¿Qué pasaría si el Colegio de Ciencias Económicas dejara de ser un requisito y se convirtiera en un motor de cambio?
Esa es la pregunta que deberíamos hacernos todos quienes mes a mes pagamos nuestra cuota de colegiatura. Más aún, cuando para quienes trabajamos en el sector público y estar colegiados es una obligación legal. ¿No deberíamos entonces exigir y construir un Colegio que devuelva ese aporte en forma de impacto, oportunidades y liderazgo real en la economía del país?
Vengo de una zona rural y sé que, más allá de organizar actividades, lo que realmente necesitamos es un espacio para las ideas. El Colegio no puede seguir siendo solo un requisito; debe convertirse en un verdadero motor de innovación y cambio. Un espacio de debate y acción que aporte soluciones al país.
Debemos aspirar a ser un centro de pensamiento estratégico que impulse proyectos productivos, genere oportunidades y abra la puerta al futuro económico de Costa Rica. En muchos países, colegios profesionales ya son actores claves en políticas públicas, investigación aplicada y ecosistemas de innovación. ¡El nuestro también puede ser ese referente!
En este camino, el Sistema de Banca para el Desarrollo (SBD) debe ser un aliado estratégico. Con programas de incubación, crédito, capacitación moderna y acompañamiento técnico, el Colegio puede convertirse en un puente entre financiamiento y talento, transformando la realidad de trabajadores independientes, pymes y comunidades, sobre todo en zonas rurales donde la desigualdad aún pesa.
El fortalecimiento del Colegio pasa también por darle un lugar protagónico a las y los profesionales en ciencias económicas. No podemos limitarnos a ser acompañantes técnicos; debemos asumirnos como actores en la definición de políticas, en el diseño de proyectos productivos y en la innovación de modelos de desarrollo.
Por eso es indispensable que más profesionales participen activamente. Hoy somos más de 48 000 agremiados en todo el país. Si convertimos esa fuerza en participación, el Colegio será mucho más que un requisito: será una plataforma de incidencia, innovación y construcción de futuro.
La decisión está en nuestras manos: o seguimos en el letargo de ser simples espectadores, o nos convertimos en protagonistas del futuro económico de Costa Rica. Yo quiero un Colegio que transforme, que lidere y que construya. Y aspiro a hacerlo desde la Junta Directiva. Porque juntos, con compromiso y visión, podemos despertar al Colegio y aportar a un mejor futuro para nuestra nación.
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