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COVID-19 en Costa Rica

¿Cómo afrontan los costarricenses que residen en el extranjero la emergencia mundial que está ocasionando la enfermedad COVID-19? Esa fue la pregunta que quisimos contestar este martes, cuando conversamos con Sylvia, Priscila, Diana, Gianninna, Fabiola y Marilaura, para que nos contaran cómo se maneja la crisis en las diferentes naciones del globo.

¿Qué es lo que cambia entre uno y otro caso o entre una y otra nación? El papel del Estado y la seriedad (o no) con el que cada uno se haya tomado esta emergencia. Un ejemplo claro es el de Estados Unidos, el tercer país con más casos de COVID-19 confirmados y donde el brote podría estar cerca de salirse de control.

Yo aquí en Estados Unidos me siento mucho más insegura que si estuviera en Costa Rica. Nosotros sabemos que estaríamos mejor allá pero en este momento esa no es una opción ni para nosotros ni para el país, pues nosotros estamos en un foco y no queremos llevar nada para allá".

El anterior es un extracto del relato de la costarricense Sylvia Soto, quien actualmente vive en California, en el condado de Ventura, ubicado a una hora de Los Ángeles.

Sylvia es una de las seis ticas con las que Delfino.cr conversó este martes y tiene un relato que es impresionantemente similar al de Priscilla Arias, otra costarricense esta vez vecina de Pensilvania, que a su vez señala que ante la emergencia:

Yo no voy a salir, yo no me quiero enfermar en este país. A mi no me importaría enfermarme en Costa Rica porque sé que me van a atender con humanidad y me van a dar un valor de persona pero aquí en este país y por experiencias previas, prefiero cuidarme y no enfermarme. Por eso es que no he salido de la casa".

Las dos costarricenses residen en dos de los estados de la Unión con mayor cantidad de casos: recordemos que el primero es Nueva York, el segundo es Washington, en el que habita Arias, y el tercero es el de California, donde reside Soto.

Las dos costarricenses, a pesar de reportar estar tranquilas desde el confinamiento de sus hogares (las dos continúan trabajando desde sus casas por lo que la situación económica por lo menos de momento las tiene tranquilas), sí señalan que hay una desconexión grande entre las órdenes del Gobierno Federal (el central en Estados Unidos) y el de cada Estado; cada uno de los gobiernos locales ha tenido que ser el encargado de controlar la epidemia con los recursos de los que dispone, ante un Donald Trump que sigue trabajando para reducir las condiciones de aislamiento.

Ejemplifiquemos la desconexión: de un lado tenemos al estado de Texas, donde el vicegobernador asegura que los abuelos están dispuestos a morir por coronavirus para no dañar la economía; y del otro tenemos estados como New York que está en toque de queda desde la semana pasada. Por eso es que Arias asegura que "lo más triste es la desconexión entre el Gobierno Federal y los Estados".

Los Estados con mayores tasas han tomado medidas más extremas que el Gobierno pero las soluciones del Gobierno central están bien desfasadas de la realidad y de los doctores. Ayer Trump dijo que ya la otra semana todo volvía a la normalidad y uno sabe que no: es bien difícil vivir en un país donde el Presidente un día dice algo y al día siguiente se contradice".

Soto por su parte, asegura que "el Gobierno Federal no ha puesto ninguna restricción generalizada porque Trump no quiere y está muy preocupado por su reelección. Entonces no quiere afectar a los negocios cerrándolos; y por eso en realidad le toca a los estados hacer lo suyo".

Las dos costarricenses reportan estar confinadas en sus casas desde inicios de marzo. Según Soto, en este momento California tiene restricciones de homestay order, es decir, la orden de quedarse en casa. Eso impone medidas similares a las que actualmente mantiene Costa Rica pues allá, como aquí, no existe la figura del toque de queda.

Pensilvania, por su parte, tiene una restricción a permanecer en las viviendas de 8 de la noche a 5 de la mañana, decretada para los condados con mayor cantidad de virus (como en el que habita Priscilla).

Además, las dos ticas reportan que los restaurantes y otros sitios de reunión fuera de casa están cerrados en sus comunidades y que las personas solo pueden ir al súper y a la farmacia para abastecerse de lo necesario... si es que encuentran abarrotes.

La imagen que ilustra esta nota es una de las que Soto nos compartió este martes: es un supermercado en Estados Unidos y fue tomada este martes en la mañana. Con ella, la costarricense reporta el evidente desabastecimiento de los supermercados, un aspecto en el que coincide Arias, quien agrega que en este momento es imposible conseguir papel higiénico, alcohol en gel o alcohol regular.

Arias reporta haber ido a más de diez tiendas y que en ninguna hay producto; tampoco en tiendas online como Amazon.

Pandemia en un mundo sin seguro

¿Qué pasa si uno se enferma en Estados Unidos? Le preguntamos a Soto cómo estaba el tema de la cobertura de salud y la costarricense no pudo evitar soltar una amarga risa: en Estados Unidos un servicio de salud accesible para todos no existe.

Aquí no hay un seguro social. Solo hay un seguro de trabajadores pero la mayoría de los trabajadores son de campo, de los campos de lechuga, fresa, aguacate, que están aquí en California. Ahí los inmigrantes legales no tienen más que ese seguro que ese es muy muy básico y por eso hay mucha población que no tiene acceso a la salud y ellos están desprotegidos completamente. Aquí si la persona es pobre y no tiene cómo pagar el seguro privado, no tiene cobertura de ningún tipo".

Arias por su parte, agrega que el filtro económico previo a acceder a él es ineludible:

Aquí a usted no lo atienden si no ha pasado su tarjeta de crédito y presentado su seguro médico. La única manera de que lo atiendan de previo es si usted tuvo un accidente y llega muriéndose, pero todo el mundo tiene que pasar por un filtro económico".

El Gobierno Federal de Estados Unidos ya reconoció la emergencia en los tres estados que más casos reportan, y según Soto ese podría ser un alivio pues se prometió ayuda que, quizá (porque aún no están claros los alcances) podrían dirigirse a acercar el servicio de salud a las personas que más lo necesiten pero eso es algo que sigue en veremos.

Incluso en un caso como el de Soto que tiene un seguro más completo, no todos cubren la totalidad de la atención médica y por ello también estarían expuestas a pagar un extra adicional al final de la atención.

A pesar de que Estados Unidos se ve como una potencia y todo, lo cierto es que la desigualdad que hay entre las personas que están empleadas y los que no y los inmigrantes que no están legales, es gigante. Aquí en caso de pandemia y toda la gente enferma, los que se van a morir son los pobres. Es muy muy duro".

Las dos costarricenses aseguraron que entre sus planes sí estaba contemplado visitar el país pronto: Sylvia iba a venir en Semana Santa y Priscilla a finales de abril. Sin embargo, prefirieron abstenerse y quedarse en sus lugares de residencia durante el periodo que dure la emergencia.

"Yo dije ¿y si yo soy asintomática y me voy a Costa Rica y le paso el virus a un montón de gente? Prefiero quedarme aquí", aseguró Arias.

Soto por su parte, señaló que "si nos dejan salir no nos van a volver a dejar entrar y quedarnos en Costa Rica implicaría renunciar a nuestros trabajos".

España y Rusia: COVID-19 entre toque de queda y otra cultura

Marilaura Alvarado es una estudiante costarricense de 19 años que en este momento se encuentra de intercambio en la Universidad Estatal de Nizhni Novgorod, una ciudad ubicada a 400 kilómetros de Moscú, en Rusia. Gianninna Ortega, por su parte, es una costarricense que reside y emprende en un Madrid paralizado por la pandemia.

La situación de ambas costarricenses es diferente entre ellas pero igualmente complicada.

Para Alvarado el idioma y la cultura rusa han sido de las principales limitantes, en una nación que trata de seguir operando "con normalidad" mientras, a la manera de Putin, se lucha contra la pandemia.

Es estresante estar al otro lado del mundo en un país donde la cultura y el idioma son totalmente distintos. Soy estudiante emigrante desde hace seis meses y por ende aún no manejo el idioma al 100%. Cuando me dijeron que había una pandemia mundial no sabía qué iba a pasar. Allá en Costa Rica al menos estaba con mi familia, estar sola en esta situación significa tener que madurar más y pensar que tengo que hacer para estar bien; que tengo comprar para protegerme y que tengo que hacer en caso de enfermar. Otra cosa que se me ha sido complicado es que en las residencias donde vivo no tengo televisión, entonces el único medio para informarme es el Internet, pero aquí ninguna página se traduce al inglés o al español".

Alvarado se encuentra en cuarentena desde la semana pasada y asegura que ya muchos gobernadores de diferentes partes de Rusia empezaron a cerrar las fronteras entre estados:

Yo vivo en Nizhni y de acá podemos salir, pero no podríamos volver a entrar. Solo dejan entrar y salir carros de comida. Las decisiones que ha tomado el país han ido aumentando paulatinamente conforme a como la situación se va dando. Siento que lo que le sucedió a Italia funcionó para que se tomaran medidas más serias en Rusia".

La estudiante descartó que regrese a Costa Rica pues señaló que si bien al inicio pensó que Rusia no le iba a proporcionar la seguridad esperada, "evaluando la situación decidí quedarme". A su parecer:

Cerrar las fronteras ayudó para control de los casos. Eso estuvo bien porque evitó que la enfermedad llegará desde afuera. Cerrar las fronteras entre regiones a lo interno, me parece bien para no contagiar a personas de otras regiones, ni que otras personas lleguen a contagiar más. Pero, siento que los ciudadanos no se están tomando en serio la cuarentena. He salido a hacer mis compras de comida y en la calle hay muchísima gente. La gente sigue saliendo sin las medidas de higiene que han recomendado. El gobierno está dando las recomendaciones, pero no todas las personas las están siguiendo".

Donde la gente definitivamente se está tomando en serio la cuarentena es en España, un país que está en estado de alarma desde mediados de marzo anterior y por lo menos hasta después de la próxima Semana Santa, con todo el mundo en sus hogares y la economía paralizada.

Según aseguró Ortega, quien es emprendedora con un negocio de comida típica costarricense en Madrid, a Delfino.cr:

Lo difícil aquí es que yo me gano el pan saliendo a trabajar todos los días. Yo no tengo un contrato con una empresa que me pague mes a mes y me deje hacer teletrabajo, a mí me toca salir todos los días y esa es la parte más difícil, algo que tuve que poner en balanza a la hora de quedarme en la casa: era arriesgarme a salir y ganar dinero o perder ese dinero y resguardar mi salud".

A corte de este martes, España registra ya casi los 2.700 muertos con coronavirus, 514 más que el lunes (un 23,5% más), y ya roza los 40.000 contagiados, según el último balance del Ministerio de Sanidad.

Estas elevadas cifras son las que están poniendo a la nación europea en alerta roja, confinando a una nación entera a no salir de sus hogares y con Madrid (la ciudad de Ortega) como epicentro de la crisis; una crisis en la que a pesar de que no hay trabajo, se sigue cobrando el alquiler.

Lo que más pensamos es que los alquileres siguen corriendo. Aunque han hecho muchas cosas para ayudar a los propietarios como correrles las mensualidades para pagar y eso, a mí mi casera no me va a decir 'no, págueme dentro de 3 meses'. Yo he leído que van a tomar medidas con respecto al gas y con respecto al agua, así como a los autónomos (profesionales liberales) y la gente que tiene préstamos pero esa es la gente que está bien puesta, quienes tenemos otro tipo de trabajos no vamos a tener esas ventajas".

La costarricense asegura que lo que es permitido en este momento es salir al súper o a la farmacia, así como a sacar a las mascotas a hacer sus necesidades, en caso de tenerlas (gran parte de la población española vive en edificios de apartamentos y por eso se dio este chance).

Sin embargo la Policía siempre está afuera y si lo ve saliendo, le va a preguntar que qué está haciendo afuera y sí son muy duros y te devuelven a la casa, principalmente a los adultos mayores".

Ortega asegura que devolverse a Costa Rica no es una opción, a pesar de que su familia se lo ha pedido en reiteradas ocasiones. Señala que seguirá "pulseándola" por allá, mientras termina este periodo.

COVID-19 vs Andrés Manuel López Obrador

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, se manifiesta "tranquilo y relajado" ante la amenaza de esta pandemia y aunque si bien es cierto el gobierno azteca declaró Fase 2 de emergencia este martes, al tiempo que anunció que se implementaran nuevas medidas en la población durante los siguientes 30 o 40 días para mantener controlado el contagio, lo cierto es que tener a las autoridades llamando a salir a la calle y a abrazar y besar a la gente, no tiene nada tranquilo a un sector de la población de ese país, incluidas dos costarricenses.

Así lo señalan Fabiola Espinoza y Diana Mora, dos ticas con residencia en Ciudad de México que han seguido de cerca el criticado avance de la enfermedad en la nación norteamericana en las últimas semanas.

Espinoza es una estudiante de 23 años que actualmente está realizando su periodo de intercambio en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y asegura que lleva la pandemia "con incertidumbre pero manteniendo la cordura":

Es la primera vez que me toca vivir una crisis así y hacerlo en otro país es un panorama bastante incierto, pues no sólo me preocupo por lo que podría sucederme a mí, sino también a mi familia que está lejos. Creo que lo más importante es mantener siempre la comunicación, no entrar en pánico y aprovechar el tiempo en casa, siempre teniendo momentos de recreación para despejar la mente.

Mora, por su parte, ya regresó a Costa Rica. Llegó al país el fin de semana anterior y actualmente es una de las nacionales que se encuentra con orden sanitaria de aislamiento.

Yo prefiero enfermarme aquí que enfermarme allá. El control en México es mínimo. Uno sale y todavía la gente está transitando normal: la fuerza laboral informal que es muy grande en México, sigue saliendo a trabajar porque no hay de otra y los controles son mínimos, mínimos, mínimos. El gobierno está subestimando lo que está pasando. Más allá de la enfermedad como tal, si se colapsa el sistema de salud no van a poder ayudar a las personas al mismo tiempo y la enfermedad se vuelve mortal cuando nadie te atiende. El gobierno no lo ve así y eso es terrible".

Esta posición es similar a la de Espinoza, quien asegura que:

Realmente la labor del gobierno me ha parecido tardía e irresponsable, aunque mantengan la posición de que 'se adelantaron a la Fase 2'. El presidente ha instado a la población a no dejar de visitar restaurantes, más que todo porque su preocupación es no afectar la economía y este fin de semana continuó con su gira a Oaxaca, donde ha mantenido contacto con las personas como si nada estuviera pasando. Las últimas semanas el Gobierno insistió en que el país permanecía en la Fase 1 y que solo hasta que llegara la transmisión comunitaria podría hablarse de Fase 2 pero hoy la OMS declaró que el país ya se encuentra en Fase 2".

Para Diana, quien laboraba en México y está en este momento teletrabajando desde Costa Rica, ha sido la empresa privada la que ha tenido que hacer algo ante la inacción del Poder Ejecutivo. La costarricense ejemplifica con casos como el de la implementación del teletrabajo en las empresas y la suspensión de lecciones en centros educativos privados, que si bien no han recibido orden oficial, sí se han empezado a implementar poco a poco.

Yo creo que toda la iniciativa viene de la empresa privada: las empresas no tienen directriz del gobierno de mandar a la gente a la casa pero lo hicieron desde inicios de marzo. Lo mismo pasa en el sector educación donde solo escuelas privadas ya no estaban dando clases, por iniciativa propia".

Mora aseguró también que sus condiciones laborales la dotan de un seguro social bastante bueno para poder hacer frente al virus; sin embargo esa está lejos de ser la realidad de la mayoría de la población que habita la nación azteca.

Según las declaraciones de Espinoza al respecto:

En los hospitales los pacientes que llegan pasan a consulta para ser valorados, de acuerdo a los síntomas determinan si deben ir o no a observación y si son posibles casos de riesgo se internan. Aún así, hay denuncias de parte del personal médico sobre la falta de insumos como lo son los tapabocas. También hay preocupación respecto a los ventiladores pulmonares pues se cree que no son suficientes para los casos estimados".

Si bien la estudiante pensó en regresar a territorio nacional, una opción que de hecho fue recomendada por parte de la UNAM, después de valorarlo con sus familiares decidió mantenerse en tierras mexicanas. Aún así, finalizó señalando que:

Existe el temor de que en algún momento se dé el cierre de fronteras, por ello es una situación de incertidumbre, pero como mi intercambio es hasta el mes de junio esperaría que de acá a eso el peligro haya disminuido".

A corte de este martes 24 de marzo, el mundo reporta 177 países infectados, 422.566 casos confirmados y 18.887 muertos por COVID-19. Los enfermos graves ya van por los 13.269 y los dados de alta suman las 108.388 personas.

En esta nota colaboró el periodista Alonso Martínez.