Pocos días después de la barbarie del criminal ataque de Hamás el 7 de octubre de 2023 publiqué en esta columna mi condena a esa acción despiadada y sin sentido, y expresé mi solidaridad con el admirable pueblo de Israel, “El mal, la violencia, sus terribles consecuencias”.
Sin duda la responsabilidad por el origen del sufrimiento que han vivido los inocentes habitantes de Gaza desde entonces cae sobre Hamás y sus acciones criminales.
Pero ya basta… No podemos ser indiferentes ante el despiadado dolor que diariamente la guerra causa a los pobladores de esa franja de tierra.
Gaza es un territorio de tamaño similar a nuestro Cantón de Acosta pero donde vive una población 100 veces mayor a la de ese cantón. Es una franja del mundo donde han muerto más de 59.000 personas según datos del Ministerio de Salud de Hamás que han sido respaldadas por estudios independientes.
Es una guerra que lleva ya más de 628 días y que se torna cada vez más desproporcionada.
En las últimas semanas con las restricciones de Israel al ingreso y la distribución de víveres y medicinas nos conmueven las fotos esqueléticas de niños con altos grados de desnutrición en los hospitales.
Naciones Unidas publicó el pasado día 22: "En los últimos días, el Ministerio de Sanidad de Gaza ha registrado 101 muertes de palestinos por desnutrición, 15 de ellas en un periodo de 24 horas. Según la información disponible, al menos 80 de los 101 son niños. “Es posible que muchos más estén muriendo sin que se reporte”, dijo la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de NNUU.
Una noticia del pasado 25 de julio nos indica: “Hasta el 13 de julio, hemos registrado 875 personas muertas en Gaza mientras intentaban conseguir alimentos; 674 de ellas murieron en las inmediaciones de los centros de la Fundación”, declaró Thameen Al-Kheetan, portavoz de la Oficina del Alto Comisionado, en referencia a la organización privada dirigida por Estados Unidos e Israel, que ha eludido las operaciones humanitarias ordinarias.
Continúan los bombardeos sobre Gaza e incluso lo ha sufrido la única Iglesia Católica en esa zona. La BBC reportó: Al menos tres personas murieron y varias resultaron heridas en un ataque contra la Iglesia de la Sagrada Familia de la ciudad de Gaza, el único templo católico del territorio palestino. El párroco argentino de ese templo sufrió heridas.
Yo tengo admiración por el estado de Israel. Soy fiel convencido de la justicia de su establecimiento y de la maldad de promover su desaparición. Y no creo que nadie que conozca el extraordinario desarrollo creado por los israelís puede dejar de sorprenderse por la magnitud de lo que han construido.
Cómo católico soy heredero de los patriarcas de quienes se originan nuestras tres maravillosas religiones monoteístas, del líder que liberó a los judíos de la esclavitud de los faraones y de los profetas que anunciaron al Mesías. El Hijo de Dios nació judío de su Madre la Virgen María judía. Y los apóstoles que predicaron el Reino y esparcieron su semilla fueron judíos.
A lo largo de la historia los aportes filosóficos, culturales, científicos, artísticos del pueblo judío son extraordinarios e innegables.
Además, los cristianos tenemos una impagable deuda con el pueblo judío por las crueles e injustas persecuciones a las que los hemos sometido a lo largo de la historia, hasta llegar al horror inenarrable de El Holocausto.
Personalmente he disfrutado de la amistad de maravillosos amigos y compañeras judíos. Tres de mis amigos más cercanos y admirados son Jaime Daremblum q.D.g. y Samuel Guzowski q.D.g. y Leonel Baruch.
La barbarie de Hamás no tiene nombre. Nada puede justificar invadir a Israel para matar y secuestrar a civiles, a bebes, niños y mujeres, a familias que estaban en la paz de su hogar, a jóvenes que asistían a un festival de música.
Es un acto de cruel terrorismo que no tiene excusa. Su objetivo fue matar inocentes o secuestrarlos.
Pero nada justifica que siga la guerra contra el pueblo palestino de Gaza.
¿Hasta cuándo se va a prolongar ese terrible sufrimiento y para qué?
Para rescatar a las víctimas cruelmente secuestradas por Hamás aún no liberadas el camino es una negociación.
El gobierno del primer ministro Netanyahu no ha presentado ninguna propuesta consistente para la administración de Gaza después de la guerra.
En mi artículo escrito a los pocos días de ese nefasto 7 de octubre indiqué:
Las invasiones de EEUU a Afganistán y a Irak fueron más allá de la persecución de Osama bin Laden y de Al Qaeda con resultados lamentables para esas sociedades y para los propios norteamericanos. ¿Cuál sería el resultado para Israel de una prolongada ocupación de Gaza? ¿Qué organización y quienes podrían sustituir el dominio de Hamás en ese territorio?".
Un año y diez meses y más de 59 mil muertos en Gaza después la respuesta única a esas preguntas es la continuación desproporcionada e injustificable de las muertes gazatíes.
No podemos ser indiferentes.
Urge el fin de esa guerra, la liberación de los rehenes, poner fin a la muerte de civiles gazatíes y la paz. Lograrlo depende de atender el derecho de Israel y de los palestinos de vivir independientes y en paz.
No es fácil, pero es necesario.
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