El 28 de enero se celebra el Día de la Protección de Datos, una fecha que marca el aniversario de la firma del Convenio 108 en 1981, el primer instrumento internacional jurídicamente vinculante para proteger la privacidad en la era digital. Instituido en 2006, este día tiene como objetivo generar conciencia sobre la importancia de salvaguardar la información personal y fomentar un uso responsable de los datos tanto por parte de las empresas como de los individuos.

La protección de datos y la gestión de riesgos impulsan un uso ético y seguro de la inteligencia artificial

En el contexto actual de acelerada digitalización, la protección de los datos personales se ha vuelto esencial para salvaguardar derechos fundamentales como la privacidad y la libertad. Tecnologías como la inteligencia artificial (IA) y la neurotecnología ofrecen oportunidades únicas, pero también plantean retos éticos y legales relacionados con el acceso y uso de datos personales. Es ahí donde las leyes de protección de datos no solo empoderan a los individuos al darles control sobre su información, sino que también refuerzan la democracia y la cohesión social en un mundo cada vez más interconectado.

Considerando lo anterior, debemos gestionar los riesgos asociados con la protección de datos como una tarea fundamental en un entorno tecnológico en constante evolución. La protección inadecuada de los datos puede resultar en graves violaciones de privacidad, en el caso de Costa Rica incluso siendo esto delito penal. A nivel global, el Reglamento General de Protección de Datos (GDPR) de la Unión Europea ha establecido un punto de referencia para garantizar que las empresas cumplan con altos estándares éticos y legales en el manejo de información personal, pero dicho estándar es aún lejano para muchos a nivel global.

En el ámbito de la IA, la evolución de estas tecnologías plantea desafíos adicionales, pues ante un acelerado desarrollo, la regulación debe garantizar que estas herramientas operen de manera ética, respetando los derechos humanos y alineándose con los principios fundamentales de privacidad.

El rol de PRODHAB y CIDED frente a los desafíos tecnológicos y la evolución de la protección de datos en Costa Rica

En Costa Rica, la Agencia de Protección de Datos (PRODHAB) desempeña un papel vital en la promoción de la educación y el cumplimiento normativo en materia de protección de datos. Sus esfuerzos incluyen capacitaciones, conferencias y materiales educativos que fortalecen la conciencia sobre la privacidad. Por otro lado, el Centro de Investigación de Derecho Digital (CIDED), una iniciativa privada que nació en 2024, se centra en reunir a expertos y crear espacios para fomentar el aprendizaje y el desarrollo de normativas que respondan a los desafíos de las tecnologías emergentes.

Nuestro país enfrenta hoy retos significativos derivados de la adopción de tecnologías avanzadas como la neurotecnología y las redes 5G. En respuesta, Costa Rica ha propuesto la modificación de su legislación para adaptarse a los estándares internacionales, y este esfuerzo busca garantizar que la información personal se maneje de manera segura y responsable, alineándose con los principios éticos globales.

Debemos tomar el control de nuestra privacidad

La educación continua en privacidad digital es la herramienta fundamental para que ciudadanos y empresas comprendan sus derechos y responsabilidades. Promover buenas prácticas y el cumplimiento normativo permite transformar los desafíos en oportunidades, asegurando que la protección de datos sea una prioridad en todos los niveles de la sociedad. En escuelas, colegios y hasta en los núcleos familiares de nuestra sociedad, es donde debemos dirigir muchos de nuestros esfuerzos para educar y enseñar el correcto uso de las tecnologías y que comprendamos desde niños y jóvenes por qué proteger nuestra información es relevante.

El Día de la Protección de Datos nos recuerda la importancia de proteger nuestros derechos fundamentales en una era dominada por los datos y la tecnología. La colaboración entre gobiernos, empresas y ciudadanos es esencial para enfrentar los desafíos actuales y construir un futuro digital más ético, seguro y respetuoso de la privacidad. Adaptar los marcos regulatorios y fomentar una cultura de protección de datos son pasos cruciales para garantizar que las innovaciones tecnológicas beneficien a la sociedad sin comprometer la dignidad humana.

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