Apenas había Dios creado con su inmenso amor al hombre y a la mujer, a su semejanza, creados por amor y para el amor cuando Caín mató a Abel.

El Génesis nos enfrenta con el mal, con romper el equilibrio del amor.

La barbarie de Hamás no tiene nombre. Nada puede justificar invadir a Israel para matar y secuestrar a civiles, a bebes, niños y mujeres, a familias que estaban en la paz de su hogar, a jóvenes que asistían a un festival de música.

Es un acto de cruel terrorismo que no tiene excusa. Su objetivo fue matar inocentes o secuestrarlos.

El ejército israelí señala que más de 1300 personas murieron, incluyendo 260, principalmente muy jóvenes, en el festival de música en el que se concentró el mayor número de asesinatos. Más de 150 personas fueron secuestradas en la invasión por tierra, aire y mar que realizó Hamás el pasado sábado 7 de octubre.

Con independencia de los hechos históricos, más allá de la discusión sobre los derechos de palestinos y judíos de habitar en esas tierras, sin importar quien tiene la responsabilidad de que no se haya concretado la solución de los dos estados que se propuso desde el origen mismo del estado de Israel, esta cruel y sanguinaria acción de Hamás debe ser condenada.

El terrorismo, la búsqueda de fines políticos por medio del dolor y el asesinato de los inocentes nunca se puede justificar.

La inmisericorde y salvaje invasión de Hamás produjo el mayor número de asesinato a judíos en un día desde los horrores del holocausto.

Tampoco cabe discutir el derecho de los habitantes de Israel a defenderse. Este derecho incluye las acciones preventivas para evitar que se perpetren actos de terrorismo contra sus habitantes.

Desdichadamente el mal tiene consecuencias.

Los palestinos civiles que amontonadamente habitan la estrecha y pequeña franja que es Gaza también son inocentes y tienen derecho a vivir en paz. Viven 2.300.000 palestinos en 365 kilómetros cuadrados con una densidad poblacional mayor a la de Londres o Nueva York. Son un poco menos de la mitad de quienes habitamos Costa Rica (un 45%) y viven en un territorio que es menor a la centésima parte del nuestro (un 0,71%). Las fuerzas de Hamás están escondidas entre los palestinos que habitan Gaza.

La respuesta israelí cuando escribo esto con dolor en mi corazón por las víctimas inocentes israelís y palestinas, han sido seis días de bombardeo de lugares donde su ejército estima se encuentran las fuerzas de Hamás. El Ministerio de Salud palestino calcula en más de 1500 las muertes ocasionadas por esos bombardeos.

No se ha producido la masiva invasión militar terrestre a Gaza que aparentemente se está preparando, e Israel ha pedido a los habitantes de esa franja que abandonen el norte del país. ¿Podrán hacerlo en medio del desabastecimiento, de la falta de los servicios elementales de energía y agua, de medicinas y alimentos en que hoy viven?

¿En una masiva invasión israelí con luchas puerta a puerta, cuantas víctimas inocentes palestinas morirían?

El acto terrorista de Hamás puede tener aún más graves repercusiones si otros grupos enemigos de la existencia de Israel lo aprovechan y se unen a la guerra iniciada por Hamás.

Antes de estas atrocidades se vivía una relativa calma en medio de la ebullición propia de la zona, a las que se agregaban las confrontaciones en Israel por las intenciones del gobierno liderado por el Primer Ministro Benjamín Netanyahu de debilitar las atribuciones del poder judicial de su país.

Con el patrocinio de Estados Unidos se avanzaba en que además del reconocimiento a Israel que en 2020 se había logrado por parte de 4 países árabes (Baréin, Emiratos Árabes Unidos, Sudán y Marruecos) se establecieran relaciones diplomáticas con Arabia Saudita. Por su parte China ha venido promoviendo un acercamiento entre Irán y Arabia Saudita.

¿Cuál será ahora el resultado de esos esfuerzos por la paz?

Por otra parte, una guerra prolongada en Gaza disminuiría la capacidad de Estados Unidos de proveer municiones y cohetes a Ucrania y facilitaría la invasión de Putin.

Las invasiones de Estados Unidos a Afganistán y a Irak fueron más allá de la persecución de Osama Bin Laden y de Al Qaeda con resultados lamentables para esas sociedades y para los propios norteamericanos.

¿Cuál sería el resultado para Israel de una prolongada ocupación de Gaza? ¿Qué organización y quienes podrían sustituir el dominio de Hamás en ese territorio?

Vivimos difíciles tiempos de cambio de época, además nos afectan los efectos residuales de la pandemia de COVID-19, el impacto destructivo de vidas y bienestar provocado por la inhumana y cruel invasión de Putin a Ucrania, las graves dificultades para adoptar medidas cada día más urgentes ante el cambio climático, la creciente confrontación entre China y Estados Unidos y la promoción que Xi Jinping y Putin hacen de un nuevo orden internacional que dé la espalda a la libertad, a la democracia, a los derechos humanos y al orden internacional que surgió y se fue construyendo después de la II Guerra Mundial.

Este conflicto causado por el terrorismo de Hamás viene a agravar todas esas negativas circunstancias.

Recemos y luchemos por la paz.

Cada uno la puede ir sembrando si en nuestro corazón impera el amor y no el odio.

El odio crea violencia y la violencia con facilidad genera más violencia. Solo el amor lo puede vencer.

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