decisiones para ellas y sus familias”.

Caso costarricense

Costa Rica no ha sido la excepción a esta data. Para septiembre del 2020, los datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC) señalaban que la tasa de desempleo femenina llegaba a un 30,2%, mientras que la de los hombres era de un 20,7%.

Según explicó coordinadora de la Encuesta Continua de Empleo del INEC, María Luz Sanarrusia, al Semanario Universidad en ese momento:

La tasa de desempleo es mayor en las mujeres que tienen al menos un hijo (63,4%), lo cual indica que les puede estar siendo más difícil ingresar a un trabajo, en comparación con las mujeres jóvenes que no tienen hijos (56%)”.

Para febrero del 2021, el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC)  reportó un aumento de 2,1 puntos en la tasa de no participación laboral, el índice fue de un 39,2%.

Este indicador muestra que 1.57 millones de personas se encuentran fuera de la fuerza de trabajo y que las mujeres son quienes presentan la mayor tasa de no participación, con un 50,8%  (+2.6 p.p). La tasa masculina fue de un  27,7% (+1.6 p.p).

Según la magistrada Roxana Chacón Artavia, también en declaraciones concedidas a Universidad:

En el plano económico, de acuerdo con el Informe del Estado de la Nación 2020, recién dado a conocer, la pandemia afectó más el empleo de las mujeres, quienes enfrentaron más despidos, mientras que a los hombres se les redujeron las jornadas laborales en mayor proporción. Una de cada dos mujeres busca empleo mientras que respecto de los hombres son 2 de cada 5”.