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— Este jueves el INAMU presentó los resultados del Tercer Estado de los Derechos Humanos de las Mujeres en Costa Rica, una investigación que se realiza cada cuatro años y que busca ubicarnos respecto a las falencias que cargamos en materia de derechos de las mujeres. El estudio se basa en análisis de indicadores estadísticos de género y en los resultados de la Encuesta Nacional de Percepción de los Derechos Humanos de las Mujeres en Costa Rica, que para el presente informe se realizó en 2017. Los resultados de esta edición son para mantener alertas en rojo.
— Ojo a este primer dato: el 41,7% las personas entrevistadas (un total de 1.101 personas, 50% hombres y 50% mujeres) aseguró que no sabe qué son los derechos humanos de las mujeres; sí, la mitad de la población no tiene idea de qué le están hablando con este tema. A su vez, el 58,5% de los hombres que aseguraron que sí sabían qué son, consideró que los derechos de las mujeres consisten en “Igualdad, mismos derechos y no discriminación” y, aunque resumidísimamente la cosa sí va por ahí, ante la reducción de toda una gama de derechos a tres cosas tan ambiguas, es imposible no alertarse.
— Por ello no es de extrañar que el 83,4% de las mujeres y el 75,3% de los hombres manifiesten que en la vida diaria, las mujeres sí son discriminadas por sus compañeros masculinos, pues esta discriminación se refleja en todas las áreas: según el informe, 9 de cada 10 personas entrevistadas reconocen que la violencia contra las mujeres es un grave problema social y el INAMU confirma esta percepción con los informes policiales de violencia doméstica donde, para el año 2016, se registró que el 94,9% de las personas ofendidas son mujeres y que el 86,6% de las personas imputadas son hombres.
— Por el lado educativo, el INAMU también alertó que, aunque se muestran porcentajes de acceso similar a las aulas entre hombres y mujeres, lo cierto es que persisten estereotipos de género, subordinación y discriminación entre los cuadernos. Vean esto: de cada 10 personas que estudian la carrera de Educación, 7 son mujeres y 3 son hombres; a su vez, de cada 10 personas que estudian Ingenierías, 3 son mujeres y 7 hombres y lo mismo pasa con las carreras que imparte el INA. Además, cuando el estudio analiza los datos respecto a la deserción en las aulas, los resultados evidencian que en la mayoría de los casos, la razón por la que los hombres siguen dejando los pupitres (principalmente los de secundaria) se debe a que necesitan salir a trabajar para ayudar a sus familias; sin embargo la mayoría de mujeres que deserta, lo hace debido a la obligación de un embarazo en edades tempranas o para asumir labores de cuido u oficios domésticos que no son remunerados.
— El tamaño del obstáculo es tal, que llega hasta los ámbitos laborales donde se reporta que de cada 10 mujeres, solo 5 logran encontrar un empleo remunerado y las que lo alcanzan deben, además, administrar ese tiempo con otras 8 horas semanales dedicadas a labores de limpieza, 14 a la cocina y 12 al cuidado de los hijos. Los hombres, mientras tanto, dedican solo 3, 5 y 7 horas por semana a cada una de estas tareas. Las mujeres sin ingresos propios, por su parte, duplican la cantidad de hombres en esa condición y el informe estima que por cada 100 mujeres que no pudieron trabajar por atender obligaciones familiares o personales, hay solamente un aproximado de 3 hombres se enfrentaron a esa misma condición.
— Estas podrían ser las razones que sustentarían la alerta que lanzó el estudio sobre la participación de las mujeres en el mercado laboral que presentó la UCCAEP el día de ayer, que señaló que solo el 14% de las mujeres en el mercado laboral ocupan un puesto como CEO en alguna empresa, que solo el 18% ostenta cargos de presidencia en juntas directivas y que solo el 17% de las compañías tienen más de la mitad de su planilla compuesta por mujeres. Según aseguró el subdirector ejecutivo de UCCAEP, Jorge Araya Chaves, a Noticias Monumental esa deuda es una de las oportunidades desechadas más fuertes, que el país tienen en este momento si quiere reactivar la economía:
Si buscamos un crecimiento de la economía costarricense, es fundamental incorporar a la mujer en el mercado laboral. Tenemos un dividendo de género importante que es precisamente esa oportunidad de crecimiento a partir de la apertura espacios para las mujeres en las empresas. Costa Rica puede hacer muchas más.
— Ahora ¡claro que Costa Rica puede hacer mucho más! y no solo en esta área: que lo digan también las cifras en materia de participación política femenina que todavía arrastramos. En las elecciones del año pasado se alcanzó la cifra más alta en mujeres electas como diputadas en la Asamblea Legislativa (un 45,6% y eso porque a los partidos políticos se les obligó a cumplir con la paridad en la colocación y orden de las nóminas de diputaciones); sin embargo, en las pasadas elecciones municipales solo quedaron 12 mujeres alcaldezas, de las 81 municipalidades del país y la verdad es que uno duda que eso vaya a cambiar tras el último fallo del TSE. Un panorama similar ocurre en todos los aspectos de la función pública como Poder Judicial, sindicatos y asociaciones de desarrollo y por eso les invitamos a no quedarse sin ver el informe completo.
— Para el informe también se realizó la pregunta de por qué se considera que las mujeres lo tienen más difícil que los hombres en esta área y las razones que destacan son "los perjuicios machistas para que la mujer participe en política en igualdad de condiciones que los hombres", "el acoso político es un obstáculo para la participación política de las mujeres" y "la falta de financiamiento para las candidaturas de las mujeres en puestos de elección popular es un obstáculo para su participación en política". Las respuestas nos desnudan completamente como sociedad.
— Por ello, con este panorama uno puede entender por qué es que se tarda tanto en tomar decisiones políticas en beneficio de los derechos de las mujeres y así lo señaló el INAMU en el discurso de su Presidenta Ejecutiva, Patricia Mora Castellanos, cuando esta aseguró que "el cuerpo de las mujeres sigue siendo un territorio tomado por el patriarcado, que lo violenta, lo restringe y lo invalida para dar continuidad a sus mecanismos de control" pues, según el documento, "en cuanto a la salud sexual y salud reproductiva, aún prevalecen modelos normativos y culturales diferenciados para hombres y mujeres, que promueven prácticas de subordinación de estas últimas, limitando la autonomía sobre sus cuerpos y el libre ejercicio de su sexualidad". ¿Cómo se puede corregir este tema? Bueno pues podríamos empezar con generar política pública que en realidad se encamine en pro de los derechos de las mujeres pero según parece, en Costa Rica no se puede firmar nada, así que el panorama no es esperanzador. Según Patricia Mora:
Estamos frente a un conservadurismo puro y opresor para las mujeres y para todas aquellas personas que no encajan en los moldes que un sistema patriarcal nos ha impuesto desde hace siglos. Por ello como sociedad tenemos la enorme responsabilidad de revisar actitudes y prácticas instaladas en el imaginario colectivo que reproducen estereotipos de género, prejuicios machistas que obstaculizan el crecimiento y desarrollo de las mujeres en la vida pública. Es momento de unir esfuerzos para acabar con la discriminación que sigue operando en los niveles más personales y subjetivos.
— El informe es una base para un aterrizar y ubicarnos respecto a todo lo que todavía hace falta. Queda mucho por trabajar y ese camino nos toca a todos nosotros.