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COVID-19 en Costa Rica

Una de las cosas que la Cámara Costarricense de Restaurantes (CACORE) señaló este jueves en la mañana en conferencia de prensa, fue que el sector que más se ha visto afectado por la crisis de la COVID-19 en el negocio restaurantero, es el de las microempresas.

Un ejemplo de ello es el de Dixon Marín Carmona, un médico costarricense que desde el mes de enero pasado, es también emprendedor con el restaurante Calle Urbana, ubicado en Brasil de Santa Ana. Su caso, señala, ejemplifica la realidad que están viviendo los microempresarios del país ante la crisis nacional en la que vivimos.

Marín conversó con Delfino.cr este jueves en la mañana y en el espacio señaló que está a punto de cerrar su local comercial:

Ya llegamos a un punto en el que habíamos decidido cerrar. La afectación ha sido muy drástica, y lógicamente entendemos las restricciones sanitarias, pero el movimiento quedó nulo. Hubo un día en el que se vendió un plato de alitas y un sábado se vendieron solamente dos hamburguesas, una cosas así".

El empresario reclama que para un caso como el suyo, las medidas que el Ejecutivo está tomando para atender la crisis económica, no funcionan pues lo que le atañe no es solventar un crédito bancario, sino más bien sostener a sus empleados semana a semana:

A mí me da impotencia. En ese proyecto invertimos bastantes millones para arrancar y ¿qué es lo que pasa? Que el gobierno solo toman medidas que benefician a empresas grandes que tienen préstamos millonarios con el banco. A mí que no tengo préstamos, un banco me va a pedir requisitos que son prácticamente imposibles de cumplir en estos momentos. Debería de haber una cartera de auxilio a los pequeños empresarios donde podemos sacar al menos un crédito para solventar la crisis de estos meses y poder seguir trabajando".

El emprendedor asegura que su negocio necesita por lo menos a 10 personas para operar completamente pero que desde hace tres semanas y ante la baja en la clientela, están trabajando solo con 6 quienes operan a medio tiempo:

La semana pasada empeoró pero ya desde hace tres semanas cuando empezaron las restricciones y se quitaron los eventos, ya ahí bajó todo y ya estas últimas dos semanas han sido un acabose terrible. Si yo hubiese cerrado hoy prácticamente habría tenido que dejar a mis trabajadores desempleados. Ahorita los tengo a medio tiempo y yo con dinero de mi trabajo profesional, trato de sostenerlos también a ellos pero yo ya no puedo tampoco".

El empresario señala que medidas como la condonación del pago de los servicios públicos por tres meses y el acceso a líneas de créditos con requisitos accesibles que beneficien a la población afectada, le permitirían seguir operando; al tiempo que asegura que esa sería la única forma en la que podrían salir de la crisis posterior a esta emergencia nacional:

No es que los pequeños empresarios estemos en contra de las medidas, es que cuando se toman medidas también hay que pensar en solventar el golpe de la emergencia y no lo están haciendo".

Según los datos de CACORE presentados este jueves, tras las medidas que ha tomado el Poder Ejecutivo para detener la curva de contagio de COVID-19, el 42% de los restaurantes del país ha cerrado, trayendo cifras de desempleo para más de 100 mil personas.

Los datos de los restauranteros demuestran pérdidas económicas que ascienden a más del 80% respecto a los ingresos recibidos en épocas anteriores, pues reportan que los salones en este momento solo están recibiendo un 5% de comensales.