Treinta y tres años después de su creación, el Régimen de Capitalización Colectiva (RCC) no solo se mantiene vigente, sino que se fortalece como uno de los pilares más sólidos del sistema previsional costarricense. En tiempos donde hablar de pensiones suele asociarse con incertidumbre y reformas, el RCC es un modelo que desafía esa narrativa: sólido, sostenible y centrado en las personas.
Desde 1992, el RCC ha sido la promesa cumplida del Magisterio Nacional para miles de trabajadoras y trabajadores que han depositado en él no solo su salario, sino su confianza por alcanzar una pensión justa y digna en su vejez.
Esa confianza se traduce hoy en cifras contundentes: más de 115.000 personas trabajadoras activas, cerca de 7.852 personas pensionadas, y un fondo administrado que al cierre del 2024 alcanzó los 5.45 billones de colones, con un crecimiento interanual del 11.82%.
Pero más allá de los números, lo que realmente celebramos es la convicción de una institución que, año tras año, ha sabido sostener su rumbo con firmeza, resistiendo al paso del tiempo, enfrentando las presiones externas y evitando decisiones apresuradas que comprometan su propósito a largo plazo. En este contexto, es necesario alzar la voz ante proyectos de ley que comprometen la sostenibilidad del sistema y desconocen los principios técnicos que lo sustentan.
Este aniversario llega en un momento donde la sostenibilidad de los regímenes de pensiones vuelve a ocupar titulares. Y con razón. Pero en Jupema tenemos claro que la sostenibilidad no se defiende solo con discursos, sino con gestión técnica, control de riesgos y planificación estratégica. En 2024, por ejemplo, logramos diversificar nuestras inversiones internacionales colocando un 5% del portafolio en el extranjero y alcanzamos un rendimiento neto del 6.31%, superando la meta actuarial del 5.79%. No son logros menores: son la base sobre la cual aseguramos las pensiones presentes y futuras.
La historia del RCC también es la historia de una institucionalidad que ha aprendido a crecer con orden. Una institucionalidad que mejora sus sistemas de recaudación, que actúa ante la morosidad del sector privado, que dialoga con el Ministerio de Hacienda para recuperar recursos adeudados, y que rinde cuentas con auditorías externas limpias, año tras año. Nada de esto es casual. Es el resultado de una cultura organizacional y un Gobierno Corporativo responsable y transparente, que se toma en serio la ética y que entiende que la confianza se construye con hechos, no con promesas.
Hoy, más que celebrar, es momento de reafirmar. Reafirmar que el RCC no es una excepción afortunada, sino un ejemplo posible. Que un fondo de pensiones bien administrado puede ser sostenible. Que las pensiones dignas no son un privilegio, sino un derecho alcanzable si se hace lo correcto. Que el Magisterio Nacional, pilar de la educación costarricense, también merece seguridad en su retiro.
33 años después, el RCC sigue cumpliendo. Y en Jupema seguiremos defendiendo ese compromiso con firmeza, con argumentos y con resultados. Porque hablar de pensiones también puede ser hablar de esperanza.
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