Desdichadamente nunca ha cesado la persecución contra los cristianos. Cierto que ha habido periodos en la historia en que ha sido más fuerte, pero es bueno recordar que en nuestros días la persecución contra los cristianos lleva al asesinato, al ataque a las iglesias, al encarcelamiento y a las persecuciones y violencia.

En el siglo XX mucha de la persecución contra cristianos católicos, ortodoxos, protestantes y evangélicos tuvo que ver con eventos políticos; principalmente por parte del comunismo ateo en Rusia, China, Corea del Norte, durante la Guerra Civil en España y también en Cuba y en los últimos años en Nicaragua.

También en los últimos siglos han sufrido persecución misioneros y fieles cristianos principalmente en Asia y África.

Otras persecuciones políticas se dieron en naciones cercanas y con una fuerte mayoría católica como en México a partir de la Constitución de 1917 que permitió la confiscación de los bienes de la Iglesia, prohibió actividades religiosas y la enseñanza de religión e incluso el uso de hábitos fuera de los templos, quitó los derechos políticos a los sacerdotes y religiosos, prohibió las ordenes católicas y permitió a los estados regular disminuyendo derechos civiles y libertades a las iglesias y a los sacerdotes. Incluso se dio una guerra, la Guerra Cristera entre 1926 y 1929 en que murieron unas 90.000 personas. Cientos de sacerdotes fueron asesinados, incluso durante la administración de los sacramentos dentro de los templos.

Para nosotros la más cercana persecución contra el cristianismo es la muy reciente que se agravó cruelmente a partir de 2018 en Nicaragua.

El régimen de Ortega y Murillo expulsó al Nuncio representante del Papa, monseñor Waldemar Stanislaw Sommertag.

De los 9 obispos de la Conferencia Episcopal de ese hermano país cuatro han sido expulsados y a dos se les ha revocado su nacionalidad: monseñor Orlando Báez Obispo Auxiliar de Managua y monseñor Rolando Álvarez Obispo de Matagalpa. Los otros dos obispos expulsados son monseñor Isidoro Mora Obispo de Siuna y monseñor Carlos Enrique Herrera Obispo de Jinotega.

El informe VI Entrega Nicaragua Una Iglesia Perseguida.pdf es la continuación de una investigación que de manera metódica y documentada -caso por caso- efectúa la abogada y activista católica por los derechos humanos, Martha Patricia Molina.

Nos indica que de 2018 a finales de 2024 se han dado 971 actos de persecución contra la Iglesia Católica. Incluyen la expulsión de 266 religiosos, 167 de ellos sacerdotes además de los 4 obispos y del nuncio.

Han expulsado órdenes religiosas como a los Jesuitas y a las mojas Misioneras de la Caridad, fundada por Santa Teresa de Calcuta, acusándolas de terroristas.

Este cuidadoso informe indica:

Once mil setecientas sesenta y tres procesiones y actividades religiosas han sido prohibidas por la Policía Nacional desde el año 2019 a diciembre de 2024”.

La dictadura ha clausurado cuatro universidades católicas y se ha incautado sus bienes: la Universidad Juan Pablo II, con sedes en Managua, Juigalpa, Granada, Matagalpa; la Universidad Cristiana Autónoma de Nicaragua (UCAN) con sedes en Chinandega, Estelí, Juigalpa, León, Masaya, Matagalpa; la Universidad Centroamericana (UCA), de los padres jesuitas, una de las de mayor prestigio en América Central y la Universidad Católica Inmaculada Concepción.

Además de las cuatro universidades católicas el régimen de Ortega y Murillo ha cerrado arbitrariamente impidiendo su operación y confiscado en muchos casos las propiedades de dos Institutos, 24 medios de comunicación y de 44 organizaciones sin fines de lucro, incluso de Caritas de Nicaragua, la organización de la Iglesia Católica en ese país dedicada a llevar alivio material a personas en estado de necesidad. El lector interesado puede encontrar otros detalles en mis artículos: “No podemos ser indiferentes ante las crueles violaciones a los derechos humanos en Nicaragua”, “Nicaragua y todos los católicos sufrimos la persecución” y “Ortega y Murillo y su cruel e interminable persecución contra la Iglesia Católica.

Sobre la persecución religiosa en el mundo entero la Fundación Pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada establecida por un sacerdote de Países Bajos bajo el amparo de Pio XII, luego apoyada por Juan XXII y Juan Pablo II y elevada a Fundación Pontificia por Benedicto XVI señala:

A escala mundial, la retención y consolidación del poder en manos de gobiernos autoritarios y líderes de grupos fundamentalistas ha provocado el aumento de las violaciones de todos los derechos humanos, incluida la libertad religiosa”.

Este informe nos indica que en 61 países es evidente la discriminación y la persecución contra los cristianos, y en ellos son los propios gobiernos los que los persiguen e incluso asesinan. De esos países, en 28 de ellos este informe indica y justifica que se da verdadera persecución, “comprenden 4020 millones de personas, lo que equivale al 51,6% de la población mundial. Destacan los dos países más poblados, China e India, que se encuentran entre los que violan la libertad religiosa de forma más grave. Por ejemplo, controlan el acceso al empleo, a la educación y a los servicios sanitarios, implantan sistemas de control masivo, imponen obstáculos económicos y electorales, y no imponen la ley y el orden cuando las comunidades religiosas sufren ataques de turbas locales o terroristas”.

La persecución no solo proviene de Gobiernos autoritarios, fundamentalmente extremistas islamistas o nacionalistas étnico-religioso, sino también de grupos de delincuencia organizada que atacan a los dirigentes religiosos que desafían su autoridad.

Otra fuente de información sobre la persecución a cristianos en nuestros días es la de la organización no católica Puerta Abierta. Se autodefine como “una organización internacional que actúa en más de 60 países donde existe algún tipo de amenaza a la vida de los cristianos y/o a su libertad de creer y rendir culto a Jesucristo”.

Desde 1993 lleva un récord de las agresiones contra cristianos en el mundo y produce anualmente una Lista Mundial de la Persecución. La última denominada 2025 comprende el período del 1 de octubre de 2023 al 30 de setiembre de 2024. Las 10 naciones con mayor calificación por sus ataques a los cristianos son en su orden: Corea del Norte, Somalia, Yemen, Libia, Sudán, Eritrea, Nigeria, Pakistán, Irán, Afganistán. India ocupa la undécima posición y China la decimoquinta, pero por su gran población lideran por su número en muchas de las agresiones.

En este último período Puerta Abierta denuncia el asesinato de 4.476 cristianos a causa de su fe, 4.744 fueron arrestados y condenados sin juicio, 3231 cristianos principalmente niñas y mujeres fueron sometidos a violencia sexual o matrimonio forzoso, hubo 7679 ataques a Iglesias y 295.120 cristianos tuvieron que huir de su país.

Son datos verdaderamente espeluznantes que deben movernos a promover la libertad religiosa y el respeto a los derechos humanos.

Los cristianos debemos reconocer que a lo largo de la historia no hemos sabido en muchas ocasiones poner la otra mejilla y devolver el mal con bien, como nos lo mandó Nuestro Señor Jesús. Existe la verdad de la hoguera y de las guerras de religión, y de abusos buscando conversiones forzadas y violando los derechos humanos de los pueblos sometidos por los conquistadores y colonizadores, y por los grupos dominantes contra pueblos nativos sometidos. También el maltrato a judíos, a no creyentes y a cristianos de otras denominaciones en nuestro propio país.

Aún en nuestros días hay cristianos de diversas denominaciones que persiguen en vez de dar amor a su prójimo que tiene distinta fe o convicciones.

Debemos con humildad reconocer las fallas, algunas muy graves, de los humanos pecadores que seguimos las enseñanzas de Jesús, nuestro Divino Maestro.

Pero también debemos apoyar a nuestros hermanos en la fe que sufren persecución por su cristianismo. Debemos apoyarlos sin odio a los perseguidores, pero sin tregua en la oración y en la acción para defender los derechos de los perseguidos.

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