El 6 de noviembre se celebró en nuestro país el Día del Nutricionista y desde el Colegio de Profesionales en Nutrición nos parece de gran importancia hacer un repaso por la historia de esta disciplina en Costa Rica, con el fin de crear conciencia de la importancia de la adecuada alimentación en nuestras vidas y el impacto que puede y debe tener el nutricionista en la salud de la población.
El ser humano necesita de energía para mantenerse vivo, la cual obtiene de los diferentes alimentos (carbohidratos, proteínas y grasas), por tal razón la nutrición ha acompañado a la humanidad desde sus inicios.
En los inicios de la historia de la humanidad, la recolección y la caza han sido la base de esta nutrición. No fue hasta hace unos 12.000 años cuando los seres humanos comenzaron a domesticar plantas y animales. Desde el punto de vista bioarqueológico y bioquímico, esto se remonta a nuestras raíces más antiguas. Las condiciones de vida modernas y la calidad de vida humana son hoy mejores que nunca. Sin embargo, ni física ni psicosocialmente hemos realizado este ajuste y estamos pagando un alto precio por ello en términos de salud.
Los estudios en este campo permiten reconstruir el suministro de alimentos, los estilos de vida y los hábitos alimentarios: desde los primeros antropoides, pasando por los cazadores-recolectores del Paleolítico, hasta llegar a la era industrial y el presente con el auge de los alimentos ultra procesados. Nuestro estilo de vida y dieta recientes están determinados esencialmente por nuestra cultura y dietas «de moda» más que por nuestros millones de años de evolución. El ser humano se ha ido adaptando a la cultura, ¿pero fisiológica y bioquímicamente el cuerpo se ha adaptado a esos alimentos generados por esa cultura?
Pese a que como comentamos anteriormente la alimentación acompaña al ser humano desde su creación, la historia de la nutrición como carrera es más reciente. En 1770, Antoine Lavoisier, considerado el padre de la nutrición, descubre que la oxidación de los alimentos es la fuente del calor corporal. Conforme avanzó el tiempo, diversos investigadores fueron realizando hallazgos importantes: Dubois en la década de 1930 relaciona el rendimiento de la persona con la ingesta calórica, se descubre y avanza en el conocimiento de diferentes vitaminas como la K, la tiamina; en esa misma década, por gestiones realizadas por el Dr. Pedro Escudero, se crea la profesión del nutricionista-dietista, sin dejar de lado los aportes del Dr. José Olascoaga en México. Más adelante el INCAP (Instituto de Nutrición de Centroamérica y Panamá) fue el promotor para la creación de las escuelas de nutrición en los países centroamericanos, esfuerzo que dio sus primeros frutos a finales de la década de los 70 y se consolidó durante la década de los 80.
En nuestro país, la Oficina de Planificación de Estudios Superiores (OPES) recomienda la creación de la carrera de nutrición. Por su parte, el CONARE en 1979, aprueba la apertura de la misma, sin embargo, por restricciones presupuestarias de la UCR fue efectiva hasta 1980, todo esto con el apoyo de ACDYN (Asociación Costarricense de Dietistas y Nutricionistas) y el INCAP. El Ministerio de Salud realiza una evaluación del Programa de Nutrición a nivel nacional y decide apoyar la apertura de la carrera, por lo que le asigna a la UCR a la nutricionista, MSc. Ligia Rodríguez Castillo, para que asuma la coordinación de la carrera.
A nivel privado la primera universidad en abrir la carrera de nutrición en el país fue la Universidad de San José, seguida de la Universidad Hispanoamericana y actualmente hay una gran oferta en este sector, que brindan la carrera con diferentes enfoques como clínico, servicios de alimentos, salud pública y hasta nutrigenómica.
Para beneficio de las personas, esta profesión ha tenido un desarrollo importante en los últimos años. Se han consolidado grandes áreas en las que el profesional en nutrición se ha especializado en: salud pública por medio de la promoción de hábitos saludables, nutrición clínica y dietética a través de la creación planes de alimentación, en servicios de alimentos como el profesional capacitado para supervisar todo lo relacionado al funcionamiento de un servicio de alimentos público y privado, nutrición deportiva en donde el profesional en nutrición es vital para el atleta de élite, que desee mejorar su rendimiento, en la industria de alimentos participando en el diseño y desarrollo de nuevos productos alimenticios asegurando que cumplan con los estándares nutricionales y por último, pero no menos importante, en el área de investigación siendo parte del diseño de investigaciones sobre alimentación y salud, definiendo los objetivos, metodologías y criterios de evaluación, etc.
El profesional en nutrición es clave en la promoción de una vida saludable y en la prevención de enfermedades. Su trabajo no sólo beneficia a individuos, sino que también tiene un impacto positivo en la salud pública y el medio ambiente.
En un mundo cada vez más consciente de la salud y la sostenibilidad, su papel es más importante, debe ser reconocido y valorado por los tomadores de decisiones y agentes de cambio para la apertura de plazas en los diferentes sectores para que, todo ese conocimiento y aporte contribuya a la mejora de la calidad de vida de la población.
Se ha avanzado mucho en el campo, pero aún falta mucho por hacer, aún existe la necesidad de ampliar el conocimiento y comprensión de las personas sobre la disciplina. Nutrición no son dietas de moda o planes restrictivos, es establecer un cambio de hábitos en conjunto (paciente-nutricionista) para llegar a un acuerdo y un equilibrio que le permita estar mejor.
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